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Ser portero en un equipo que juega sin mirar atrás es un ejercicio de funambulismo diario. A Jokin Ezkieta no le importa. «Cuento con ello», decía a El Diario la semana pasada antes de ir a Castalia. Cómo lo sabía. Ante el Castellón le ... tocó actuar en un circo de tres pistas. «Debemos mejorar en lo que no hacemos bien, porque los jugadores que tenemos arriba están al alcance de pocos en la categoría», añadía. Toma esa. La estadística de la Liga le daba ocho paradas al finalizar el partido el domingo. La inteligencia artificial no entiende de esto: Paradas, no, paradones.
El navarro fue el mejor en un partido loco y jugado sin orden y concierto. Pero es que lo fue ante el Oviedo en el Carlos Tartiere y fue decisivo en Tenerife, donde el Racing repitió victorias a domicilio. Ezkieta fue provindencial en el mano a mano, en la larga distancia y por alto. Mantuvo al equipo en el partido e hizo bueno que el solitario gol de penalti fuera suficiente. Sus compañeros jugaron ese roncanrol tan manido y le impusieron al partido el ritmo tan alto que hace que por el momento pocos equipos le aguanten el tipo, sin embargo fueron sus paradas las que permitieron que aquello funcionase.
Personales Nació en Villava (Navarra) y tiene 28 años. Mide 1,93 metros y peas 80 kilos.
Trayectoria Osasuna, Barcelona B, Sabadell, Athletic de Bilbao y Racing.
Partidos En Primera, 1. En Segunda División, 56, 54 con el Racing y 48 de ellos de manera consecutiva.
Debut con el Racing En Copa del Rey, 21 de diciembre de 2022, en la eliminatoria ante el Linares. En Liga, jornada 36, ante el Zaragoza, el 15 de abril de 2023.
«Todos los días hace dos o tres paradas de enorme dificultad», explicaba a El Diario, Pedro Alba, un mito de la portería cántabra, capitán racinguista durante muchas temporadas y uno de los maestros escultores de jóvenes porteros. «Lo mejor que se puede decir de él es que falla poco», añade. Eso es precisamente lo que marca a los porteros, sus fallos. En los delanteros se olvidan pronto. En Castalia Arana tuvo dos muy claras, una tercera fue mérito suyo y de haberla metido habría sido el gol de la Liga muchas jornadas; Andrés Martín tuvo otras dos determinantes y Karrikaburu desperdició una imperdonable. Sus fallos se han medio olvidado a día de hoy porque finalmente llegó el gol de penalti, la victoria y punto. De haber fallado Ezkieta le hubieran señalado.
«Esa facilidad con la que saca las difíciles e impone en el área en las demás acciones del juego aporta confianza al equipo y se traduce en puntos para el Racing», insiste Alba.
Ezkieta cumplirá el mes de diciembre dos años casi, casi indiscutible. Poco antes de la Navidad del 2022 apareció por Linares José Alberto para estrenarse con el Racing en aquel partido de Copa del Rey y la primera decisión que tomó fue cambiar al portero. En Liga volvió al banco. «Sigo pensando que precisamente el hecho de que su rendimiento sea tan alto se debe en parte a que tiene detrás a un compañero que le está apretando», concluye Alba, en ese afán de reconocer el trabajo en la sombra, lo que no se ve. Miquel Parera era el portero de confianza de Guille Romo. El mallorquín lo estaba haciéndolo bien y fue una pieza clave en el ascenso la temporada pasada (20021-22) a Segunda desde la Primera RFEF. No obstante, José Alberto apostó por el suyo. Fue una decisión que no se entendió del todo, porque Parera era de lo poco que se había salvado en aquel arranque de Liga titubeante. En Zaragoza, Parera fue expulsado y saló Ezkieta. Jugó cinco partidos más. Parera solo volvió el último del curso de manera testimonial. Desde entonces, 48 partidos como racinguista consecutivos y ya no salió de los planes del míster ni en los entrenamientos del jueves. «El fútbol puede cambiar en cualquier momento, varía con facilidad y esto se trata de estar preparado para cuando te toca», reconocía el meta. Formado en la cantera del Osasuna y moldeado en la del Athletic de Bilbao, una fábrica inacabable de colegas de posición donde solo estar es sinónimo de talento. Emigró a las categorías inferiores del Barcelona donde jugó en el filial.
54 partidos
ha jugado con la camiseta del Racing. Los últimos 48 seguidos.
Siempre a la espera de una oportunidad que no llegaba regresó a Lezama y debutó en Primera de rojiblanco. Sin embargo, nada. No encontró su sitio y continuó la búsqueda. En el verano de 2022, Romo se fijó en él para buscarle competencia a Parera y lo que encontró fue a su 'verdugo' -permítase la expresión-. Fichó por el Racing dos temporadas -hasta 2024- y Ezkieta hizo la maleta y se la jugó. Se llegada a Santander fue difícil para él.
Después de apostar con salir y cambiar de aires se encontró que nada había cambiado. Parera seguía de titular y, de nuevo, debía ganarse el puesto. Pero el cambio de entrenador fue determinante. «Son cosas del fútbol. Cuando un compañero lo hace bien hay que esperar», decía por aquel entonces. La ley del fútbol. En aquella Copa en Linares, el míster hizo una declaración de intenciones. Fue su primer partido. En este curso, ya lleva seis partidos y ellos ha sido, si no el mejor, decisivo. «Es un portero muy sobrio, de altura, de los de ahora de esa escuela que impone, que es valiente y muy completo», explica José Ceballos, el otro dueño eterno, junto con Alba, de la portería racinguista.
Para el de Pámanes, que sigue trasmitiendo sus conocimientos y sirviendo de referencia para los jóvenes porteros aspirantes, Ezkieta «domina todas las facetas del juego; se encuentra cómodo bajo palos y está hablando en el campo». Para Ceballos «la temporada ha empezado muy bien y lo más importante de un portero siempre es la confianza que puede transmitir a sus compañeros». En eso coincide con su antecesor, Alba, «porque eso permite al futbolista jugar más tranquilo, saber que tiene en la portería alguien seguro».
Ceballos, que ha visto unos cuantos, repite que «el Racing es un afortunado ahora mismo de poder contar con un portero de esta nivel».
El club lo ha renovado hasta 2027. Lo hizo este verano, cuando se dio cuenta de que el curso pasado había servido para enseñarlo y que si no se daba prisa se quedaba sin él. «Aquí estoy a gusto. Las cosas han salido bien y ahora estamos en un momento en que podemos hacer grandes cosas», concluye el navarro.
La alineación de este Racing empieza a ser reconocible. El que no falla es el del portero. Es el arma secreta de la música que toca el equipo. No se le ve, pero al final de los partidos es al que todos abrazan. El navarro es el interruptor del equipo.
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