Un duelo de pura dinamita

El alegre Racing, amante del cuerpo a cuerpo, se la juega casi siempre al talento de sus hombres de ataque, que el sábado tendrán una dura prueba, ya que se enfrentan a la zaga menos goleada de la competición –16 tantos encajados–. Pero José Alberto cuenta con el segundo máximo goleador de Segunda División. Peque, con sus doce tantos, solo se ve superado por un Martin Braithwaite (16 goles con el Espanyol) con un caché fuera de la categoría. Ytambién con el octavo de la lista de artilleros. Juan Carlos Arana, con nueve dianas. Es el segundo futbolista que más goles aporta al cuadro verdiblanco.

Estas cifras seguramente no serían posibles si, además de todo esto, el Racing no contase con el mejor asistente del campeonato. Con diferencia sobre los demás. Íñigo Vicente y sus diez pases de gol convierten al vasco en indispensable y diferencial. Cuánto le echó de menos su equipo el pasado domingo en Albacete. Ya totalmente recuperado del proceso vírico que sufría, volverá el sábado al once.

Enfrente, tres tipos con ocho goles por barba. Mención especial para el cántabro Dani Raba. Juntos suman 24 de los 39 goles pepineros. Ha anotado esa reseñable cifra. De hecho, uno de ellos frente al Racing en la primera vuelta. Pero, además, ha aportado cinco asistencias para sus compañeros. El zurdo juega y hace jugar. Ya sea desde la mediapunta o desde el extremo.

Borja Jiménez cuenta además con dos rematadores puros. Por un lado, un Miguel de la Fuente que ya se ha convertido en un clásico de la categoría. Un gol cada 172 minutos. A sus 24 años ya ha disputado más de 80 partidos en Segunda, además de 34 en la máxima categoría. Propiedad del Alavés, se encuentra cedido en Butarque. Más tiempo para marcar precisa Diego García –un tanto cada 238 minutos–, pero suma otros ocho para ese tridente blanquiazul que pondrá a prueba el sábado una defensa racinguista que, esta temporada, no está mostrando su mejor cara.

Lo que está claro es que a unos cuantos protagonistas del duelo entre el equipo cántabro y un líder –antes sorprendente, ahora consolidado– se les caen los goles de las botas. Y eso, sobre todo de cara al espectador, es siempre sinónimo de espectáculo. Pura dinamita en los Campos de Sport. Lo que hace falta es que la pólvora visitante se moje con la lluvia prevista para el sábado en la capital cántabra y que la única explosión sea la de alegría de la parroquia racinguista por un importante y sonado triunfo de su equipo.