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«Estoy contento por los jugadores, estoy contento por Pedro y estoy contento por mi mujer». Aritz Solabarrieta estaba emocionado. No es un hombre de gestos o al menos no lo parece. No demuestra mucho sus sentimientos, pero es evidente que durante las tres ... semanas que lleva en Santander habrá rumiado la impotencia y la desesperación sin que nadie le vea. Quizás por eso es comprensible que ayer en la improvisada rueda de prensa se le escapase algún guiño personal, más que profesional. Sólo faltaba. La tensión a la que se ha visto sometido, por sus errores, sus desmanes o por lo que el fútbol arrastra, le avalan para ese detalle.
El míster racinguista, el 'renacido', como se le calificaba ayer en estas mismas páginas, toma aire después de un triunfo balsámico. «Sabíamos dónde veníamos y sabíamos qué tipo de partido teníamos que hacer y eso es lo que hemos hecho», sentenció en un intento de explicar en pocas palabras lo que realmente importaba. Y en eso no se equivocó. Bien es cierto que la idea de que el Racing termine en La Florida pidiendo la hora por el temor de que un gol del 'Portu' le dejase en los puestos de descenso era preocupante, pero al mismo tiempo es el inicio de algo. «La victoria es importantísima, porque un equipo que está muerto no hace esto», señaló con rabia. Con la frase quiso recordar todas las veces que habrá oído esta semana que el Racing estaba tocado y casi hundido. Lo dijo con sentimiento y ojalá que tenga razón.
práctico
Solabarrieta alargó las respuestas todo lo que pudo, en eso también se percibió un intento de cambio, probablemente porque los dueños del club le habrán leído la cartilla y 'aconsejado' que olvide esa pose de enfado con la que sorprendió en sus primeras comparecencias. «Somos conscientes de que nuestra situación no es la más idónea y se ha hecho el partido que se tenía que hacer», añadió. Sin que resulte insistente, no es grato que el Racing se contente con ganar por la mínima y de penalti, con apuros y sin convencer en el campo de un recién ascendido, pero realmente «era lo que había que hacer». En eso tiene razón.
El 'Portu' es un conjunto serio y que ya en la primera vuelta le robó un punto de El Sardinero. Ese día -la primera jornada- le sacó los colores y le mandó una advertencia al Racing. El entrenador, ayer, en un intento de darle méritos al triunfo ensalzó un poco más al rival. «Y se ha hecho en este campo, ante un rival bueno que juega muy bien a los balones largos. El otro día vino aquí el Levante y le costó horrores ganar», indicó. En eso tampoco estuvo muy equivocado; más que en el potencial del enemigo, sí en la dificultad que tiene siempre el Racing cuando le toca jugar en un campo de los de 'Segunda B', del otro fútbol. Solabarrieta destacó que «había que ponerse a trabajar y lo hicimos».
Y cuando la rueda de prensa estaba siendo plácida -sobre todo después de las que hizo frente días antes- llegaron las preguntas incómodas, que si bien se hicieron esperar, a buen seguro que el de Ondarroa contaba con ellas. Es un hombre de fútbol y después de la caricaturesca rueda de prensa que dio tras la derrota ante el Real Unión y el segundo acto protagonizado por sus jefes, en el que le ratificaron en el cargo, sabía que pasase lo que pasase en Portugalete iba a tener que asumir las cuestiones referentes a su continuidad. «Es la primera victoria desde que yo llego aquí. Aquí nadie dijo que esto iba a ser fácil», aseguró, aunque no entró en lo que realmente se le preguntaba, que fue si la semana había sido especialmente dura por su posible cese.
sensación
Los compañeros insistieron, la intención era sacarle unas palabras sobre si ahora se veía más confiado y reforzado, pero Solabarrieta abogó por contestar lo mismo que hizo el pasado domingo. «Todo lo que no depende de mí, intento que me quite la menor energía posible». Siendo prácticos, no está mal. Nada puede hacer porque los que realmente tienen la potestad de poner y quitar en el banquillo verdiblanco son sus 'jefes', los mismos que le han dado 'una vida extra' más en el cargo.
Y entonces, después de señalar a lo que no va a dedicar las fuerzas ni el tiempo, decidió apuntar lo que sí hará. «Todo lo que puedo hacer es estar con los jugadores a morir».
agradecimiento
El entrenador racinguista saltó al señalar el árbitro el final del partido. Primero lo hizo en solitario y acto seguido Dorronsoro, uno de los miembros de su cuerpo técnico, le abrazó. No se sintió tan solo. Después saludó a algunos de sus jugadores y aprovechó para hacer lo propio con otros del 'Portu', como Thaylor o Murua, a quienes dirigió en el Bilbao Athletic. Necesitaba compartir con alguien la alegría después de tantas tristezas.
El míster volvió a señalar el triunfo como «importantísimo» y recalcó que «preparamos los partidos al máximo, los entrenamientos también y estoy orgullosísimo de mis futbolistas».
Finalmente, no dio tiempo para más la improvisada rueda de prensa a pie de campo que ofreció a los compañeros desplazados a La Florida, donde los responsables cambiaron el horario habitual del partido de las mañanas de los domingos a la tarde del sábado. Tan solo contestó sobre el cambio de Diego Ceballos. «Se ha torcido el tobillo en la primera parte y es cierto que en la segunda mitad el primer balón largo que nos han echado... Lo hemos visto desde el banquillo. Esperemos que pueda estar el domingo con nosotros», concluyó antes de irse al autobús.
La victoria en Portugalete le ha dado a Aritz Solabarrieta una semana más de interinidad; nada más. Y nada menos. El club tenía la decisión tomada: de perder en Portugalete, ya con ocho días de margen antes del próximo partido, se destituiría al entrenador de modo inmediato, sin necesidad siquiera de meditar más la decisión, puesto que estaba tomada.
De la misma manera,Pérez y Ortiz consideran que no se podía despedir al técnico en caso de victoria, máxime después de haberlo mantenido pese al criterio unánime en su contra tras la derrota del miércoles frente al Real Unión. Pero todo lo que ha ganado Solabarrieta es tiempo. El domingo frente al BilbaoAthletic afrontará una nueva reválida en los Campos de Sport. El ondarrotarra necesita más de una y más de dos victorias para dejar de ser lo que de facto es: el entrenador interino del Racing.
Uno de los factores decisivos para que el vasco no dejara el mismo miércoles de ser entrenador del Racing fue precisamente la falta de tiempo para buscarle un relevo, pero la directiva verdiblanca ha reconocido que mantiene abiertos contactos tras ponerse en marcha hace unos días, conforme la crisis deportiva delRacing se iba agravando. Las conversaciones que tuvieron el pasado verano con diferentes técnicos y profesionales del entorno racinguista les han dado más perspectiva y alternativas en caso de que deban cambiar de técnico.
Del mismo modo se actuó conJaviRozada. Antes de destituir al asturiano el Racing ya se había dirigido a Solabarrieta, antes de que el empate frente al Arenas pusiera fin a la etapa del asturianos en Santander después de siete partidos de Liga y uno de Copa.
Solo una segunda victoria consecutiva consolidaría a corto plazo a un entrenador que ha sufrido un extraordinario desgaste en las apenas tres semanas que lleva en el club, tanto por los pésimos resultados –hasta ayer, tres derrotas en tres partidos– como por su modo de llegar al equipo y la imagen pública que ha mostrado. El hombre de confianza de José María Amorrortu tiene ya un argumento más, al margen del responsable de la estrategia deportiva, para defender su presencia en el banquillo verdiblanco. Pero no por eso la directiva deja de mirar al mercado. No solo al de futbolistas, sino que también sigue atenta a la situación de los técnicos que tiene en cartera.
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