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Pablo Torre e Íñigo felicitan a Soko, protagonista de los goles.

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Pablo Torre e Íñigo felicitan a Soko, protagonista de los goles. Daniel Pedriza

En casa no hay fallo

Dos goles de Patrick Soko le dan el triunfo al Racing, que mantiene su buena racha en los Campos de Sport, frente al Dux Internacional

Sergio Herrero

Santander

Viernes, 24 de septiembre 2021

Para los de la generación X –y hasta para algún millenial–, el Racing es un ente difuso. Entre unas cosas y otras, no han visto al equipo cántabro en Primera División. De rebote, si cabe, un ratuco en Segunda. Hay que reconocer que el pasacalles por el infierno le ha llevado a los verdiblancos a lugares variopintos. Contra rivales de todos los pelajes. El Racing vive anclado en el pasado,

Venía de perder en Barreiro, pero el Racing siempre crea 'hype' –algo así como expectación– entre sus parroquianos. El lunes está enfadado; el martes, indiferente; el miércoles ya se pregunta cómo está el equipo y, a partir del jueves, le vuelve a entrar el cosquilleo. El amor. A ver si llega ya el partido. Hay cosas que las moderneces no podrán cambiar. El bocadillo del descanso, en píxeles, no sabe igual.

El portero suplente del Dux tiene un millón setecientos mil suscriptores en Youtube. Probablemente más que el Racing y toda su plantilla en todas las redes sociales del mundo mundial. Un tal Kolderiu. Así que cuando salió a calentar, recibió hasta aplausos. Mientras tanto, en el menú prepartido, Guillermo Fernández Romo se saltó la pantalla de 'editar alineación'.

El arranque del choque fue algo así como 'random' –aleatorio–. Sin rumbo. Sin dominador. pero andaba el racinguismo mosca porque llegaba David Barral a Santander. A que moja. El gaditano tiene pegada en las redes sociales. Quizá recuerden lo de la sandía. Un melonazo fue la ocasión que falló en el minuto 5. Solo ante Lucas Díaz, la mandó a Tribuna Norte. En una jugada en la que Mantilla acabó con turbante a modo de vendaje.

Más allá del susto provocado por las facilidades nuestras de cada día, el Racing parecía ligeramente superior a su rival. Íñigo forzó una falta en la frontal del área. Álvaro Bustos, que debe andar cerca de 90 de media en tiros libres, se pasó un poco con la barra de potencia y la pelota se marchó cerquita, pero por encima, del travesaño.

Ahora a la persona que te gusta se le llama 'crush'. Y mira que a este Racing se le quiere, pero enamorar, lo que se dice enamorar, esta temporada de momento no lo consigue. El dominio verdiblanco se perdía, una y otra vez, más allá de la línea de tres cuartos. Nervios, incapacidad, malas decisiones... Pablo Torre, que tiene cinco estrellas en filigranas, recortó hacia fuera y su disparo, duro, no encontró portería.

Guillermo Fernández Romo es un tipo calmado en el banquillo, pero seguro que en algunos momentos le gustaría tener un mando con el que dirigir a sus futbolistas. Sobre todo cuando a estos les da por trolearse en defensa. Álvaro se regateó a medio Santander antes de plantarse frente a Lucas Díaz. Menos mal que, como Barral, no había calibrado antes de chutar. Fuera. No andaban finos los atacantes visitantes y eso que uno de los promotores del proyecto Dux, Borja Iglesias, sabe cómo vacunar al Racing. Y con triple dosis.

Pablo Torre le puso ojitos a Soko y el camerunés le hizo 'match' al de Soto de la Marina. El chaval colgó al área una falta, medida, a la cabeza del extremo africano. Adentro. Y los Campos de Sport a celebrar el tanto con un tema retro. De allá por 1999. Para los millenials, que también tienen derecho. Con una de esas letras elaboradas y pegadizas: «Lolololo». Traducido, 'L' amour toujours' (El amor siempre) de Gigi D'Agostino. Qué bien suena con el marcador a favor. Sobre todo si el árbitro pita el descanso y en la bolsa de plástico llevas un bocata que parece una trainera.

Tras el intermedio, quizá porque el Racing ya no tenía prisa o porque el Dux no era capaz, el choque entró en una fase ASMR. Acrónimo de respuesta sensorial meridiana autónoma. Vamos, que

Con Sergio Marcos e Isma López en lugar de Pablo Torre y Álvaro Bustos, el míster continuó con sus labores de atar el resultado. Pero pasó lo contrario. El lateral navarro pulsó R2, el botón de acelerar, alcanzó un balón que se marchaba por la línea de fondo y lo metió al área.

Más allá del debut del canterano Jorrín, el choque no tuvo mucho más.

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