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El modelo de juego al que nos tiene acostumbrados Carlos Pouso es sobre todo uno en el que lo primordial son los jugadores y no es un tópico sencillo.Por supuesto que es un entrenador bastante intervencionista tanto en el desarrollo del modelo de juego como durante los partidos, pero siempre anteponiendo la realidad de su plantilla a sus ideas. No buscará que ningún jugador haga nada con lo que no se sienta cómodo o todavía no tenga bien automatizado, sino que siempre va buscando que todas las tareas que encomienda a cada jugador estén acordes a lo que este puede realizar en el campo. Ideas claras y ambición de que se lleven a cabo, pero con los auténticos protagonistas como foco de ellas.
El técnico de Lejona busca a menudo un estilo de juego rápido y moderno para sus equipos. Rápido en cuanto a la velocidad a la que pide que se ejecuten tanto los ataques como las presiones y moderno porque es muy moldeable tanto al rival como al momento exacto de sus equipos. No nos encontramos con un técnico con un esquema inamovible si no que a menudo variará matices y conductas de sus jugadores para intentar sacar el máximo provecho de los suyos y hacer lo más incómodo posible el partido a los contrarios. Juego de toque, de líneas juntas tanto en ataque como en defensa y valiente en los planteamientos, siempre que puede intenta que sus conjuntos sean los protagonistas en los partidos.
Inicio de juego por abajo cuando sea posible y realmente dañe al rival e ir ganando metros poco a poco asegurando la posesión, pero sin caer en un manejo inútil de la pelota, si lo que demanda la situación es un balón directo, sus jugadores lo buscarán y estará claro cómo y dónde hacerlo.
Prefiere una presión alta a un repliegue bajo y sobre todo que los rivales tengan la pelota menos que los suyos. Esfuerzo físico, ayudas y solidaridad a la hora de recuperar el balón son las señas de identidad de sus equipos.
Pouso es un líder silencioso. Humilde en declaraciones, claro, sincero y directo ante la prensa, pero muy cercano y hasta bromista con los suyos.Necesita para que sus equipos den el máximo rendimiento que el ambiente sea bueno en el vestuario y esto lo consigue siendo alguien que sin figurar como el primero sí que es metódico en lo que quiere y en cómo conseguirlo. Una de sus virtudes ha sido siempre el acertar con la gente que formaba parte de sus plantillas para tener esos perfiles que se ajustan mejor a la manera que tiene de entender al jugador y su profesión. Es una incógnita saber qué tal le puede ir entrando en un vestuario a mitad de temporada con unos objetivos tan ambiciosos y con una plantilla que en gran medida desconoce. Sobre todo en el plano personal que es donde él marca las diferencias y donde consigue que cada miembro del equipo saque su verdadero potencial y lo ponga al servicio del conjunto y del grupo.
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