La Gradona respalda a la plantilla del Racing en su enfrentamiento con Tebas

En el texto, el colectivo más animoso de los Campos de Sport manifestó su «hartazgo, asqueo y mayor desprecio hacia este fútbol moderno teledirigido por Javier Tebas y su compañía de rémoras y aduladores, quienes ante el azote del Covid-19 sólo parecen preocuparse por el dinero». Y es que la Gradona recuerda que «cientos de muertos inundan los velatorios de Cantabria y miles los de la totalidad del estado; tantos que ya ni entrarían» en el estadio racinguista.

Por eso, «por respeto a todas esas personas, muchas de ellas socias y seguidoras de un club de fútbol, el mero hecho de hablar del retorno de la competición deportiva, con la epidemia lejos de estar controlada, nos parece ignominioso incluso a nosotros, futboleros acérrimos». Algo que califican de «acto deleznable, propio de un sociópata carente de cualquier ética y aprecio por la vida humana».

En su comunicado, el grupo que conforma la zona de Preferencia Norte de los Campos de Sport insta a los aficionados al fútbol, «independientemente de nuestros escudos y colores» a ser «los primeros en decir basta y exigir que alguien pare este circo, porque no, no siempre el espectáculo debe continuar».

Así pues, este sector de la afición racinguista quiso expresar a través del texto su «apoyo» a los jugadores de la plantilla racinguista «por su valentía» al mostrar su desacuerdo con la política de test masivos para detectar posibles casos de coronavirus prevista por LaLiga, «cuando quienes no han dejado de trabajar estos días por salvar vidas carecen de ellos».

El comunicado de la Gradona de los Malditos concluye con la opinión del colectivo ante la posibilidad de que la competición regrese a puerta cerrada. Algo que, según el propio Javier Tebas, podría extenderse durante lo que resta de 2020. «Queremos recordar que un partido sin afición, piedra angular de este deporte, no es fútbol. Llámenlo como quieran, pero no fútbol»,

Al comunicado emitido la pasada semana por la plantilla racinguista, en el que no se negaba ni a pasar los test ni a jugar, pero sí mostraba su desacuerdo por la situación y su solicitud de seguridad absoluta contra la enfermedad, Tebas contratacó acusando a los futbolistas verdiblancos de querer paralizar la competición para que esta quedase anulada y salvarse en los despachos.