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Una fiesta prevista, aunque en un sentido diferente al que se esperaba. De la celebración del ascenso al broche a una gran temporada en la previa al último partido en los Campos de Sport. Un momento de encuentro del racinguismo en el Río de la ... Pila. Y para celebrar, que muy necesitado anda el racinguismo de buenas noticias. Cuando la Asociación de Peñas gestionó con los hosteleros del Río de la Pila una celebración dominical para el 15 de mayo calculaba que ese podía ser el día del ascenso. Al final llegó antes, pero la fecha ya estaba fijada y nada más terminar los festejos del ascenso los peñistas ya trabajaban en el evento.
El último partido del Racing en casa tuvo así el mejor prólogo posible: una larga fiesta de cerca de cuatro horas que se prolongó también en La Braña, que como muchos locales del Río lució bandera racinguista a su puerta. Hasta en el Viva la Pepa se podía ver alguna camiseta clásica del Racing. Todo un tesoro o un incunable: con la publicidad de Teka en la pechera.
El sorteo de dos camisetas del primer equipo y el reconocimiento a los autores de los tifos que luce la Gradona, una de las sorpresas que tenía reservadas la APR y la propia Gradona de los Malditos, pusieron más color al verdiblanco que tiñó el Río.
Poco después de las once de la mañana ya se veían un puñado de camisetas verdiblancas mientras la organización cortaba el tráfico y se instalaban los instrumentos en el escenario callejero colocado en el cruce con Los Aguayos. Claro que la mañana de sol y playa retrasó a muchos, y no fue hasta bien superado el mediodía, más cerca de las dos de la tarde, cuando de verdad el ambiente comenzó a apoderarse del Río de la Pila. Pero mucho antes ya mañaneaban los más fieles, a la espera de que avanzara el día.
Fue así una mañana atípica de domingo, porque desde alrededor de la once Covers, Malavida, Cool, Escándalo, 1769 y tantos otros ya habían abierto las puertas casi sin tiempo para haber hecho el botellero de la noche anterior. Un paisaje que recordaba al mañaneo pandémico, solo que en este caso sin terrazas y con un motivo mucho más alegre y festivo. Esta vez el día prometía ser largo en la última de las fiestas populares que ha vividos este año el Racing, que no han sido pocas.
«Decidimos hacer esta fiesta porque como no sabíamos qué día exacto íbamos a ascender había que prever algo. La idea era que el ascenso podía haberse dado hoy –por ayer– y poder venir después del partido, pero como hemos ascendido antes había que hacer una fiesta de fin de temporada. Además esta se propuso hace mucho. El mismo día en que terminó la de Tetuán ya estábamos pensando en la siguiente. No sé si nos van a conocer por la APR de las fiestas, pero bien está que nos conozcan por algo, porque tengamos actividad», explicaba Judit Jambrina, presidenta de las peñas y cabeza de un equipo que ha dado un fuerte impulso a la asociación desde su llegada.
La fiesta en sí comenzó a mediodía; unas cuatro horas amenizadas desde la una y media de la tarde, cuando después de un par de pruebas y algunos guiños al público Coverage se lanzó definitivamente sobre el escenario, con la cuesta del Río como improvisada grada natural, mientras se comenzaban a vender los boletos para la rifa. Todo salpimentado con precios populares en los bares de la zona... y algún chaleco amarillo enfundando la verdiblanca, que la reivindicación comenzaba ya por la mañana.
Bien pasadas las dos de la tarde los autores de los tifos recibían el reconocimiento de sus compañeros de gradona, de grada y de racinguismo, como se hizo entrega de las dos camisetas que se sortearon, otro reclamo que además sirvió para recaudar fondos para las muchas actividades de los peñistas, que tras el obligado parón que impuso la pandemia, y ya con una nueva directiva, han reimpulsado, como también una Gradona de los Malditos que incluso acompañó al equipo en el exterior del estadio cuando no se podía acceder a la grada, todo el ambiente que rodea al Racing.
De nuevo ha sido la Asociación de Peñas del Racing la que ha organizado el evento. Como ha sucedido en alguna otra en Tetuán, el Ayuntamiento de Santander se unió a la convocatoria, aunque lo hizo con menos entusiasmo cuando la reivindicación por la situación de los Campos de Sport entró en escena. El pésimo estado de las instalaciones tras décadas de abandono y a pesar de las intervenciones de urgencia de los últimos años es evidente y la masa social exige ya una intervención a la Casona después de décadas de dejación de casero e inquilino que solo han comenzado a revertirse –y solo en parte– en los últimos tiempos.
De hecho, ya durante la fiesta matinal lucieron chalecos amarillos. Algo que distanció al final al Ayuntamiento de una fiesta en la que anunció que iba a colaborar, aunque finalmente se limitó a permitir el corte de la calle y la actuación en directo.
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