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«Las formas han sido las peores. Se puede hacer de una manera o de otra. Han elegido la peor». Así se sinceraba ayer Jordi Figueras con El Diario, «más frío y tranquilo», después de que el día antes llegase pronto a La Albericia, como ... acostumbra, y recibiera un mensaje de José María Amorrortu en el que le decía: «Sube a mi despacho, que quiero hablar contigo». El Racing decidió prescindir de sus servicios a poco más de doce horas de que finalizase el mercado de invierno. «Así es la vida, el fútbol y la mayoría de los trabajos... Pero me voy muy dolido por las formas».
Aunque pudiera haberse rumoreado en el entorno del club, lo cierto es que a Figueras la noticia le cogió por sorpresa: «Totalmente. A mí nadie me había dicho nada, ni que lo valoraban, ni que me buscase equipo... Nada. El último día y de esta manera, me parece muy injusto», señala el defensa central. Al catalán le sobra experiencia. Debutó en la élite hace más de una década y conoce cómo funciona el fútbol, pero aún así, sigue estupefacto. «No me lo creía cuando me lo dijeron. Ya digo que no discuto la decisión. Habrá gente incluso que piense que me tenían que haber echado antes, pero tal y como lo han hecho es algo que me hace daño, mucho daño».
SORPRESA
El futbolista es el primero en reconocer que su rendimiento «no ha estado a la altura de las expectativas esta temporada». Sin embargo señala que «en el fútbol es imposible estar bien siempre. Hay altibajos; hay partidos buenos y malos». Figueras sabe que a él, como a otros futbolistas, por la trayectoria y por el peso específico que tiene en el equipo es normal que se le «exija» y - a su entender- «es evidente que mi nivel no ha estado como se esperaba, pero de ahí a llegar a este punto me parece injusto y no lo entenderé nunca».
Figueras reconoce que el pasado lunes «fue un día muy duro, el más duro desde que llegué aquí», pero no le queda otra que «intentar asumir lo que ha pasado cuanto antes y mirar hacia delante».
El defensa central, después de que los días iban pasando y nadie del club le comunicaba nada, nunca pensó que «ocurriría esto. Porque si me lo dicen, pues tengo tiempo para buscar un equipo con fichas libres, pero de esta manera es muy difícil».
Figueras llegó al Racing hace dos temporadas, de la mano de Chuti Molina, antiguo director deportivo. Firmó un contrato de tres campañas y el verano pasado, antes de empezar este curso, se produjo una posibilidad de salir de El Sardinero. «Tuve opciones, hubo varios equipos que me querían. Hablé con el club y le dije que mi intención era la de retirarme aquí si podía. Ellos me dijeron que no había ni posibilidad de salir ni tampoco que iban a hacer nada por prolongar más mi contrato y ahí quedó la cosa». El defensa comenzó la temporada a las órdenes de Javi Rozada y pronto empezó a perder peso en el equipo. Algo que, con la llegada de Aritz Solabarrieta, se multiplicó hasta el punto de desaparecer de la alineación y de las convocatorias. Parecía que el nuevo entrenador no contaba con el catalán y esa situación ha propiciado la ruptura del contrato.
OPCIONES DE SALIR EN VERANo
En la charla que Amorrortu mantuvo con Figueras en La Albericia, en la que se le comunicó su repentino futuro, el mandatario le trasladó que la entidad le abonará hasta el último euro que tiene firmado. «Sí, no hay ningún problema, no tengo nada que esconder, pero no hay nada que me compense lo que ha pasado. Yo lo que quería era acabar la temporada aquí y en el campo y el daño ya es irreparable», confiesa.
El zaguero echa la vista atrás y admite que ha sido «intenso el tiempo que he pasado en el Racing». Firmó tras un cambio de timón y de rumbo en los despachos y todo salió perfecto. «El primer año se cumplieron todos los objetivos que me planteé cuando vine aquí». Vivió algunos de los «mejores momentos» de su carrera». El segundo capítulo comenzó «de una manera ilusionante. Era el regreso al fútbol profesional para algunos y el estreno para otros y realmente el año no se dio nada bien. Fue difícil, muy complicado». El día y la noche en apenas un año natural. El tercero de los actos volvía a tener una carga de exigencia máxima y el catalán «lo aceptó de buen grado», pero señala que «deportivamente no está saliendo como se esperaba. Es triste, pero espero que cambie».
SU IDEA DEL PROYECTO
Ya desde fuera, Figueras observa este proyecto de cantera del que ya no forma parte y lo define como «algo fascinante», pero señala sus dudas sobre si «se ha corrido mucho en ese proyecto de cantera y subir el equipo al fútbol profesional. Todavía no sé si el deseo de Amorrortu es un proyecto de gente de la casa o subir. Habrá que preguntarle a él». No duda en que «es ideal, y para los racinguistas más, ver a chavales de aquí debutar con el primer equipo, pero hay pasos y pasos».
Llegó a ser capitán -como él mismo señala- de uno de «los mejores clubes» en los que ha militado. Se marcha «triste» por no devolver a la afición «lo que me dio». Para el catalán «desde que entras en este club te das cuenta de la dimensión que tiene y espero que siga igual. Es un club de verdad y no solo por historia». Su repentino cambio de planes le obliga a seguir en Santander pese a todo, «porque los niños van al cole aquí, están a gusto», pero no se limita a esperar. «Pasarán unos días y valoraremos lo que podemos hacer; si llega una oferta de fuera o de donde sea... Siempre he sido un chico valiente y la familia y yo la estudiaremos», concluye.
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