Duelo de gigantes bajo palos

Para el técnico, La Rosaleda no es un campo más. En la temporada 2021-2022 el asturiano firmó con el Málaga por dos años. Su equipo arrancó con fuerza y completó una primera vuelta magnífica. Pero como en tantas historias de fútbol, lo que empezó de maravilla no tardó en disolverse como un azucarillo. En enero de 2022, un 0-5 ante el Ibiza dinamitó su proyecto y le costó el puesto al asturiano. El regreso a ese escenario será un recordatorio casi inevitable de ese capítulo, pero también una oportunidad de escribir otro, esta vez desde el banquillo visitante. Los técnicos tienen memoria, pero también orgullo y José Alberto no es la excepción. Las emociones estarán ahí, agazapadas.

El Racing llega a este partido como líder en solitario, algo que no sucedía desde hace 32 años. Con 36 puntos en su casillero y una ventaja considerable -de diez puntos- sobre sus perseguidores, los cántabros se han ganado el respeto de la categoría, no solo por su posición en la tabla, sino por su capacidad para adaptarse a cualquier escenario. Es el mejor visitante del campeonato, con una solvencia fuera de casa que habla de una madurez poco común. Esa solidez tiene muchos nombres propios, pero esta noche las miradas estarán puestas en uno en particular: Jokin Ezkieta. El portero del Racing se ha erigido como una pieza clave en el éxito del equipo. En la otra esquina, Alfonso Herrero. Ambos protagonizan un duelo tenso e interesante en la portería. Los dos han sido, hasta ahora, muros infranqueables para muchos rivales, y sus números no hacen más que alimentar la expectación.

Herrero ha realizado 58 paradas, más que ningún otro candado de la categoría. Por ejemplo, Ezkieta suma 45, trece menos que el toledano. Aunque es cierto que el portero del cuadro andaluz tiene un partido menos debido al aplazamiento del Levante-Málaga a causa de la DANA que asoló Valencia.

Ezkieta, por su parte, no lidera la tabla de intervenciones, pero es el Zamora de la categoría con un coeficiente de 0,80 y 12 goles recibidos. Herrero le sigue de cerca con un coeficiente de 0,79 y 11 goles encajados. Sin embargo, la estadística no acaba ahí. El navarro ha dejado su portería a cero en siete ocasiones, mientras que el toledano lo ha logrado en ocho. Y siguen los guarismos. Si el meta del Racing ha parado uno de los tres penaltis a los que se ha enfrentado; Herrero ha detenido dos de cuatro. En cada apartado, uno de ellos se lleva la victoria. La balanza se decanta de un lado y de otro de manera continua sin colocar a uno como vencedor.

Esta noche, ambos porteros tendrán que demostrar que no solo son buenos contra cualquiera, sino que también pueden serlo entre sí. Sobre todo en un duelo que podría definirse en los pequeños detalles. En una parada imposible o en el gol que llega cuando ya nadie lo espera. Para Ezkieta el desafío estará en contener a un Málaga que lleva siete jornadas invicto y que desde que arrancó la Liga solo ha perdido un partido en casa, igual que el Racing. Para Herrero, la tarea será detener a los verdiblancos, que, aunque llegan sin Arana por un esguince de rodilla, tienen una capacidad única, una habilidad especial. La de que cualquier jugador de la plantilla puede enfundarse en el disfraz de delantero y marcar goles que llegan desde segunda línea. Y no dudarán en poner a prueba la impenetrabilidad del toledano.

La lista esta temporada es tan larga como impredecible: Andrés Martín, Sangalli, Pablo Rodríguez, Íñigo Vicente, Michelin y Aldasoro... entre otros, se han sumado a esa nómina de goleadores. Y si esta noche el gol tiene que venir de un delantero, los racinguistas confían en que Jon Karrikaburu y Ekain sigan dando pasos hacia adelante. El navarro, que se estrenó en Liga ante el Racing de Ferrol tras haber marcado en Copa contra el Lanzarote, busca demostrar que puede ser el '9' que se esperaba. Ekain también quiere consolidarse tras sus tantos en Liga y Copa.

El Málaga cuenta con Herrero como seguro de vida bajo palos, pero necesita algo más si quiere regresar a Primera, de donde descendió en 2018. Quizá por eso La Rosaleda espera ansiosa un partido que promete ser cerrado, intenso y lleno de matices. Pero eso no asusta al Racing. Porque el cántabro es, sobre todo, un equipo que cree. Y en el fútbol, esa es quizás la cualidad más importante.