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Después de sufrir su primera derrota desde que comanda la nave racinguista, Cristóbal Parralo se mostró contrariado en sala de prensa y más allá de los detalles del juego de su equipo el técnico incidió en la falta de resolución de su equipo ... en las momentos decisivos. «Nos ha faltado contundencia en las dos áreas, en la nuestra y haber sido más efectivos en las ocasiones que hemos generado. En esta categoría cuando no eres contundente acabas perdiendo el partido».
Menos locuaz que la semana pasada, hasta ahora el cordobés no sabía lo que era ir por debajo en el marcador en tu etapa como racinguista, después de haber dominado durante buena parte del duelo en Lugo y de la contundente victoria ante el Extremadura. Si tras el duelo ante los de Almendralejo se mostró crítico con los suyos pese a la victoria, ayer el míster, obviamente, tampoco se mostró satisfecho. «No estamos contentos con el resultado y con algunas cosas del partido».
Y es que además de la derrota el partido en el Martínez Valero sirvió para revivir viejos fantasmas, como encajar goles después de pérdidas de balón en zona peligrosa, que las caídas de los delanteros rivales hagan mucho daño al espacio que se crea entre la defensa y el centro del campo o que la salida de balón nunca fuera limpia. Precisamente en la parcela ancha estuvo la principal modificación del equipo con la entrada de Sergio, aunque Cristóbal no quiso hacer valoraciones individuales. «Nos ha costado tener una posesión clara de balón. Cuando lo hemos conseguido hemos generado, con cambios de orientación».
Situaciones ofensivas que, pese a no derivar en ocasiones claras, sí sirvieron para que el equipo tuviera el dominio del partido, sobre todo en el primer tramo del mismo. «Ellos cierran muy bien las líneas de pase y si éramos capaces de salir de ahí y buscar lado contrario teníamos opciones. En los primeros veinte minutos lo hemos conseguido».
Sin embargo, otra vez un gol en una jugada aislada cambiaba el rumbo del partido y hacía caer la moral de los jugadores. «El tanto nos ha dejado tocados, en el descanso hemos intentado hablar y arreglar algunas cosas que estaban pasando». Pese a ello, la charla no surtió efecto y un mal comienzo de la segunda mitad derivó en una nueva anotación del Elche que puso el partido muy cuesta arriba para los intereses racinguistas.
En ese momento el cuerpo técnico que lidera Parralo decidió arriesgar y optó por colocar a Álvaro Cejudo como mediocentro en lugar de Toribio, algo que ha había hecho Ania en el partido del Tenerife y que fue un estímulo para que el Racing lograra darle la vuelta a un marcador adverso y rascar un punto de la isla. En Elche no ocurrió lo mismo, aunque para el entrenador la variación sí tuvo un punto de vista positivo. «A raíz del segundo cambio, cuando hemos retrasado a Cejudo el equipo ha logrado tener más el balón y generar más situaciones con jugadas de Lombardo, Yoda o las llegadas de los laterales.
Pese a la mejora, todos los acercamientos cántabros se estrellaban contra la férrea defensa ilicitana, liderada por un Gonzalo Verdú imperial en el día de ayer. «Nos ha faltado finalizar alguna de esas jugadas para meternos en el partido».
Buena parte de esas transiciones ofensivas eran lideradas por un Enzo Lombardo que, sobre todo en la primera mitad, trajo en jaque a su par, Óscar Gil, que pese a ver tarjeta en los primeros compases del encuentro supo rehacerse e ir poco a poco minando la moral del galo, que en la segunda mitad buscó más asociarse con Yoda en la parte derecha de la ofensiva racinguista. Parralo no quiso incidir en la importancia del extremo para el juego de ataque de los suyos. «Es un buen jugador, está aportando al equipo igual que otros compañeros pero la lectura quiero que sea global».
Sobre el Martínez Valero se dieron cita dos equipos contrapuestos en las jugadas a balón parado, un Elche que es uno de los mejores equipos en esta parcela y un Racing que sufre cuando tiene que defender saques de esquina y faltas laterales. Cuestionado por el trabajo semanal en esta materia, Cristóbal destacó que «hay días que se entrena a puerta cerrada para cuidar los detalles», con lo que dejó entrever que fue en esa sesión lejos de los medios en la que prepararon la defensa de la pelota parada. Pese a no encajar goles en esas acciones, los cántabros volvieron a demostrar que lo pasan mal cuando el cuero llega volando a su área pequeña.
Cabizbajo por su primera derrota al frente del equipo, Cristóbal quiso volver a incidir en la falta de contundencia de los suyos en los momentos decisivos y en las partes decisivas del terreno de juego. Es decir, donde se decide el partido.
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