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Las cinco de la tarde es la hora de siempre, pero, ¿un miércoles? La nueva normalidad empieza a ser tan nueva que a uno le cuesta digerir. El Racing lleva tiempo jugando a la hora de los filiales -los domingos a las 12. ... 00 horas- y ahora entre semana y en un horario en el que hay que dejar de trabajar para ir al campo. Total, como al estadio tampoco se puede ir del todo. En fin, que al Racing le han cambiado el cuento. Y que tanto se lo han cambiado que anda como loco por cantar el 'colorín, colorado...', aunque su entrenador no tenga ganas de que «esto se acabe». El hastío ha convertido a esta temporada en poco más que inacabable y en medio de ese hartazgo, este miércoles el club verdiblanco puede, con una victoria ante Osasuna B (17.00 horas, El Sardinero), dejar visto para sentencia el 'minipremio' o la clasificación para la Primera RFEF, según se mire. Se quedaría solo a un punto. El Racing debería perder todo lo que le queda y Osasuna B ganarlo. Vamos, que puede pasar pero que si pasa es para desterrar a más de uno...
Pese a tenerlo en bandeja, Solabarrieta, sumiso a su discurso premeditado y calculado, pidió cautela hasta que los números no digan que esta descorazonadora temporada se acabó. Quizás le obligan a ser tan 'prudente' las dudas permanentes que desprende su equipo, que a pesar de empatar a domicilio en Tarazona (2-2) y de ganar fuera de casa por un contundente 2 a 4 al Ebro no transmite nada de nada. Es complicado que esto ocurra, pero el Racing este año es especialista en darle la vuelta a la lógica.
Los racinguistas, los pocos que vayan al campo y los que sigan el partido de cualquier otra forma, no se acuerdan ya de reírse con su equipo. Por eso esbozan una especie de mueca fingida cada vez que alguien les recuerda que aún hay que apretar para conseguir el objetivo ¿Pero qué objetivo? Casi les sienta mal y todo señalar a la Primera RFEF como un premio. Pero es que sin ese 'premio' el desastre hubiera tenido consecuencias bíblicas. En definitiva, que hoy puede ser el día en que empiecen en La Albericia y en El Sardinero a recoger los bártulos y empezar a preparar la penitencia. Para ello Solabarrieta regresará a ese sistema con el que su equipo logró ser el mejor de la segunda vuelta del campeonato, aunque no le sirviera para ser cuando menos tercero a consecuencia de los numerosos errores. Su defensa de cuatro hombres, su línea de tres por detrás del delantero y, a ser posible, dominar el partido y ser protagonista. Le quedan con el de hoy, tres partidos en El Sardinero y, por tanto, esas son las oportunidades que tiene el equipo de dejar un buen sabor de boca y su entrenador de que le recuerden de otra manera. Este miércoles, de nuevo con un filial, no solo debe ganar sino convencer. Ya es hora.
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Hay jugadores a los que el alargamiento de la temporada les está viniendo de perlas, como a Cedric, que será titular con el '9' a la espalda, o a Pablo Torre, que sigue creciendo. Todo lo contrario pasa con otros, como Lars Gerson para quien casi no ha empezado y ya se le está haciendo larga. Solabarrieta pondrá por delante de Lucas Díaz a Diego Ceballos, Álvaro Mantilla, Óscar Gil e Isma López a defender. A Gerson le pasará factura sí o sí el grosero error que cometió ante el Ebro y su difícil adaptación.
En la zona de creación volverá a confiar en Riki e Iñigo Sainz-Maza y en las bandas, Patrick Soko y Álvaro Bustos. Regresa el asturiano después de la sanción y sin que su ausencia le haya supuesto quedarse sin su puesto. Bustos ha sido el futbolista más regular y determinante del equipo esta temporada y una de las buenas sensaciones que deja el grupo en este curso aciago. Bustos y el protagonismo de los canteranos, que en una situación tan delicada es de valorar que -obligados o convencidos- los técnicos hayan recurrido a los jóvenes para tirar del carro. Al menos se han doctorado y para el año que viene, en esa supuesta 'Segunda B Pro' que llaman coloquialmente y a la que el racinguismo se agarra como consuelo ya parten con experiencia y curtidos.
Lo del rival casi da un poco lo mismo. Si el Racing juega a lo que sabe no importará mucho, pero si se empeña en ofrecer la versión mala pues lo mismo hay que aplazar el balcón del Ayuntamiento. ¡Ah! Perdón, que no se trata de un ascenso. ¡Ah! Que hay pandemia. Que se acabe ya, por Dios.
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