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La fiel afición del Racing
MI SAQUE DE ESQUINA ·
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Las canciones dicen menos mentiras que los políticos. Y alimentándonos con el aire de los Campos de Sport para llenar los pulmones, expulsamos nuestros sentimientos ... para acompañar los sones de un himno que comienza diciendo: «Santander tiene un buen club / con mucha y fiel afición / que le sigue entusiasmada / y le inyecta su emoción».
Qué manía con salpicar las veleidades de un puñado de desalmados sobre una amplia mayoría que desde hace más de cien años se ha hecho acreedora de ser «mucha y fiel afición». Y entre esa fiel afición destacan las peñas y su emocionante aventura de seguir al equipo para animarlo, exaltarlo y fomentar el apoyo a todo lo que representa, que en el caso del Racing trasciende a lo deportivo y penetra en la sangre de nuestra identidad.
Las peñas surgieron en torno al Racing casi al mismo tiempo que el equipo. En 1916 fue una peña, la del Catastrófico del Café Royalty, la que impulsó la candidatura de José Nova para ocupar la presidencia del Racing. En 1919, con motivo del éxito deportivo de la obtención del subcampeonato de la Serie A del Campeonato Regional Norte, las ocho peñas racinguistas que entonces había se encargaron de organizar un banquete homenaje a los jugadores que se celebró en el Hotel Inglaterra. Aquellas peñas eran El Centro, L'Comptoir, Royalty, Ideal Drink, Bar Americano, La Leonera, Círculo de Recreo y Áncora.
En 1925 un grupo de jóvenes racinguistas que formaron la peña del Tirabeque fueron pioneros en la coordinación para animar al equipo. El grupo se ubicó detrás de la portería más orientada al Norte, en una nueva grada que se había construido. Hasta entonces el público manifestaba sus expresiones protestando al árbitro con silbidos o celebrando los goles con exclamaciones, ovaciones o flamear de pañuelos, sin que hubiera coordinación ni ensayo para animar.
Pero buscando una mayor homogeneidad y estilo para apoyar al Racing, los jóvenes del Tirabeque encontraron la inspiración en México, donde alguno de sus miembros había residido, sugiriendo un rítmico sonido que se extendió por toda España y aún se mantiene: el ¡Ra, ra, ra! Aquellos jóvenes del Tirabeque mostraban un escandaloso y alborotador entusiasmo con el equipo, y cuando el fotógrafo, periodista, árbitro y años después presidente de la Federación Cántabra de Fútbol, Alejandro Quintana, percibió aquel jaleo de gritos nunca oídos en los Campos de Sport, exclamó dando nombre a la nueva grada, ya que a modo de sorpresa recitó el primero de los versos del 'Tenorio' de Zorrilla: «¡Cuán gritan esos malditos!». El nombre, como el bullicioso ánimo que se despliega durante los partidos del Racing en esa zona del campo, continúa vigente. La «mucha y fiel» afición del Racing no solo se activaba en Santander. También se organizaban viajes para seguir al equipo y animarlo en los campos ajenos. Y en aquellas expediciones también hubo mártires. El 5 de enero de 1930, cuando el Racing iba a jugar su partido liguero contra el Real Madrid en Chamartín, cuatro miembros de la peña del Tirabeque perdieron la vida en Lerma (Burgos) al dirigirse a la capital de España a animar a su equipo. Fue un accidente de la camioneta que había hecho durante muchos años el trayecto entre la plaza de Numancia y El Sardinero, trasladando a un buen número de miembros del Tirabeque para ver los partidos del Racing.
Con motivo de la crisis económica y deportiva del club en la temporada 47-48, las peñas colaboraron en la Junta de Colaboración, que aglutinó a las autoridades y otras personalidades. Los representantes de las peñas racinguistas fueron Juan Manuel Mazarrasa Quijano (Real Club Marítimo y Círculo de Recreo), Luis F. Miranda (Club de Regatas); Narciso García Echevarría (El Suizo); José Castanedo Cabrero (Círculo Mercantil); Francisco Peral Pérez (Bar Callealtera) y Félix Pescador Agüés (Bar La Oficina). En 1957 el club, con unos 2.000 socios, contaba entre sus peñas más importantes la de la Peña Óscar, Peña Los Ucos y Peña de El Suizo.
Es mucho más extenso el protagonismo de las peñas en el desarrollo del club. Su activo papel en el desalojo del consejo de administración de los 'okupas' durante la temporada 13-14 y su dinámica movilización en la ampliación de capital de 2015 para iniciar una nueva etapa accionarial merecen un respeto y consideración.
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Ana del Castillo
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