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Hay trenes que pasan una vez en la Liga. Pese a las catenarias y los túneles estrechos, el convoy llegó ayer a El Sardinero. En la megafonía una voz femenina anuncia: «Tren con destino...». «Permanencia», completa un señor pregrabado. Allí estaba el Racing. Con la ... maletuca hecha, preparado para subir al tren correcto. Para no perderlo esta vez. Si el partido de Ponferrada parecía una final, el de ayer ante el Leganés puede ser el inicio del trayecto definitivo. Que sí, que queda mucho, pero son dos puntos con respecto a una Ponferradina con más curvas por delante que las Hoces de Bárcena; ocho con un Málaga y un Lugo en vía muerta; once frente a un Ibiza descarrilado hace rato y el vagón que precede en la zona media de la tabla a punto de enganchar. Cogido el tren correcto, ahora la clave es no bajarse antes de tiempo. Por el camino no hay nada que ver, se lo aseguro. Lo bonito está en la estación final.
A veces se pierde el primero y se puede coger el segundo, pero, ¿y si el siguiente se queda parado en Aguilar y no llega? Había que coger este, por lo que pudiese pasar. La alineación, previsible con casi un tercio de la plantilla en la grada por lesiones y sanciones. Regresó Saúl García al lateral izquierdo; Aldasoro reemplazó a Juergen Elitim en el doble pivote y para sustituir a Pombo en la mediapunta, José Alberto desplazó a Íñigo Vicente al centro y le abrió la puerta del extremo izquierdo a Marco Sangalli. Y arriba, el otro fichaje invernal: Baturina. De estreno en los Campos de Sport.
Racing
Parera, Dani Fernández, Saúl García, Germán Sánchez, Rubén Alves, Íñigo Sainz-Maza (Fausto Tienza, min. 46), Aldasoro, Mboula, Marco Sangalli (Yeray, min. 77), íñigo Vicente y Baturina (Sekou Gassama, 60)
2
-
1
Leganés
Riesgo, Jorge Sáenz, Sergio G. (Josema, min. 46), José Arnáiz, Juan Muñoz, Fede Vico (Karrikaburu, min. 61), Franquesa (Qasmi, min. 85), Dani Raba (Narváez, min. 61), Rubén Pardo (Neyou, min. 61), Undabarrena y Jorge Miramón
Equipo arbitral González Esteban, del Comité Vasco, asistido en las bandas por Pérez de Colosia Alonso (Vasco) y Moleón Cuenca (Valenciano). Cuarto: Palencia Caballero (Vasco); VAR: Pérez Pallás (Gallego) y AVAR: González Francés (Canario).
Goles 1-0, min. 26: Baturina. 2-0, min. 46: Mboula. 2-1, min. 67: José Arnáiz.
Amonestaciones Amarilla al local Aldasoro y Marco Sangalli y a los visitantes Dani Raba, Josema, José Arnáiz, Qasmi y Fede Vico. Expulsó con roja directa a Neyou, del Leganés.
Incidencias Campos de Sport de El Sardinero. Césped en aceptable estado en una noche apacible. Se guardó en minuto de silencio en memoria del exjugador y exentrenador del Racing Marcos Alonso y por las víctimas de los terremotos de Siria y Turquía. 8.604 espectadores.
El partido arrancó como suelen llegar los Cercanías en Cantabria. Con algo de retraso. Y el Racing haciéndose el lío en la presión. Algo no había entendido Baturina e Íñigo Vicente buscaba, primero en el míster, y después en un Marco Sangalli que maneja el inglés, alquien que sacase del embrollo al croata. Franquesa, desde la Plaza de las Estaciones, puso en apuros a Parera con un disparo centrado tras un rechace.
Bueno, sólo fue un momento de duda, porque pronto los verdiblancos encajaron las piezas para apretar a los pepineros en su afán por salir desde atrás. Eso sí, ese era el plan 'A' de los madrileños. El 'B' era que no importaba lanzar en largo si era necesario. Y así, también eran capaces de llevar peligro a la meta cántabra.
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Borja Cavia
La aportación de Íñigo Vicente en la mediapunta daba más pase y poso al ataque racinguista, pero la ausencia de Pombo le restaba vértigo y desborde. Lo decía el míster en la rueda de prensa previa. Había que llegar al mismo destino, con la misma ideade distinta forma. Mboula realizó un buen desmarque pero después no fue capaz de rematar. Y en el otro área, sendos centros de Juan Muñoz y José Arnáiz se encontraron el andén vacío. De paseo por delante de la portería.
Le faltaba precisión al Racing, porque al tran-tran iba metiendo al Leganés en su campo. El momento demandaba acierto y lo trajeron directo desde los Balcanes. Córner a favor del equipo cántabro. Pablo Álvarez levanta el brazo derecho con la palma abierta en el banquillo. Íñigo Vicente le imita en la esquina. El balón lo peina Germán Sánchez en el primer palo y Baturina, en el corazón del área, amartilló y disparó. 1-0. Las cosas del fútbol. El deseado Karrikaburu lijando banquillo una semana más en el Leganés y el repentino y desconocido croata, titular y goleador en el Racing.
Con la presión alta haciendo efecto e Íñigo Vicente dando más clases de magia que Juan Tamariz, los verdiblancos eran superiores a su rival. Todo el equipo, con mayor o menor nivel, andaba bastante fino. ¿Todo? Bueno, hacía falta testar al que es mejor que no intervenga. Pero a Parera le tocó aparecer. Una pérdida en el centro del campo terminó con Juan Muñoz encarando al meta balear, que se hizo enorme para tapar el mano a mano y evitar el empate y mantener la renta al descanso.
Pese a que las cosas iban bien, cuando el intermedio se acercaba a su fin, Fausto Tienza salió de repente a calentar. Hubo que esperar a que el extremeño se preparase para arrancar el segundo tiempo. El sustituido, el capi: Íñigo Sainz-Maza. El Racing retrasó ligeramente la línea de presión, pero no la ambición. Tras un córner despejado por la zaga pepinera, Saúl, al rechace, le arrebató el balón al cántabro Dani Raba, abrió a la derecha para Íñigo Vicente y el vasco mandó un caramelo al segundo palo que se zampó Mboula para hacer el segundo, de cabeza.
Héroe y villano, los Campos de Sport ovacionaron al saliente Baturina –sustituido por Sekou Gassama– y regalaron silbidos al entrante Karrikaburu. El Leganés sacaba todo lo que tenía en el banquillo en busca de una remontada que ni siquiera estaba mereciendo.
Las urgencias de unos y las necesidades de guardar de otros terminaron por inclinar el campo hacia la portería verdiblanca. Y, señores, esto es el Racing. Aquí se sufre hasta para ir a apañar duros. José Arnáiz, con un duro disparo cruzado desde dentro del área, batió a un Parera que no pudo desviar lo suficiente el balón.
El equipo cántabro debía dar muestras de entereza después del sopapo. Quizá hacía falta un cambio. Aunque la sustitución clave no la había hecho José Alberto, sino Imanol Idiákez en el otro banquillo. A Neyou, que llevaba once minutos en el terreno de juego, le dio por atizar a un Íñigo Vicente que era el saco de los golpes pepinero. El árbitro no dudó un segundo. A la calle, por la vía rápida. Algo más de un cuarto de hora, más el tiempo añadido, con superioridad numérica. No estaba todo hecho.
El Leganés, que ya no se acordaba de la última vez que perdió, puso mucho de su parte para que todo terminase bien para los cántabros. Entre patada y patada, entre pique y pique, el tiempo que se va. Mboula pudo matar el partido. Primero tuvo una que lanzó al lateral de la red. Después otra, aún más clara, y le pegó un pelotazo en la cara al meta Riesgo. José Alberto metió un par de candados para la maleta: Unai Medina –como extremo, para el doble lateral– y Pol Moreno –como tercer central–. Los sustituidos, Mboula e Íñigo Vicente. Ovación para el vasco.
El Racing, con cinco defensas; el Leganés, con tres delanteros. Los madrileños tuvieron una. Meridiana. Desconcierto en el área verdiblanca, el balón le llega a José Arnáiz en el segundo palo y, tras caracolear, le pega a un bien colocado Miquel Parera. José Alberto se frotaba la cabeza, buscaba consuelo en su segundo y se desgañitaba para decir a su equipo que sacase el culo de la portería. Ocho minutos de añadido.
El oficio –con Fausto Tienza como maestro de ceremonias– y el empuje de unos exultantes Campos de Sport hicieron el resto. Y el pitido final sonó a que la de ayer no había sido una victoria cualquiera. Subidos al tren, a través de la ventana, todo se ve mejor. Ya está bien de contemplar a los demás reír desde el andén. Desvalijen el vagón-bar. Habrá que seguir sufriendo, pero los raíles son los correctos.
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