Un espejo para creer en la permanencia

Después, unos números de fase de ascenso: quince partidos con ocho victorias, seis empates y una sola derrota. 19 goles a favor y 10 en contra. La temporada siguiente el Xerez ascendería a la élite por primera y última vez en su historia. No es el único ejemplo de equipos que en marzo eran colistas y finalmente se salvaron, pero sí el más cercano al actual Racing. Tanto por puntos como por los momentos en que se produjeron los cambios de entrenador.

En aquella plantilla militaba Francis Pérez (Barbate, 1980), después capitán racinguista que ahora, desde la distancia, sigue con atención al Racing y cree, porque lo vivió en sus carnes, en la remontada. «Es un año complicado y difícil. Cuando estás abajo en al clasificación es mala señal, claro, pero hay que seguir adelante, porque quedan muchos partidos y la Segunda es la Liga más larga, con 22 equipos y 42 jornadas, así que no se puede dar nada por perdido tan pronto», reflexiona el de Barbate. No por eso deja de ser consciente de la situación y hace una reflexión muy clara: «Evidentemente ya en casa no se pueden conceder más puntos. Para salir de una situación así tienes que hacerte muy fuerte en tu campo».

La receta es a grandes rasgos la que traía José Luis Oltra. La que toca intentar aplicar y la que es obligado decir en una situación como la actual, por otra parte. Más allá del tópico conjugado con evidencia de la necesidad de enlazar dos o tres victorias que no solo sirvan para remontar puntos, sino también como apoyo anímico, apela a la cohesión interna y externa. A que el entorno y la afición cierren filas por el bien común. Aunque después sean los futbolistas quienes salgan a jugar.

«Me acuerdo de que empezamos con Rondán y acabamos con el Boquerón Esteban. Claro que nosotros ya sabíamos desde el principio que teníamos un buen equipo y que no era normal que estuviéramos ahí, como colistas, pero había ocurrido lo que ya he dicho antes: que por una cosa u otra entramos en mala dinámica y en un pesimismo que no ayudaba. Recuerdo que cuando vino el Boquerón Esteban se produjo un giro total. De nuevo había alegría en el equipo. Él era el primero que estaba confiado, y aunque también nosotros, él lo mostraba siempre más y al final nos lo contagió. Y mira: ahí estuvo la prueba de que era posible: que nos salvamos».

«Al final yo creo que en estos casos lo que hay que hacer es creer en el equipo. Para remontar una situación así tienes que estar convencido y hacer más piña que nunca. Es el momento de estar todos unidos, y cuando digo eso me refiero a todos: plantilla, cuerpo técnico y afición. Más en Santander, con la fuerza que tiene la afición del Racing. Así todo es siempre más fácil».

Apunta otra técnica para la elaboración de la receta: «Ya sé que suena a tópico, pero es la verdad: en estos casos te tienes que plantear cada partido como una final. En aquel Xerez esa fue una de las claves», explica evocando una temporada en la que el cambio de entrenador resultó fundamental no solo desde un punto de vista técnico o táctico, sino también, según explica el gaditano, para generar un buen ambiente y transmitir optimismo y autoconfianza a la plantilla.

«Sabíamos que teníamos buen equipo -evoca el andaluz- y que siendo fuertes en casa podíamos mantenernos, como así fue. En esto también influyen mucho las dinámicas y se cogen rachas, así que hay que enlazar tres o cuatro partidos sin perder y a partir de ahí era posible. Eso es lo que tiene que buscar el Racing, porque si lo consigue, todo se verá diferente», explica. Y es que el excapitán insiste: «esta Liga es muy larga, y aunque algunos equipos se vean tranquilos y con cierto margen, si pierden un par de partidos o tres pueden verse de pronto en problemas y venirse abajo.

Exjugador de ambos equipos, Francis ve evidentes paralelismos en la situación de este Racing y la de aquel Xerez: «Aquel año estábamos en una situación similar, hasta en el número de victorias -los andaluces habían ganado dos partidos más, pero también acumulaban muchas más derrotas- y de puntos -solo uno más que los cántabros, y la situación del Málaga puede desembocar a la postre en que este año solo desciendan deportivamente tres equipos-. Así que esto es cuestión de ganar esos partidos».

Es consciente de que el Racing ha ganado solo tres en toda la temporada, pero piensa incluso más en la dinámica y el estado de ánimo y confianza que en los puntos: «Solo de haber ganado al Sporting todo se vería completamente diferente. Y sería solo por un partido, que no da la permanencia», reflexiona.

Conoce, en resumen, la magnitud del reto, pero lo ve posible y apela a la búsqueda de esa nueva racha que nunca ha llegado: «Es que no queda otra: ir a ganar a Málaga y después hacerse fuerte en casa. Es normal que la gente esté pesimista, claro; el equipo está el último y a seis puntos de la permanencia, pero mientras haya puntos en juego es posible y así se ha demostrado. Hay que confiar en ello», concluye el gaditano antes de desear fortuna a un equipo cuya suerte fue durante seis años la suya y que le dejó huella. La suficiente para verle, si su trabajo se lo permite, un fin de semana tras otro. Y para confiar en que la permanencia verdiblanca es posible.