Secciones
Servicios
Destacamos
Que el fútbol es un estado de ánimo es ya una ley no escrita y una frase que hizo celebre Jorge Valdano. También lo sabe José Miguel Manzanares (Torrelavega, 1967) que no es argentino, pero sí psicólogo y lo ha puesto en práctica ... en el Racing, un club que conoce de sobra. Ya estuvo con Miera, Nando Yosu, Setién... Y ahora ha vuelto para ayudar a los jugadores a recuperar la confianza y autoestima con la maestría que le dan sus 27 años de experiencia.
-Ha sido llegar al vestuario y cambiar la dinámica del equipo. Parece que ha sido el mejor fichaje del Racing hasta ahora.
-Eso me lo dicen en broma los jugadores. Me llaman talismán, el mejor fichaje de invierno... Pero no soy yo quien debe comentar la influencia que puedo estar teniendo en el equipo. Sí es cierto que he llegado en un momento en que el equipo estaba en puestos de descenso, pero independientemente del momento, mi trabajo es ser un ayudante del entrenador. Mi función es preparar psicológicamente a los jugadores. Eso implica trabajar aspectos claves para rendir al máximo nivel, como la autoconfianza, la concentración, la activación, la resiliencia, manejar la presión... Todo lo que tiene que ver con lo psicológico que es muy importante para que el jugador rinda a su máximo nivel.
-La táctica, la estrategia, el físico... Tienen su parcela. ¿La parte psicológica sigue siendo tabú?
-Sí. Llevo 27 años trabajando como psicólogo clínico y deportivo. Como clínico mi trabajo en la consulta es 'curar' personas que tienen algún problema, y como deportivo en principio no tengo que curar a nadie. Trabajo con deportistas que se supone que no tienen ningún problema y el objetivo es entrenarles mentalmente. Lo que pasa es que yo sé que todo ser humano tiene problemas y ellos son personas, también los tienen. Como trabajo tanto a nivel individual como con el grupo, sé que a nivel individual les voy a ayuda en los problemas emocionales y psicológicos que tengan. Cubro todo lo que necesita un futbolista para estar a su máximo nivel, porque cualquier problema que tiene una persona afecta a su rendimiento.
-¿Qué se encontró cuando aterrizó en el equipo? ¿Cómo era el estado de ánimo?
-Lo que yo me encuentro es un vestuario triste. El primer día me impactó porque tuve la sensación de un velatorio. Fue después de perder con el Real Unión. Es normal. Es hasta positivo que un equipo que está perdiendo, que tiene unos objetivos que no se están cumpliendo, que eso afecte a su estado de ánimo, si no pensaríamos que no lo viven intensamente. A nivel individual una vez que hablé con los jugadores la mayoría de ellos me decían que no estaban rindiendo a su nivel. Eso afecta a su confianza, genera inseguridades, problemas de concentración y hace que no salga lo mejor de cada uno. No partíamos de cero, sino de menos no se cuántos. Esa es la realidad que me encuentro en el vestuario.
-¿Ha sido muy difícil recuperar la autoconfianza del equipo?
-La confianza se va logrando peldaño a peldaño, como subiendo por una escalera. Poco a poco. Logras algo y aumenta tu confianza. Pero se pierde bajando por un ascensor. Cuesta mucho recuperarla y es muy fácil perderla. Lo que yo quiero lograr es que consigan autoconfianza independientemente de lo que suceda. Si tienen minutos o no, si se gana o no. Que lleguen al partido con su mejor versión, el mejor futbolista que pueden ser.
-¿Siguen alguna rutina antes de los partidos?
-Trabajamos aspectos como la visualización. Es una técnica que consiste en calentar mentalmente para el encuentro. Se trata de visualizar el éxito, visualizar mi partido en la mejores condiciones posibles. Es una de las técnicas más poderosas de la psicología. Muchos jugadores me decían que eso lo hacían en su casa el día antes, pero el momento ideal para hacerlo es justo antes, en el vestuario. Ese es el momento de llenarte de pensamientos positivos, de concentrarte en lo que tienes que hacer, de conseguir el grado de activación.
-¿Cómo son sus sesiones?
-Los viernes trato de trabajar individualmente con los jugadores. No soy partidario de esperar a que recurran a mí. Los busco. Tengo que abrir una cremallera en ellos que va de su cabeza a su corazón y entrar en sus pensamientos, su preocupaciones, su vida futbolística y personal. También hay ocasiones en que es el jugador quien me llama y me dice: 'Manza ¿podemos hablar?' A nivel individual podemos trabajar aspectos relacionados con el deporte o personal. Y a nivel de grupo, el día antes del partido trabajo en el vestuario, los jugadores y yo solos. Todo el cuerpo técnico se retira, y ahí trabajamos la concentración, confianza, la activación... El día del partido llegamos a las 15.15 horas y esos primeros 15 minutos trabajo con todos los jugadores, sobre todo la visualización y el intercambio de opiniones.
-¿Hacen una charla?
-Considero muy importante que los jugadores se involucren y que lo hagan hablando, que se comprometan. Es el momento en que ellos son los protagonistas y de alguna manera se mojan, opinan sobre lo que es importante psicológicamente para ese partido. Es delicado y hay que saber gestionarlo y manejarlo, pero es fundamental. Si por ejemplo un jugador dice que hay que hablar mucho en el campo no solo da un buen consejo a sus compañeros sino que él ya se está comprometiendo a hacerlo. Eso genera aspectos fundamentales para mí en un equipo: el ambiente, la unión, la comunicación y el compromiso.
-'Un vestuario unido' es una expresión que se usa mucho ¿Lo hay en el Racing?
-Sí, hay buen ambiente. En este equipo desde el primer día se canta. A veces no hay que inventar grandes cosas. Es un grupo de gente joven que es muy fácil llevarla al terreno de la alegría. Da la sensación que el buen rollo implica poca seriedad y eso es una gran mentira. La alegría genera un buen estado de ánimo y eso es el motor de nuestro cuerpo. Un jugador que no se encuentre bien, dentro de ese ambiente le hace sentirse mucho mejor y olvidarse de sus problemillas.
-¿Qué hace un psicólogo deportivo que no puede hacer un entrenador?
-Hay que diferenciar. Un entrenador puede ser un gran motivador, pero no maneja herramientas psicológicas para conseguir lo que desea.
-¿Atiende solo a la plantilla o también al cuerpo técnico?
-En el caso de Aritz está muy abierto a mejorar como entrenador a nivel psicológico y así me lo dijo desde el primer día. Me abrió la posibilidad a que lo ayude, lo que dice mucho de él. Debido a mi situación con los jugadores sé cómo está su estado de ánimo y puedo dar esa información al entrenador para que la pueda usar. Que alguno necesite más apoyo, otro quizá que el míster esté más encima...
-La obligación de ascender del Racing, ¿ha provocado mucha presión en algunos jugadores? ¿Ha tenido que ayudarlos a lidiar con eso?
-Sí, segurísimo. Cuando hablo con los jugadores que no son de aquí casi todos lo ven como un club de Primera División. Ahora el objetivo es ascender y al no cumplir esos objetivos se genera una presión que también ejercen los medios, el entorno... Manejan las redes sociales y están al día de qué es lo que se cuece en torno al equipo. Sí les ha podido la presión a unos más que a otros, es algo normal. Son humanos.
-¿Más a los canteranos o a los jugadores experimentados?
-Eso no va con la edad. Puede haber jugadores que lleven muchos años y también les afecta la presión. Puedes pensar que alguien con mucho currículum sea muy fuerte mentalmente y este jovencito que viene de la cantera le va a pillar más frágil. Pues no. Detrás de cada jugador hay batallas. Aunque sí que uno de nuestros objetivos es cuidar a los chavales de la cantera.
-¿Quién recurrió a usted y lo contrató?
-Antes siempre a la hora de llegar a un club me había contratado el director deportivo o el entrenador. Es la primera vez que lo hace el presidente. Alfredo Pérez, Pedro Ortiz, Víctor Diego... Todo el Consejo de Administración se reunió conmigo porque veían importante el estado de ánimo. Cuento también con el apoyo del entrenador. Le expliqué cómo trabajo y como ahora los resultados son positivos ya no quiere que deje de funcionar así.
-Tiene la costumbre de colgar en redes sociales una foto del equipo antes de los partidos.
-Sí. Eso forma parte del sentimiento de pertenencia. Hay muchos jugadores que vienen de fuera y que no saben lo que es el sentimiento racinguistas. Entrenan todos los días en las instalaciones Nando Yosu y no lo conocen. Yo, que he trabajado con Yosu, he considerado importante explicarles quién es, qué es el espíritu de Nando. Y en el afán de que sientan más el Racing me ha surgido la idea de la foto y si podemos generar en el racinguismo una conexión sería maravilloso.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.