El duelo de la tristeza

Hasta Almendralejo se irá hoy el Racing arrastrando los pies como hace el aspirante a nada. Realmente lo hará en autobús hasta Parayas y en vuelo chárter hasta Badajoz. Luego allí acabará el viaje en dos autocares –para mantener las distancias– cumpliendo ese protocolo innegociable que hace encogerse de hombros a quien se lo cuentan. Y hasta allí han viajado Martín Solar, Marco Camus y Miguel Goñi, tres de los canteranos que realizarán una especie de selectividad con el primer equipo. En casa se ha quedado el reguero de lesionados que ha dejado el regreso al fútbol y que comenzó con David Barral, siguió con Alexis, continuó con Álvaro Cejudo, no paró con Enzo Lombardo y remató la faena ayer con el esguince del dedo pulgar de Luca Zidane, que perdió la titularidad, la salud y la convocatoria –por este orden– justo cuando se le acabó la efectividad y el contrato. El colmo de los colmos.

Oltra suspira, se muerde el labio inferior, arquea las cejas y se refugia en la dignidad para darle sentido a un mes de competición que se avecina eterno. Se mire por dónde se mire, lo del Racing es absolutamente indescifrable. Es como si a un cojo le pusieran la zancadilla cada vez que se levanta. En sus cinco partidos, no ha ido más de cien minutos perdiendo y ha sido incapaz de ganar a nadie. Se ha adelantado tres veces –ante el Lugo, la Ponfe y el Albacete– y siempre le neutralizaron; ha terminado en dos ocasiones con un futbolista menos y hasta el VAR se ha cebado con él. Pero, qué decir de un equipo que en once jornadas tuvo un expulsado, que se adelantó 17 veces y sólo ganó cuatro partidos y ha perdido once puntos en los últimos cinco minutos.

Si es que el FBI se quedó sin analistas tratando de encontrar una explicación convincente. Ahora bien, siempre hay una. No lo olviden. Y, precisamente hoy puede quedar disipada cualquier duda: ¿Qué equipo tiene la plantilla más floja? El duelo por todo lo bajo entre el Racing y el Extremadura dejará listo para sentencia el deshonroso título del farolillo rojo y de paso algún sonrojo para aquel que por vergüenza torera se dé por aludido por ser el responsable de tanto desastre.

El Racing y el Extremadura son como esos dos amigos a los que les sorprende el alba cantando 'Asturias, patria querida' de camino a casa. Dando tumbos y desorientados. Sin norte y sin que la noche les haya regalado una triste sonrisa cómplice.

Se mire por dónde se mire, a este cuento le quedan seis fechas y a Oltra una pila de trampas con las que toparse en el que era el mayor reto de su carrera deportiva. La alineación de hoy no es lo más importante, pero de cualquier manera no estaba mal que la imagen y, ya si es posible, el resultado sean buenos. Salvo casos contados, lo que no se puede decir es que haya faltado compromiso. Más bien han faltado otras cosas que no se entrenan. Por eso es una buena noticia que juegue Iván Crespo en la portería –ya ven con que hay que ilusionarse–. En defensa es buen momento para modificar la pizarra y por eso Carmona, Manu Hernando, Jordi Figueras, Iñaki Olaortua y Moi Delgado pueden reunirse en una línea de cinco delante de su portero. Regresa Ritchie Kitoko a la lista y probablemente también al once inicial, junto casi seguro a Mario Ortiz.

Los tres hombres de ataque pueden ser Borja Galán, Nando García y... A Jon Ander, que era el indicado, le han dado permiso para que se vaya a celebrar su paternidad –faltaría más–. En una temporada en la que todo han sido lágrimas –más para el vitoriano que se rompió el año pasado la rodilla– está la cosa como para dejar pasar algo así. Así que Rafa Tresaco lo mismo debuta como titular porque la enésima oportunidad de David Rodríguez resultaría innecesaria.

Ya que van, que jueguen. Ya que los chavales se han ido hasta allí, que debuten. Ir para nada... Es tontería. Lo mismo se revaloriza alguno y le sale el viaje más barato al Racing.

Del Extremadura ni habló Oltra ni parece que haya dado mucho que hablar el club extremeño. Es igual de efectivo en su casa que fuera, ha pedido más partidos que el Racing y marca menos goles que los cántabros. Se lo pueden imaginar. Tiene tres puntos más, eso sí, los mismos que si pierde hoy le condenarían a la última posición.