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Germán y Satrústegui protegen su portería ante el disparo de Waldo con Parera al fondo.

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Germán y Satrústegui protegen su portería ante el disparo de Waldo con Parera al fondo. Daniel Pedriza

Empate en la nueva normalidad del Racing

El equipo de José Alberto logra unpunto que no le aleja del descenso en el intercambio de golpes ante el Tenerife

Sergio Herrero

Santander

Viernes, 27 de enero 2023, 20:47

Se acabó la efervescencia por el cambio de entrenador. La derrota frente al Alavés domó los ánimos racinguistas. Le quitó bravura. Y ahora el equipo cántabro vive su nueva normalidad. El partido de ayer frente al Tenerife, antes del cambio en el banquillo, en el mejor de los casos habría terminado empate a cero. Quizá un 0-1 para el enemigo. Ahora, en medio del intercambio de golpes, con las ocasiones a favor y los mayores permisos atrás, la contienda finalizó en una igualada que, si bien suma, tampoco sirve de mucho.

Cuidado, que si hacía frío en Vitoria, tal vez la noche de ayer, con algún grado más, pero lluviosa a ratos y ventosa siempre, fue incluso más desagradable. Sobre todo para los tinerfeños presentes. Medios y unas tres decenas de aficionados. Carámbanos andantes. Eso sí, el naufragio de Mendizorroza no pasó factura ayer a nadie en la alineación verdiblanca. José Alberto se mantuvo firme y su único cambio, obligado, fue el de Eneko Satrústegui por el lesionado Saúl García en el lateral izquierdo. El gran perjudicado, y no por la derrota frente al Alavés, fue un Marco Camus al que su salida de la convocatoria en la noche de ayer le mandó un claro mensaje a falta de apenas unos días para el cierre del mercado invernal. Un 'búscate la vida' de manual.

Racing

Parera, Dani Fernández, Satrústegui, Germán Sánchez, Rubén Alves (Pol Moreno, min. 80), Aldasoro, Íñigo Sainz-Maza (Juergen Elitim, min. 74), Mboula (Marco Sangalli, min. 62), Pombo, Íñigo Vicente y Matheus Aiás.

1

-

1

Tenerife

Juan Soriano, Buñuel, León (Carlos Ruiz, min. 88), Sergio González, Aitor Sanz, Waldo (Elady, min. 74), Romero, José Ángel (Alexandre, min. 67), Nacho, Borja Garcés (Shashoua, min. 67)y Enric Gallego.

  • Equipo arbitral Ais Reig, asistido en las bandas por Saenen Álvarez y Campo Hernández, todos ellos del Comité Valenciano. Cuarto: Ramo Andrés (Aragonés); VAR: Prieto Iglesias (Navarro) y AVAR: De la Fuente Ramos (Castellano Leonés).

  • Goles 1-0, min. 15: Íñigo Vicente. 1-1, min. 56: Romero.

  • Amonestaciones Amarilla a los locales Matheus Aiás, Aldasoro y Satrústegui y a los visitantes Sergio González, León, José Ángel, Elady y Romero.

  • Incidencias Campos de Sport de El Sardinero. Césped en aceptable estado, en una noche muy fría, ventosa y con lluvia intermitente. 10.306 espectadores.

Los canarios del terreno de juego salieron más calientes al campo. Al menos, ya en el minuto 1 dispusieron de una ocasión bastante clara, con un remate de Borja Garcés en el segundo palo, que no encontró portería. Pero para calores, los de José Alberto: con americana y jersey de cuello alto, fuera del banquillo. De La Fresneda, ho.

El Racing estaba incómodo. Mucho. Hasta que el Tenerife le llevó en brazos a la cama, le arropó, le ahuecó la almohada y le dio un beso en la frente. Una horrenda entrega en paralelo de León en el centro de la zaga canaria le quedó franca a un Íñigo Vicente muy atento. El vasco duerme con pajarita y chistera. Encaró al central que quedaba. Pudo buscar un apoyo o intentar el regate. Pero vio un pequeño hueco entre el poste, el zaguero y el portero y la coló con el exterior de su pierna diestra. Llamada nocturna del duende.

Por delante

Íñigo Vicente adelantó a los cántabros con un golazo tras un grave error de la zaga visitante

En el otro lado del campo, Germán Sánchez, que no anda nada fino, pecó de solidario. Corporativismo en el gremio de los centrales. Porque la lió parecida a León. Como en Vitoria, pero pegado a la banda. Cesión inexplicable hacia atrás, corta, propició una ocasión clarísima para el Tete. A Waldo le faltó la clase y calma del diez racinguista. Y mandó el balón a Tribuna Sur. El pobre Germán no sabía dónde meterse, mientras pedía perdón.

Un gol a favor es el maná del fútbol. El tanto mejoró la imagen verdiblanca en el marcador, pero no sobre el terreno de juego con un centro del campo inexistente. El Tenerife era más peligroso y los cántabros no daban sensación de solidez. El viento y la lluvia arreciaban cuando el colegiado anuló un gol a Enric Gallego por falta sobre Rubén Alves en el salto. Yminutos después, un balón prolongado con la cabeza por León lo sacaba Parera con una fantástica parada junto al poste.

El primer tiempo se estaba haciendo largo, pero la verdad es que al Racing, como en Mendizorroza pese a la goleada, le hacía falta poquito para meter el miedo en el cuerpo a su rival. Satrústegui, tras una fantástica maniobra en la frontal del área, disparó y el balón pegó en un defensa antes de marcharse, conejo, junto al poste de la meta de Juan Soriano. Y después fue Rubén Alves quien peinó una falta lanzada por Pombo para decirle al Tenerife que menos lobos, Caperucita. Mejor llegar al descanso con la flecha hacia arriba y el resultado a favor.

Igualada

El tanto del Tenerife llegó cuando mejor estaban los locales, en la segunda mitad del choque

Los verdiblancos lograron extender la dinámica más allá del intermedio. Andaban más finos que un rival cada vez más ofuscado. Un buen centro de Íñigo Vicente no llegó a rematarlo Matheus Aiás justo antes de que a Íñigo Sainz-Maza le rompiesen una bota con un pisotón. Al de Ampuero le trajeron dos pares, a elegir. Naranja o verde. Eligió estas últimas. A ver si le traían más suerte que las negras, porque no estaba siendo su mejor partido.

Íñigo Vicente estaba desatado. El de Derio regateó a medio Santa Cruz de Tenerife y parte de La Laguna a base de pisar el balón y gambetear y probó con una vaselina, demasiado floja, que atrapó Juan Soriano sin mucha historia.

Empata el Tenerife

Sin embargo, se iba a repetir el guion de la primera parte, pero al revés. Cuando mejor estaba el Racing, iba a empatar el cuadro canario. Romero recibió en el área, buscó el hueco y lo encontró por debajo de las piernas de Germán para poner el uno a uno en el marcador.

Y para bajarle los humos a los locales. Parera tuvo trabajo otra vez, con un duro tiro de Waldo, que buscaba alojarse junto al poste y que el arquero despejó con acierto. Menos certero estuvo el otro portero en un tiro lejano de Pombo. Juan Soriano trató de despejarla con el puño por encima del larguero y a punto estuvo, por blando, de colarlo en su propia meta.

Otros condicionantes

Parera tuvo paradas de mérito y el colegiado, alguna que otra polémica

José Alberto hizo debutar a Marco Sangalli, que sustituyó a un poco acertado Mboula. Pero el siguiente protagonista iba a ser Dani Fernández, en un estado de forma espectacular. Metió a todo el estadio en canción. Primero con un magnífico centro, medido a la cabeza de Rubén Alves, que un zaguero le quitó al hispano-brasileño de la cabeza. Y después, con una brutal recuperación junto al propio córner y la posterior cabalgada.

A Íñigo Sainz-Maza tampoco le fueron bien las botas verdes y las cambió por las naranjas. A ver ahora... Pues no le dio tiempo a comprobarlo al capitán. Fue el sustituido para dar entrada de Juergen Elitim. Granizo sobre los Campos de Sport. Un cuarto de hora –más el añadido– por delante.

Rubén Alves iba a caer lesionado en una dura entrada de Enric Gallego –que parecía el de Amazon, porque repartió unas cuantas, como un codazo, inmediatamente después, en la cara de Dani Fernández–, que el árbitro –flojo, flojo para los dos equipos y bastante peliculero– no iba ni a castigar con amarilla. Pol Moreno entró a escena y a José Alberto se le acabaron las ventanas de cambios.

Entre tanto caos, el Racing intentaba centrarse en busca de la victoria, pero estaba chungo. Un balón colgado lo controló dentro del área Aldasoro. El vasco no logró ponerle el cascabel al bicho y acabó cayendo de maduro entre tímidas protestas con poca credibilidad. Más intensas fueron después, cuando, tras un mágico pase de Pombo, Matheus Aiás regateó ante la salida de Juan Soriano y el brasileño se fue a tierra. El árbitro le dijo que se levantase. Y cuando el VAR le dijo que, por si acaso, pues tampoco.

Los verdiblancos, que ya empezaban a dar síntomas de cansancio, con varios futbolistas descolgados cuando atacaba el Tenerife, parecían empezar a ponerle ojitos al empate. Pero bueno, no había que descartar nada. Una volea de Juergen tras un rechace en el área se marchó centrada a las manos del portero.

Siete minutos de añadido. Un tiempo que sirvió de poco. De estrés. De idas y venidas. Pero de escaso material que llevarse a la boca. Al final, un punto que apenas aleja al Racing un paso del descenso a la espera de lo que haga la Ponferradina este fin de semana y con un duelo directo a la vuelta de la esquina.

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