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Lo de los asientos pintados de los Campos de Sport es como una metáfora del resurgimiento del club. Como una barra de progreso que va subiendo de porcentaje. El reverdecer. El recuperar el brillo. La vida es tan bonita en los Campos de Sport de ... El Sardinero que parece Disney. Quizá por eso este domingo al Oso Cacho le siguieron en su vuelta de reconocimiento por el terreno de juego Minnie y Mickey Mouse, Pinocho –este no es el primero que pasa por aquí–, Mike Wazowski y un Sulley desteñido. Pero en las películas de la factoría también hay malos, sucesos y derrotas. Esta vez al Racing le hechizó la bruja. Parecía que se venía otra noche gloriosa. Sin embargo, un error defensivo, una expulsión perdonada al enemigo, un penalti señalado desde Las Rozas y un Racing de Ferrol poderoso en la pegada y con un Héber pletórico tiraron del cable del conjunto cántabro, que se quedó sin conexión. No es ningún drama. Pueden seguir disfrutando.
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Borja Cavia | Marcos Menocal
La fuerte competencia en algunas líneas generó dudas previas, pero, esta vez, José Alberto se mantuvo firme en el once. Tanto, que repitió el de la semana anterior frente al Burgos. Le gustó el rendimiento. A él, y a los demás. Así que, por destacar algo, Mantilla repitió en el centro de la zaga en detrimento de un Rubén Alves que perdió la silla y en la sala de máquinas le dio de nuevo el mando a la dupla Grenier-Iván Morante. Lo que funciona...
Racing
Ezkieta, Dani Fernández, Saúl García, Germán Sánchez, Mantilla, Iván Morante (Pombo, min. 73), Grenier (Aldasoro, min. 53), Andrés Martín (Lago Junior, min. 53), Peque (Yeray, min. 46), Íñigo Vicente y Arana (Ekain, min. 53).
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Racing de Ferrol
Cantero, Delmás, Jon García (Clemente, min. 44), Bernal, Héber (Nacho, min. 64), Señé (Manzanara, min. 64), Castro, Álvaro (Sabin Merino, min. 64), Moi Delgado, Íker Losada y Carlos Vicente (Cubero, min. 84).
Equipo arbitral: Fuentes Molina, del Comité Valenciano, asistido en las bandas por Jiménez Yustos (Balear) y Martínez Caballero (Valenciano). Cuarto: Muresan Muresan (Valenciano); VAR: Gálvez Rascón (Madrileño) y AVAR, López López (Murciano).
Goles: 1-0, min. 25: Mantilla. 1-1, min. 34: Carlos Vicente. 1-2, min. 45: Héber, de penalti. 1-3, min. 48: Héber.
Amonestaciones: Amarilla al local Saúl García y a los visitantes Castro, Héber, Íker Losada, Moi Delgado y Señé.
Incidencias: Campos de Sport de El Sardinero. Césped blando, en una noche fresca. 14.900 espectadores.
Estaba la Gradona afinando las voces cuando llegó la primera acción de peligro del Racing de casa. Una apertura hacia la derecha para la carrerade Dani Fernández terminó con un disparo cruzado del madrileño con la rosca al revés. Se marchó fuera. También necesitaba afinar, pero era una primera buena nota.
El equipo de José Alberto repitió su puesta en escena ya habitual. En campo contrario. Apretando. Agobiando. Pero en esta categoría no hay margen para el fallo grave. Cinco minutos tardó el cuadro gallego en juntar tres pases seguidos y salir de su campo. Ahí, Saúl García e Íñigo Vicente repitieron el fallo en la salida desde atrás de Cartagena. No se entendieron. Los ferrolanos robaron el balón, aunque, por suerte, esta vez el disparo de Íker Losada no encontró portería.
El susto cambió las tornas. De Racing a Racing, ahora eran los visitantes los que vivían cerca del área rival. Carlos Vicente, con un duro tiro desde la frontal, probó a Ezkieta. El balón, centrado, lo agarró bien el guardameta navarro. Había que recuperar la compostura.
Entonces, el Aladino de Derio frotó la lámpara de su pierna izquierda. Falta lateral. El vasco sacó un centro fantástico que cabeceó Mantilla en plancha tras ganar la espalda a la defensa. Cantero tocó la pelota, que acabó entrando en la portería. El asistente anuló el tanto por un fuera de juego que, posteriormente, refrendó el VAR. Las aguas de El Sardinero volvieron a su cauce.
El once cántabro entró en modo rondo. Larguísimas posesiones ante un rival frustrado. Toque, toque, toque, toque. A la grada, cayéndosele la baba. Así llegó una ocasión de Arana, cuyo intento, forzado ante la oposición de un zaguero, atrapó Cantero. Pero Íñigo Vicente y Mantilla se habían quedado con las ganas después del tanto anulado, así que decidieron hacer el no va más. Falta en el centro del campo. No tiene pinta de que... Nadie vio el desmarque del central racinguista. Sólo Íñigo Vicente, que le puso un caramelo. Una delicia. Y el de Maliaño, de primeras, la mandó a la escuadra contraria. Minuto 26 y los Campos de Sport, botando de alegría. De euforia. De éxtasis.
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Aser Falagán y Sergio Herrero
Al Racing de Ferrol le pasó entonces lo mismo que al Burgos la semana anterior. En semejante escenario, ante tal despliegue, frente a un contrincante al que le salen hasta logaritmos neperianos con el balón, los gallegos cayeron en la frustración. Señé se había llevado la amarilla en la falta que dio pasó al gol. Poco después, el árbitro le perdonó la roja tras una dura entrada que no venía a cuento sobre Grenier. Mientras tanto, los de casa, a lo suyo. Un buen balón de Peque atrás lo convirtió Íñigo Vicente en un tiro que Cantero atrapó con una palomita.
Cuando más oscuro veía el panorama el cuadro visitante, otro confitero de los balones al área sacó del atolladero a su equipo. Héber sacó un fantástico centro desde la izquierda que Carlos Vicente, tras ganarle la posición a Saúl García, remachó al fondo de la red. Ezkieta estuvo a punto de pararlo. Se aguó la fiesta.
La película se volvió a poner de cara para los de fuera. Esta vez fue Héber el que se la iba a jugar solo. Demarró hacia dentro y su tiro con la derecha obligó a intervenir a Ezkieta. Y un rato después, en el otro extremo, otro peligro andante. Carlos Vicente puso de nuevo a prueba al arquero verdiblanco, que intervino con acierto.
Un Racing arrollador se adelanta con una fantástica acción entre Íñigo Vicente y Mantilla.
Un error defensivo, una expulsión perdonada y un penalti del VAR: remonta el equipo gallego.
El equipo cántabro salió mal del descanso y su rival sentenció la contienda. con el tercero.
Y después, aunque acertó, el esperpento del VAR. Habían pasado dos o tres minutos. Se había lesionado Jon García y había dado tiempo incluso a sustituirlo. Y, de repente, Gálvez Rascón, en Las Rozas, se acordó de que había partido en Santander y que igual hasta se había producido un penalti en la ocasión precedente. El colegiado se acercó a la tele y, cuando eso sucede, ya saben. Andrés Martín derribó a Héber tras el rechace de Ezkieta. Once metros. El exverdiblanco fue el encargado de transformar la pena, pese a que el meta estuvo en un tris de detenerla.
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Y así, después de un rato en el que parecía que se venía exhibición verdiblanca, el equipo cántabro se marchó al vestuario en desventaja. Los de José Alberto fueron efectistas, pero el Racing de Ferrol, con una pegada imponente, fue mucho más efectivo. Quizá si se hubiese quedado con diez...
El técnico verdiblanco dio entrada a Yeray en lugar de Peque. Pero el problema era más grave que un cambio hombre por hombre. En los Campos de Sport, durante el descanso, con miles de personas tirando del móvil, la conexión es mala. Lenta. El Racing directamente se cayó. Volvió del intermedio descentrado y el Racing de Ferrol hizo sangre de ello. Carlos Vicente pilló en paños menores a la banda zurda cántabra, la puso al segundo palo, nadie despejó y Héber, de primeras, hizo el tercero.
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Roberto Ruiz
José Alberto intentó una revolución. Para ello, introdujo a Lago Junior, Ekain y Aldasoro y retiró a Andrés Martín, Arana y Grenier. Una tentativa, aunque lo que realmente parecía necesitar el conjunto cántabro era un gol, aunque fuese de rebote, injusto, a balón parado o en propia puerta. Por lo civil o lo criminal. Algo que desatorase la situación y las piernas. De momento, lo mejor, un tiro desde la frontal de Yeray que se marchó muy desviado y un remate flojito de Aldasoro tras una buena combinación con Íñigo Vicente. Casi sucede todo lo contrario, cuando Carlos Vicente se coló en el área y su tiro lo repelió Ezkieta para evitar el cuarto.
El Racing se veía impotente ante un rival pertrechado atrás con la fortaleza que le daba la ventaja. José Alberto tiró de lo último ofensivo que le quedaba en el banquillo: Pombo. El aragonés, debutante esta temporada, El aragonés sustituyó a Iván Morante. El casi gol iba a llegar en área propia. Aldasoro se lió regateando donde no debía, Sabin Merino robó y el tiro del ariete, solo ante Ezkieta, se marchó, horrible, fuera. Yeray lo intentó con un disparo manso, fácil para Cantero.
El resto fue la frustración del que está acostumbrado a hacerlo todo bien y, de repente, por equis o por y, se siente inútil. Porque las ocasiones, en lugar de llegar para quien las necesitaba, lo hacían para el que dominaba el marcador. Ezkieta tapo bien un remate cercano de Nacho.
El choque terminó y el Racing se quedó con el sopapo. Un golpe que no va más allá del disgusto momentáneo y que, por sacarle algo positivo, puede servir para recordar que, como siempre recalca el míster, cual mantra, en esta categoría no valen medias tintas. A pensar en lo siguiente: Alcorcón, después del impás copero en Zamora.
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