En familia en los Campos de Sport

La imagen que transmitía la grada era aún menor, como se ha convertido en rutina en un conteo que no depende de tornos, pero que tiene de todos modos en cuenta a todos aquellos que acceden al estadio, incluidos trabajadores, voluntarios, periodistas, etcétera.

Todo en una caída constantes desde los más de 9.000 espectadores que (con seguidores castellanos incluidos) llevó a la grada un Racing-Burgos también con los verdiblancos en crisis de resultados y en el que, como ocurrió ayer, Ángel Viadero salvó con una victoria un partido que afrontaba con la sensación de jugarse el puesto.

La escasa asistencia contrastaba además con los 8.256 abonados con los que contaba el club ya en septiembre, una cantidad que incluso ha crecido ligeramente con la campaña de captación de abonados de la segunda vuelta. Con lo que unidos a los invitados y los aficionados que sacaron su entrada en taquilla, más de 3.000 socios optaron por no asistir a los Campos de Sport confirmando un diagnóstico ya adelantado en otras ocasiones. El Racing cuenta con un núcleo de grupo que renueva su carné por fidelidad al club, pero que en Segunda División B no asiste generalmente al estadio.

Los más de 5.000 espectadores dejaron ver, eso sí, cierto cansancio con la situación y llegaron a silbar incluso a uno de los capitanes, Borja Granero durante su sustitución. El valenciano, por cierto, se perderá el vital choque del próximo domingo ante el Mirandés tras ver la quinta cartulina amarilla -el equipo de Pablo Alfaro perderá a dos hombres importantes por las expulsiones de ayer: Yanis y el exracinguista Israel Puerto-. Claro que lo hizo solo un sector, y no toda la grada de unos Campos de Sport que comienzan a evidenciar cierta división de opiniones. De hecho, al final del partido la masa social se dividió entre los aplausos y los pitos -estos últimos ganaron ligeramente- pese a la victoria del equipo -muy apurada, eso sí- y lo propicio de una jornada en la que su resultado, unido a la derrota del Mirandés, le coloca a tres puntos del líder.

El partido de ayer marcaba así un doble punto de inflexión: el malestar de un importante sector del público y la definitiva caída de asistencia. Si durante las primeras jornadas los Campos de Sport habían mantenido la entrada de la temporada pasada en la confianza de que, como entonces, los números mejoraran con el paso de los meses, en esta ocasión, y en plenas dudas deportivas, la evolución ha sido la inversa. Los dos últimos partidos en casa han sido los peores en lo que a entrada se refiere.