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A Jordi Figueras (Lérida, 1987) se le ilumina la cara y en su voz se le nota ilusionado, pero tiene «muchas dudas». Las tiene porque aunque se haya vuelto a los entrenamientos «poco tiene que ver lo de ahora con lo que serán los partidos». ... Y las tiene porque «cuando empecemos a estar en grupo... Ya veremos». Sin embargo no las tiene sobre su equipo. «Si ganamos al Lugo, nos convenceremos de que puede ser posible». Es de los veteranos, pero nunca jugó «un partido a puerta cerrada». Ahora se enfrenta a once en cinco semanas y a una contrarreloj para estar a punto.
-¿Qué tal con su 'nueva vida' en La Albericia tras finalizar parte del confinamiento?
-Teníamos ganas de volver. Después de dos meses en casa es difícil entrenar y aunque hayamos tenido planes específicos no es lo mismo. Ahora estamos los compañeros, aunque sea a distancia, y es otra historia pese a que diste mucho de lo que nos espera en los partidos.
-Corren por el campo, tocan el balón, pero de jugar al fútbol más bien poco. Y queda un mes para volver, ¿qué piensa?
-No podemos pasar el balón al compañero, no hay contacto... Espero que pasemos rápido a la siguiente fase del protocolo porque esto te limita muchísimo, aunque es lógico porque prima la salud.
-Han pasado dos meses desde que jugó el último partido de Liga ¿Ahora sí ve más cerca la vuelta a la competición?
-Es evidente que se ha dado un paso con la vuelta a los entrenamientos, pero yo personalmente tengo mis dudas. Se ha priorizado el tema económico, hay muchas pérdidas por parte de los clubes, de la Liga, las televisiones... Pero cuando vuelvan los entrenamientos de grupo, con los contactos en los saques de esquina o en tantas acciones que tiene el fútbol yo tengo mis dudas de que todo no se descontrole. Ya lo iremos viendo, no puedo decir más.
-El Racing fue el primero que expresó su malestar por la realización de los test a los jugadores antes de que al personal sanitario ¿Se han sentido solos o abandonados al comprobar que ningún club les siguió el paso?
-No. No lo hicimos para que nadie nos siguiera, ni para que nos aplaudieran. Expresamos nuestra opinión y lo hicimos antes de que se supieran las fechas de regreso o si íbamos a volver. Había gente en primera línea jugándose la vida y creíamos que ellos debían ser los primeros.
-Los futbolistas han pasado dos meses en casa y ahora en un mes quieren que estén a punto, ¿es posible?
-No. Ya hemos dicho que se necesitan cinco o seis semanas en condiciones normales, en unas vacaciones normales, pero viniendo de casa... Es casi imposible. Ya se están viendo las lesiones que está habiendo y eso sin hacer entrenamientos en grupo. Es muy complicado que después de haber estado alejados del fútbol tantos días podamos volver a estar bien en tan poco tiempo. En unas vacaciones normales juegas al pádel, vas a correr o no paras, pero es que no hemos podido hacer casi nada. Los más perjudicados serán los jugadores, es evidente. Se corren riesgos, pero no podemos lamentarnos. Esto es lo que hay, hay que acabar la Liga y el tiempo es el que es.
-Toca mirar hacia delante. En marzo el Racing era colista y emitió alguna señal de recuperación ¿Es factible salvar la categoría? ¿Lo tiene igual de mal o ahora todo es distinto?
-De lo que no hay ninguna duda es de que empieza una nueva Liga. Una Liga de once jornadas, con todos en las mismas condiciones y el que mejor se adapte, tanto física como psicológicamente, será el que tenga éxito. No lo tenemos ni mejor ni peor que antes. Creo que el partido ante el Lugo, no sólo por ser el primero, será clave. Ganar al Lugo puede darte una ilusión y una moral muy grande que te permita pensar que es posible.
-La pregunta casi se contesta sola, ¿qué le parece jugar a puerta cerrada?
-Sí. Se contesta sola. El fútbol sin aficionados no es fútbol, es otra cosa. Ellos te transmiten sentimiento, fuerza y alegría cuando estás en el césped. El jugador lo nota. Yo personalmente no he jugado nunca un partido sin público, pero otros amigos que sí lo han hecho me dicen que es otra historia. El míster ya jugó uno así y nos ha dicho que es otro deporte. Ahora se oye todo y los jugadores estamos aún más expuestos, habrá que estar más comedido con lo que se dice ahí abajo (risas). Es lo que toca, pero no es la solución porque es traicionar la esencia.
-Y además, en su caso y en el de sus compañeros, quedarse sin El Sardinero, puede ser una desventaja más. Hay equipos que no tienen la posibilidad de jugar con 20.000 aficionados a su lado...
-Indudablemente. El Sardinero es un plus. Nunca falla, su gente nunca nos falla y ahora no van a poder estar junto a nosotros. Este año bien es cierto que no hemos podido darles muchas alegrías a los seguidores, pero para nosotros no será lo mismo. Animo a que nos puedan ver a través de las tecnologías, la televisión o lo que sea. Nunca nos han dejado solos y les echaremos de menos.
-Entrenan sin saber cuándo podrán juntarse, ni cuándo podrán jugar el primer partido... Y ni tan siquiera conocen con certeza si podrán contar con algunos de los compañeros que finalizan el contrato el 30 de junio, ¿qué le parece?
-Todavía está sin resolver. Los días van pasando y nadie sabe nada. Los jugadores que han firmado con otros equipos no saben si les dejarán jugar, los que terminan las cesiones... Cada jugador que se encuentra en esa situación es normal que tenga mucha incertidumbre metida en el cuerpo. Es muy difícil.
-Si ya se sabían de memoria el calendario que les quedaba antes del parón, tras dos meses sin saber qué hacer ahora mucho más. Once partidos y muchos de ellos contra rivales directos ¿Dónde está la clave del éxito?
-Todos sabemos de sobra lo que nos queda. Jugando a puerta cerrada influirá más bien poco lo de jugar en casa o hacerlo fuera, pero la clave está en llegar bien físicamente. Ya he dicho que hay que tener fuerza mental, ir ganando paso a paso tus momentos para reforzarte y hacerte fuerte y no hay más. No tenemos margen de error. Hemos hecho un buen trabajo estos días, dentro de lo que se ha podido hacer, y confío en que el equipo esté a la altura. Es clave también ir con cabeza y no intentar hacerlo todo en una semana porque puedes correr riesgos. Tenemos partidos con rivales directos como son ante Albacete, Tenerife, Lugo, Extremadura, Oviedo... Ya digo que no importa mucho si es en casa o fuera. Hay cinco o seis partidos que no podemos fallar y en eso nada ha cambiado. Es igual que hace dos meses.
Luca Zidane afirmó ayer que aunque el equipo estaba «en un buen momento de forma antes del parón» obligado por la pandemia originada por el Covid-19, está «seguro» de que van a «volver aún mejor» para afrontar las once jornadas que quedan de campeonato.
«La clasificación es la que es, pero nosotros vamos a pelear por el objetivo, que es mantener la categoría. Quedan once partidos y lo vamos a dar todo para intentar salvarnos», añadió el cancerbero francés.
Zidane valoró la vuelta a los entrenamientos, de momento de forma individual, y se mostró «muy contento de poder pisar el terreno de juego» y ponerse los guantes después de casi dos meses a causa del confinamiento impuesto por la pandemia de coronavirus. «Siempre es bueno volver a hacer lo que más nos gusta, que es jugar al fútbol, y a la vez prepararnos para la vuelta a la Liga».
El portero racinguista señaló que, a pesar de que el cuerpo técnico les ha mandado actividades durante toda la cuarentena para no perder la forma, «se agradece volver a los entrenamientos porque puedes ver a los compañeros y es muy distinto a estar en casa solos».
Luca Zidane reconoció que «al principio fue complicado» quedarse confinado en casa, «pero luego te vas adaptando» y lanzó un mensaje a la afición verdiblanca y a todos los ciudadanos para que sigan «cumpliendo las normas del Gobierno, salir de casa lo menos posible y hacer todo con precaución siempre».
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