No ganar también era una opción

Sin sorpresas en el once inicial. Lo previsto. El único cambio efectuado por José Alberto en la alineación fue la entrada de Marco Sangalli en el lateral derecho en lugar de Michelin. El francés sigue renqueante del rodillazo en la espalda que se llevó en Cádiz y, aunque jugó en Riazor, esta vez se quedó reposando.

Ya que había que estar, en La Gradona hicieron su trabajo, con un espectacular tifo. 'Los Malditos', tres niños con los ojos iluminados en verde, mucho humo y el apoyo de sonido y el juego de luces del estadio verdiblanco. Comienza el espectáculo. Sin olvidar lo sucedido, el capitán verdiblanco, Aldasoro, depositó un ramo de flores en el centro del terreno de juego, justo antes de un emotivo minuto de silencio. Esta vez, probablemente, sobró la música anti-bobos, para que el silencio fuese absoluto.

No salió el Racing como en otros partidos. O es que el Albacete le perdió el respeto al líder. El equipo manchego entró al campo valiente y embotelló a los racinguistas. 1.44 en el cronómetro y Ezkieta, a currar. Fidel filtró el balón por debajo de las piernas de Aldasoro. El exracinguista Riki recibió dentro del área y su tiro, cruzado, lo sacó el portero navarro con una fantástica mano abajo.

No tardó el Racing en salir de la cueva. Y los jugones, a inventar. Pero la primera ocasión verdiblanca la iba a tener Javi Castro. El madrileño robó de forma magistral y desbarató el ataque manchego. Ahí se marchó a hacer la mítica jugada de Lúcio, aquel zaguero brasileño del Bayer Leverkusen. Combinó con un compañero y se marchó al ataque. Andrés Martín premió la osadía de su compañero con una asistencia, pero Javi Castro, por la oposición y por la inexperiencia en estas lides, la mandó centrada y Lizoain evitó el tanto.

El choque estaba igualado. Entretenido. Con alternativas. De lado a lado, como el baile del cuadrado. En una de esas, Andrés Martín la volvió a poner en el área, rasa, Arana se adelantó a Lalo y... cuerpo a tierra. El Racing pidió penalti. El central del Albacete decía que, 'nanai'. Y el árbitro, que sigan. Un rato después, Arana y Lalo seguían discutiendo por la acción.

A la tercera, pues ya saben. Andrés Martín cambió de banda, a ver si esta vez había más suerte. La puso atrás, Arana no remato en el primer palo, pero en el segundo venía 'Correcaminos' Sangalli para enchufar. Tocó Lizoain, pero no fue suficiente para evitar el tanto.

El racinguismo entró en modo ebullición. En el campo, con otra ocasión muy clara de Pablo Rodríguez que desbarató el meta visitante; y en la grada, donde el personal, minuto 24, empezó a botar y a acordarse de su bendita perseguidora. Arana, en escorzo, conectó en el primer palo con un centro casi imposible.

Aunque, como dice el míster, «no os flipéis». Porque el Albacete pilló en paños menores a la zaga racinguista. Javi Rueda ganó la espalda y su disparo, demasiado cruzado, se marchó por bien poquito.

El Racing de José Alberto ha tomado como propio el lema de una clínica de estética que se anuncia en la publicidad dinámica de los Campos de Sport: 'Logra la mejor versión de ti mismo'. Aunque sólo durante un rato. Pese al susto anterior y a la ventaja en el marcador, el dominio era ya verdiblanco. Y el Albacete gastó una ventana de cambios con la lesión de Fidel, poco antes del descanso. Lo intentó Andrés Martín con un disparo, cebado, que se marchó a la grada. Cerró los ojos y la pegó con demasiadas ganas.

El Albacete no iba a regalar nada. El cuadro visitante la tuvo por partida doble. Riki no le enviará un 'christmas' a Ezkieta las próximas navidades. El asturiano, con una gran maniobra, volvió a plantarse delante del portero. Como hinchado con un compresor, el portero se hizo enorme para tapar el primer palo. El balón le pegó en el cuerpo. En el posterior rechace, la chilena de Javi Rueda la interceptó Aldasoro, de cabeza, en su camino hacia la portería. Con suspense, mientras en Las Rozas revisaban un posible penalti en el área racinguista que finalmente se obvió, terminó la primera mitad.

Tras el intermedio, regresó despistado el Racing al terreno de juego. Así que el Albacete volvió a percutir. De nuevo, Riki versus Ezkieta. El mediocentro cabeceó, flojo y centrado, y el arquero agarró el remate sin problemas.

José Alberto y Pablo Álvarez dirigían el tráfico desde el banquillo. El segundo le daba indicaciones personalizadas a Andrés Martín. Pero el que iba a tener una buena oportunidad era Pablo Rodríguez. El canario, tras una contra liderada por Íñigo Vicente, trató de buscar el palo largo, pero la rosca fue insuficiente. Precisamente el mediapunta fue el sustituido justo después, por Lago Junior. Íñigo Vicente pasó al centro.

La segunda mitad andaba con menos ritmo que la primera. El Racing estaba relativamente cómodo. Sin explotar todas sus virtudes ofensivas o, simplemente, guardándolas para cuando surgiese la oportunidad. Lago Junior avanzó por la izquierda, se la dio a Íñigo Vicente y este circuló hacia Andrés Martín. El tiro del sevillano, flojete, lo paró Lizoain, como el siguiente, en el que tampoco estuvo fino el máximo artillero racinguista.

A la zaga cántabra la volvieron a pillar desprevenida. Esta vez, Quiles se metió entre Montero y Mario García para cabecear a gol un centro lanzado desde la izquierda. Pa' dentro. En la sala VAR estuvieron un buen rato revisando la acción por un posible fuera de juego. Una posición ilegal que rompía Javi Castro. Más de tres minutos estuvo el partido parado, hasta que en Madrid pusieron el huevo.

Empate, y José Alberto, que llama Karrikaburu. En busca de gol en el banquillo, Mario García se personó en el área visitante para pegar un zambombazo con la izquierda, que Raúl Lizoain tuvo que despejar con apuros a córner. Tampoco cambió mucho la entrada del delantero navarro al terreno de juego. Hombre por hombre. Arana, a ponerse el chándal.

La acción de Mario la repitió minutos después Andrés Martín. Con el mismo resultado. El Racing volcaba el juego sobre la meta rival. Sin mucho tino. Aunque el Albacete tampoco se iba a estar quieto. A ver si va y la mete. Pero bueno, contento con el puntuco en casa del líder, tampoco iba a apurarse ni correr riesgos. José Alberto preparó tres cambios. Maguette Gueye, Suleiman Camara y Saúl García sustituyeron a Aldasoro, Marco Sangalli y Mario García.

Dio igual. No se le puede llamar frustración, porque tal y como lo lleva el Racing un empate no es para disgustarse, pero las tentativas arriba fueron totalmente infructuosas. Eso sí, el árbitro puso ocho minutos de añadido. Había tiempo aún para resolver la papeleta. O para ponerla peor. Un disparo con la zurda de Quiles no encontró portería. Y Saúl García se jugó después un posible penalti sobre el delantero, pero el colegiado no vio nada punible. Mejor así.

Al final, casi lo soluciona Maguette Gueye. El senegalés encontró zona de disparo en la frontal y no la pegó al azar. Buscó la escuadra. Por muy poquito se le marchó. Silbando al travesaño. Pero, para clara, clara, la de Andrés Martín en el minuto 97. Solo ante Lizoain, y le tiró a dar. No fue el día del sevillano.

No hubo fiesta al término del encuentro. Aplausos y poco más. No había mucho que celebrar. Ya habrá tiempo. Pero lo que está claro es que, aunque el patrón no lo entendiese así, no jugar sí que era la mejor opción.