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A David Barral (San Fernando, 1983) le cuesta trabajo poner cara de serio, en cambio sus palabras suenan así: «Este debe ser el año». El gaditano aceptó la oferta del Racing «porque se ha hecho un equipazo». Piensa quedarse «algún año más» y le motiva ... el equipo, el entrenador, el entorno... Y no le preocupa aún hacer goles, porque por ahora «el equipo no los necesita».
-Muy bien. Adaptándome al equipo, a los compañeros, al sistema del entrenador y contento porque la dinámica del equipo es muy buena y así es más fácil adaptarse.
-Ya conocía el club. Tenía que ponerme al día sobre la Segunda B y los campos que hay que visitar, los rivales que vienen a encerrarse aquí... Sabía que el Racing es un club grande, con la metodología de uno de Primera, un histórico, con buenas instalaciones, buen estadio y todo ha sido muy positivo.
-Estoy bien físicamente y me falta el rodaje que te dan los partidos así que poco a poco iré cogiendo esa dinámica.
-No creo que tenga yo ningún problema sobre una presión. Lo único que hay que hacer es jugar al fútbol y hacerlo bien. El equipo está haciéndolo bien tiene buenas condiciones, primero destacado y preparándonos para que llegue el play off. Llegarán los goles. El equipo tampoco es que necesite muchos goles; lo que se necesita es jugar bien y ganar. Hay que ir mentalizándonos en la fase de ascenso que es lo más importante y los goles llegarán y bienvenidos serán. No me importa que los meta yo o que lo meta otro compañero. Lo importante es que las sensaciones con las que nos vayamos sean buenas.
-No me preocupa en exceso; cuando tenga que llegar, llegará. Cuando lleguen las ocasiones, si Dios quiere, entrarán.
-Sí, es verdad. Se han puesto los partidos un poco revoltosos. Cuando he entrado íbamos 1-0 ó 1-1 y se han remontado gracias a ese espíritu que tiene. Es bueno que se tire de orgullo y de casta.
-Es algo parecido. En el Norte se vive el fútbol muy desde dentro. Noto algo parecido a lo que viví en Gijón; la gente te ve y te anima por la calle, aporta y eso lo noto. Ese cariño.
-Antiguamente cuando jugaba se hacía en arena o césped. Fue la primera vez y me adapté bien, se hizo lo que se pudo.
-Tenemos una plantilla para pelear bien en Segunda; hay mucha calidad y el objetivo es llegar al play off muy fuerte. A base de juego.
-Me gusta. El ambiente que transmite, todo el mundo contento juegue o no. Eso es importante para sacar el rendimiento a los futbolistas y eso es bueno. Seguramente disfrutemos más de él.
-Viven el fútbol. Manolín estaba continuamente nervioso. Eso es bueno, siempre que el entrenador esté alentando al futbolista desde fuera.
-Sí, por supuesto. Me gusta que saquen lo que llevan dentro y eso te lo transmitan a tí y tu lo sacas. Al futbolista, que el técnico haya sido jugador, es como que nos comprende a la hora de fallar un pase, un gol. Ciertas decisiones las entiende mejor. Nos puede echar una mano.
-Por el club, el proyecto, el equipo que tiene muchas opciones de subir, aunque quede el play off... Es el más destacado de la categoría y eso me dio un empujón. En Santander se vive el fútbol. Prefiero sacrificarme estos cinco meses para tener luego mis frutos, si Dios quiere, en un buen ambiente como este.
-Estaba de vacaciones. Lo que me había llegado de Segunda no me transmitía seguridad y ojeando el mercado de Segunda B hablé con Nico y le dije que podía estar dispuesto a venir aquí. Y a partir de ahí me puse en contacto con Chuti Molina.
-Me vendió hasta... Chuti es un artista, buena gente. He cogido una buena relación desde entonces y ha hecho un equipazo. Este debe ser el año. Tenemos todo lo que hay que tener para lograr el objetivo, bien es cierto que falta un play off por medio, pero somos un serio candidato al ascenso.
-Subí a Segunda con el Castilla y años más tarde a Primera con el Sporting de Gijón. Siempre son partidos de muchísima tensión. Es bonito un ascenso. Es como ganar un título y para jugadores humildes, más. Yo celebro un ascenso como un título o más porque para un futbolista es muy importante ascender.
-Son igual que la final de cualquier título. Hay que afrontarlo como una final. Muchos compañeros se juegan el subir a Segunda por primera vez, es su futuro, su comida y debe ser una final y no se puede ver de otra manera.
–Jon Ander ha metido goles decisivos, le han señalado penaltis vitales; Segovia también fue determinante al principio de la Liga... Pero la afición habla de Barral.
–Yo también estoy deseando marcar goles y llegarán. En cuanto lleguen las ocasiones y las oportunidades de gol. No me preocupa en exceso, no estoy nervioso y sé que el fútbol es así y en cuanto lleguen las ocasiones entrarán. Llegará uno y llegarán los demás.
–¿Le ha sorprendido algún futbolista de la plantilla en concreto?
–Ninguno en especial. La plantilla tiene un nivel muy alto y se puede competir en Segunda con esta plantilla bien y sin problemas.
–¿Qué destacaría de lo que ha visto desde que ha llegado en el vestuario?
–En general hay un nivel muy alto, ya lo he dicho, pero es que además hay un grado de compromiso muy grande y eso es fundamental para conseguir el éxito. Hay mucha competitividad y eso terminará por acabar bien. Todos lo que forman parte del vestuario, incluyendo el entrenador y su cuerpo técnico, tienen claro el objetivo y cuando vinimos aquí aceptamos el reto.
–¿Cuál es su deseo como racinguista?
–El mismo que el de todo el mundo y para el que he venido a este equipo: ascender. Aquí se está a gusto y me gustaría que todo saliera bien y celebrarlo en junio. A eso he venido.
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