El experimento de Toribio sale mal

El central inventado por obra y magia de Oltra se adaptaba como podía a un rol que no es el suyo. Para colmo, el Málaga se empeñó cada vez en ponérselo más difícil y negarle un tiempo de identificación con el medio. La primera media hora fue de constante dominio local lo que le obligó a Toribio a mimetizarse en defensa del todo. Tiró de oficio y de experiencia para suplir sus carencias, pero aún así se le vio incómodo y desorientado. Lo de ser delantero y central en el Racing debería de llevar aparejado un plus de dificultad, al margen de que los empleados no hayan estado acertados ni por asomo. Al 'nueve' no le llega una pelota y al zaguero le acorralan cada tarde. El rendimiento colectivo no ayudó a Toribio.Después de comprobar el resultado, todo es más sencillo, pero el circunstancial defensa no fue la solución al estropicio defensivo que asolaba al Racing antes de empezar. Ya no se podrá saber si la presencia de un canterano específico en la posición hubiese sido másrentable. La decisión de Oltra fue la que fue y no salió bien.

La estrategia del Málaga es de Primera División, pero si además se le conceden facilidades pues «te pintan la cara», como bien anunció con buen criterio Oltra. Y así fue. Una falta lejana colgada a la espalda de la defensa acabó en el gol de Lombán a placer y mandó a casa a la defensa del Racing. A Toribio se le fue de mano la marca, el balón aéreo y la posición. No sólo fue culpa del catalán, pero indudablemente volvió a estar desubicado. Otra más.

Ni se le vio cómodo junto a Manu Hernando arropado y en el centro de la zaga ni tampoco cuando se vio obligado a salir de su zona y tapar al contrario en carrera. Incapacidad manifiesta. Ayer no era el día del Racing –otro más– y le pilló a Toribio trabajando fuera de donde acostumbra. Ni los laterales le ayudaron ni Manu Hernando minimizó los numerosos problemas que el medio centro reconvertido evidenció.

Lo de que Toribio fuese el elegido para suplir la triple baja de Alexis, Figueras y Olaortua fue una decisión de Oltra, el encargado de tomarlas. Barajó hasta última hora entre el catalán, Nkaka y Abraham Minero. Lo del belga hubiese sido poco más o menos que una broma de mal gusto, puesto que lleva dos meses paseando la cometa por La Albericia y hubiese sido llamativo que se le recuperase para un partido vital y en una posición crucial. Prefirió a Toribio antes que a Abraham el valenciano, probablemente por lo mismo que dejó en casa a Juan y a Mirapeix, por eso de la experiencia. No es que Abraham no la tuviera, pero si se decantaba por él tendría que solucionar el lateral izquierdo. Optó por lo más sencillo;un centrocampista con buen manejo de balón y juego posicional. No salió bien. Aunque ayer tampoco hubiese sido sinónimo de éxito que hubiera jugado Cannavaro.

Claro está que echarle todas las culpas a Oltra y a Toribio sería injusto y poco inteligente. En diciembre ya se apuntaba a que el equipo necesitaba un central, después de que Alexis no hubiese estado a la altura, Olaortua diera el nivel justito y Figueras no acabara de explotar. Quien manda en los despachos decidió tapar esa herida conManu Hernando, un chaval suplente en Segunda B. Como habrá sido la cosa, que finalmente el joven palentino se ha hecho con un puesto y las distintas eventualidades se han tenido que corregir con centrocampistas reconvertidos. Mal se mire por donde se mire.

Y es que esta plantilla, aunque llegue Oltra al rescate con discursos motivantes y motivacionales, está hecha tan mal que han terminado echándose de menos a los jugadores fichados para rellenar, como Hernando, que es uno, o incluso Óscar Gil, al que se le puso la cruz sin crucificarle. Y, ojo, ¿no digan que no echan de menos a Nuha? Pues eso.