Francisco Pernía, condenado a cuatro años de prisión por sus delitos al frente del Racing

Esa es la pena que la Audiencia Provincial de Cantabria ha impuesto a quien fuese presidente del Racing tras una larga y tensa espera por parte del racinguismo. A lo largo de casi ocho años las idas y venidas en los juzgados se han hecho interminables. La sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico considera que Pernía «es responsable en concepto de cooperador necesario del primero de los delitos y autor del segundo», y por ello además de cuatro año de prisión. Sin embargo la historia aún no se ha cerrado. Todavía falta por escribir un capítulo más. Ante esta resolución, que no es firme, cabe interponer un recurso de casación ante el Supremo, y todo apunta a que el expresidente buscará agotar todas las vías judiciales a su alcance para minimizar la pena y tratar de evitar la cárcel. Si no lo hiciera se podría solicitar su ingreso en prisión de manera inmediata. Si la defensa presenta el recurso y este se admite a trámite, el de Cóbreces tendrá un margen de un año o año y medio hasta que se dicte sentencia. Aunque lo cierto es que es muy difícil que el Supremo admita casaciones, será el Alto Tribunal quien tenga la última palabra.

La otra parte acusada en este procedimiento, los intermediarios Iñaki Urquijo y Juan Vergara, se les condena en «concepto de coautores» por el delito de apropiación indebida a «la pena 1 año y 6 meses de prisión, inhabilitación especial del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y multa de 9 meses con cuota diaria de 12 euros y la responsabilidad por impago de un día de privación de libertad por cada dos cuotas de multa no satisfechas y abono para cada uno de ellos de un tercio de las costas». Sin antecedentes penales, Urquijo y Vergara esquivan así la prisión al ser la pena inferior a dos años. Y es que en su sentencia, la Audiencia aplica para los tres acusados, exmandatario e intermediarios, el atenuante de dilaciones indebidas por el tiempo que ha tardado el proceso judicial. Aún así la sentencia es contundente. «Ha habido una ordenada y orquestada actividad delictiva de apropiación de dinero, y de operaciones relacionadas con administración desleal».

Francisco Pernía afrontaba una petición de condena de la Fiscalía de seis años de cárcel, además de una reclamación de responsabilidad civil que ascendía a 411.380 euros por supuesta apropiación indebida y administración desleal a raíz de la querella de los ex jugadores, que se interpuso en 2013. En el procedimiento al que dio lugar también estaba acusado otro expresidente del Racing, Ángel Lavín, que ya fue condenado por la magistrada Susana Bello, además de los intermediarios Iñaki Urquijo y Juan Vergara.

A Pernía se le acusó de apropiación indebida por la gestión de la escuela de fútbol Racing Primavera, una escuela de fútbol en Brasil en la localidad de Indaiatuba; donde el club cántabro invirtió casi un millón de euros entre 2007 y 2011 «sin obtener a cambio ningún retorno ni beneficio de ningún tipo», según señaló en su día el Racing en su escrito de acusación. A esto se sumó un delito de administración desleal continuada por la adquisición de un Audio S8 de alta gama con cargo al club para su uso exclusivo –a pesar del convenio publicitario que el Racing tenía suscrito con el concesionario Auto Gomas por el que cedía el uso de una flota de seis coches y dos furgonetas al club– y la indemnización de 100.000 euros al exconsejero de la entidad, José Campos, por su despido, un pago que se efectuó a través de la empresa de Campos, Galería Culturas.

El fallo de la Audiencia es claro. Los magistrados Paz Aldecoa, María Rivas y Ernesto Sagüillo consideran hechos probados que Pernía convino con Urquijo la puesta en marcha del Racing Primavera, con la finalidad de formar jugadores para su incorporación posterior al club verdiblanco, pero que este proyecto no contó con la aprobación del Consejo de Administración del club y además carecía de un plan documentado de viabilidad, desarrollo y seguimiento. Algo que desbarata el planteamiento de que la puesta en marcha de la escuela en América era un proyecto limpio y decidido por el Racing antes incluso de la llegada de Pernía, como la defensa del expresidente trató de acreditar durante el juicio. Al contrario, la Audiencia señala que únicamente constan las transferencias efectuadas por Francisco Pernía en dos cuentas, 'Gestión Escuela Brasil' y 'Escola Fútbol Racing Primavera' con un importe total de 956.000 euros para abonar sus costes entre las temporadas 2007-08 y 2010-11. Además también se reflejan 42.970,14 euros que «fueron desviados e su destino por Pernía» a través de varios pagos realizados con la tarjeta del club a Master Freios, una empresa de reparación de automóviles, «sin vinculación con la escuela».