La Gradona recuerda el 30 de enero

Unas 300 personas respondieron a la convocatoria y se citaron para la que será solo una de las celebraciones. Breve epílogo al pequeño homenaje del club de la mañana. Prólogo del que se celebrará en el partido frente al Espanyol. A las siete de la tarde ya había actividad en el local de peñas, aunque esta iniciativa corría solo a cargo de la Gradona, y cerca de las ocho se desplegó una pancarta que evoca un capítulo imprescindible de la historia racinguista. Después, unos minutos sirvieron para prender las bengalas y posar para la foto.

Que uno de los mejores momentos de la historia de un equipo sea el día en que se negó a jugar en medio del caos dice mucho. De su filosofía. De lo que ocurrió el 30 de enero de 2014 y de los tres años de penitencia que había pasado el histórico Racing, secuestrado y en derrumbe, que aquel día comenzó a reconstruirse. Fue el plante de la modesta plantilla de un histórico caído a Segunda B, tras meses sin jugar y rehén de un presidente –y quienes le apoyaban– que maniobraba en contra de la sociedad. Tras meses sin cobrar –y algunos empleados acumulaban aún más– se negaron a disputar el partido de vuelta de los cuartos de final de Copa, ese torneo del que eran el equipo revelación, ante la Real Sociedad. Y con esta filosofía sencilla y modesta que presidía aquella plantilla, muy alejada de los sueldos millonarios de otros equipos históricos verdiblancos de Primera, la Gradona y cualquiera que quiso unirse conmemoró lo que es un motivo de orgullo.

Algunos de los jugadores que por la mañana asistieron a la presentación de la camiseta y sudadera conmemorativa estuvieron después con la hinchada. No Andreu Guerao, que tuvo que regresar antes a Asturias, ni el Mago Miguélez. También el actual vicepresidente del Racing, Juanjo Uriel, que aportó desde la sombra en los momentos más duros. Y el entonces presidente de las peñas, Bernardo Colsa, buscando también un perfil bajo.

Los once futbolistas que salieron al césped, como su entrenador, Paco Fernández, y el resto de la plantilla, pusieron cara y nombre a un plante por dignidad y por derecho, pero tenían detrás a muchas más personas. A todo el racinguismo. Y entre ellas, las que anoche posaban junto al local de peñas, entre cánticos y pirotecnia.

La celebración sirvió también en cierto modo para abrir las muchas iniciativas previstas con motivo de los 111 años del Racing. El acto de ayer lo organizó la Gradona, pero habrá otros muchos, tanto de la Asociación de Peñas como del propio club. Los de estos días relacionados con el plante, pero a partir de mediados de febrero, para conmemorar esos años. Una efeméride que sirve en cierto modo como desquite a un centenario que, con el club en plena Era Okupa, no se pudo celebrar como la masa social hubiera deseado.

Bastante antes de las nueve de la noche, cuando se cumplían exactamente los diez años del plante, todo había terminado ya. Aún había actividad en el local de peñas; con muchas cosas que preparar y celebrar en este 2024. La próxima cita social, al margen del calendario de Liga, será el 23 de febrero, fecha del primer partido del Racing del que se tiene constancia. En junio habrá un nuevo episodio. Cuando se celebren también los 111 años, pero de la firma del acta de fundación. El Racing siempre se han hecho las cosas a su manera. Y eso no es de ahora.