Doce canteranos comienzan las vacaciones en la lista de Guille Romo

El adiós del capitán del Racing

Ha llegado la hora de poner punto final a mi etapa en el Racing, que comenzó el 27 de junio de 2016. Ese día recibí la llamada de Ángel Viadero para incorporarme al club después de uno de los peores días de mi vida deportiva, pues con el Lleida había quedado eliminado del play off de ascenso. A Ángel y Manolo Higuera les agradezco que me dieran la oportunidad de formar parte de una institución que en Cantabria trasciende de lo deportivo y de que mi familia pudiera verme con orgullo defender este escudo centenario. Además, en la primera campaña nos quedamos a un paso del ascenso a Segunda con una gran temporada que, desafortunadamente, no pudimos culminar como nos hubiera gustado.

El año siguiente es mejor no recordarlo mucho, aunque en los peores momentos es cuando más se aprende y se conoce realmente a las personas. Por eso quiero acordarme de todos los empleados del club y, en especial, de los que curran día a día con el primer equipo: Mante, Toni Cruz, Delfín, Enrique; los fisios Fran y Diego, Pepe Andreu; los utilleros Manolo y José, Arantxa, Raúl, Fran el jardinero… Me llevo un poco de cada uno de vosotros. Quiero acordarme especialmente de José Ángel, el Prepa, con el que he tenido que trabajar muchas horas de gimnasio y que es algo más que un compañero. Gracias.

En 2018 pude, por fin, cumplir el objetivo que me había marcado cuando vine:ascender a LaLiga SmartBank y defender la camiseta del Racing en el fútbol profesional. Gran parte de culpa la tuvo el cuerpo técnico liderado por Iván Ania. Me hicieron disfrutar y creo que su carácter ganador quedó impregnado en el vestuario de La Albericia. Fue una pena que, en Segunda, no fuéramos capaces de conseguir los resultados que, en algunas ocasiones, merecimos. Ese año, dificilísimo y marcado por el covid-19, quiero acordarme de José Luis Oltra, que me dio mi lugar en el vestuario a pesar de no jugar hasta el final.

Compañeros, amigos y familia

esta temporada, para mí la última, ha terminado con sabor amargo por doble motivo. A nivel colectivo no estuvimos luchando entre los mejores de la categoría e, individualmente, me fui encajando tres goles. Pero las cosas llegan como llegan, entiendo la decisión del club y creo que es lo mejor para ambas partes. No descarto que, en un futuro, nuestros caminos vuelvan a encontrarse, pero hasta ese día seguiré animando al Racing desde la grada de El Sardinero como ya hacía cuando era chaval. Espero, además, poder vivir alguna noche mágica de celebración en la plaza del Ayuntamiento aunque ya no sea desde el balcón. Todos, desde luego, que nos lo merecemos. Por cierto, cada vez que desde La Gradona y el resto de El Sardinero gritábais mi nombre me habéis hecho sentir un futbolista de Primera. Todos los jugadores que vestimos esta camiseta nos sentimos agradecidos por vuestro apoyo y tengo claro que sois el principal motor de este club. Gracias a todos los aficionados por el respeto y cariño que me habéis dado siempre. Al final tuvimos una historia que contar juntos, Pepe Barros.

Finalmente, quiero acordarme de todos y cada uno de los compañeros que he tenido estos cinco años y con los que he trabajado codo con codo. Muchos habéis pasado a convertiros en amigos y algunos, casi en familia. Quiero mencionar también a Alfredo y Pedro, presidente y vicepresidente del club, porque han dado al Racing una estabilidad que no tenía. Ahora por fin sólo se habla de fútbol y no de deudas o impagos… Gracias por la confianza que me habéis dado siempre y por el trato cercano que hemos tenido desde el primer hasta el último día. Espero que tengáis éxito y que el equipo pueda volver a Primera, categoría que por historia, afición y grandeza se merece. ¡Aúpa Racing!