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El Grupo Pitma negocia desde hace meses la venta del Racing a un grupo de empresarios encabezado por José María Gallego, consejero del Betis, que ha ofrecido la dirección deportiva a Quique Setién en caso de que prospere su proyecto en los Campos ... de Sport. Sin embargo, los propietarios han rechazado la primera oferta y si Gallego y su equipo quieren desembarcar en Santander deberán acercar posturas, lo que significa más dinero y una garantía de futuro para el club. Se trata además de la segunda tentativa de adquisición del club que busca en la figura del mito racinguista su tarjeta idónea de presentación, aunque a diferencia de lo que ocurrió en 2021, el Flaco no se ha comprometido formalmente ni ha intervenido en el proceso: sencillamente ha recibido una oferta de los potenciales compradores.
Los contactos comenzaron hace unos meses y Alfredo Pérez y Pedro Ortiz ya cuentan con una oferta económica firme, pero no les ha convencido la propuesta y ahora Gallego busca el modo de reactivar la operación, lo que pasa, entre otras cosas, por mejorar el montante económico.
La oferta, anunciada por Arco FM y corroborada por El Diario Montañés, no satisface a los actuales propietarios. El Racing tiene ahora mismo un capital social –5.917.000 euros– y la deuda del club con Pitma asciende a unos 23 millones de euros a través de las líneas de crédito que tiene abiertas el máximo accionista para permitir el funcionamiento rutinario de un Racing en una complicada situación económica. El club tiene además unos doce millones de euros de deuda pendiente con terceros, entre la que figuran los aproximadamente cinco que restan de pagar de la deuda concursal. Se trata en cualquier caso de un pasivo no vencido, pagadero en lo que al concurso se refiere en los próximos dos años y medio.
José María Gallego Moyano (Sevilla, 1976) –que en esta operación de intento de adquisición del Racing está acompañado por otros empresarios– es diplomado en Relaciones Laborales por la Universidad de Sevilla y máster en Dirección y Administración de Empresas por el Instituto San Telmo, una escuela de negocios de su ciudad natal.
En lo empresarial está especializado en asuntos sanitarios y, entre otros proyectos, fue fundador y presidente ejecutivo de las Clínicas Dental Company, una red con más de 80 centros en toda España, hasta su posterior venta a un fondo con una facturación global de 30 millones de euros. Además, es socio y accionista de referencia en el Betis, del que forma parte de su junta directiva. Allí, precisamente, en el Benito Villamarín, fue donde conoció a Quique Setién. El consejero bético ya se ha reunido con el Grupo Pitma para presentar su oferta firme.
No es su primera incursión en el mundo del fútbol, ya que el pasado año ya adquirió, a través de Odemira Capital, una de sus empresas, el 80 por ciento de las acciones del Amora, club de la Liga 3 de Portugal, a cambio de un millón de euros. Odemira Capital presume en su página web de ser una empresa que «destaca por la capacidad de captación de oportunidades singulares que requieren de financiación, rehabilitación o apoyo en la gestión para potenciar su crecimiento». Entre sus innumerables empresas, aparece también como propietario de una en Bormujos dedicada al «comercio al por menos en puestos de venta y mercadillos».
Polifácetico, Gallego también ha sido autor de un libro:'A 42 kilómetros de la felicidad'. Una obra en la que, a través de la experiencia que supuso para él completar un maratón, explica «cómo hacer frente a las cosas que creemos imposibles».
En su anterior intento por adquirir el Zaragoza, Gallego trató de comprar el club con el apoyo de al menos de fondos de inversión. Uno con futbolistas españoles importantes y otro internacional. Una fórmula que quizá sea también la elegida para tratar de convencer al Grupo Pitma de que le venda al Racing.
Gallego entró en el Consejo de Administración del Betis en abril de 2018, por el método de cooptación, junto a Joaquín Caro Ledesma. Ambos accedieron a sus cargos como vocales después de adquirir sendos importantes paquetes accionariales del club del Benito Villamarín. Un cargo que probablemente el empresario sevillano debería abandonar si finalmente desembarca en los Campos de Sport o en cualquier otro club de fútbol español.
La negociaciones muestran la disposición del Grupo Pitma a vender sus acciones en el club –siempre que recuperen la alta inversión realizada y se trate de un proyecto serio, que no deje al Racing de nuevo en malas manos–. De hecho, como ya publicó El Diario Montañés, Alfredo Pérez ha optado por mantener un perfil más alejado del foco mediático, aunque este miércoles sí decidió confirmar que ha rechazado el ofrecimiento, al menos en primera instancia.
«Ni la oferta ni el proyecto convencen a la propiedad». Al menos de momento. Así reaccionó este miércoles Alfredo Pérez después de que trascendiera el interés de Gallego por comprar el club. «Es una oferta más, como otras muchas que recibimos», añadía. «No me ha llegado directamente a mí, sino a través del departamento de management y me remito a lo que digo siempre: nos llegan propuestas que no valoran al Racing como lo que es. En ese caso ni se acerca a lo que consideramos que es este club», comentó.
«No es una cuestión solo de dinero; nosotros no queremos hacer negocio con el Racing. Si aparece un comprador tiene que disponer de los suficientes recursos para afrontar la operación y también de un proyecto que consideremos adecuado. En este caso no se cumplen ninguna de las dos condiciones», explica Pérez.
En consecuencia, y como señaló este miércoles explícitamente el presidente del Racing, la oferta está rechazada, de modo que si Gallego continúa interesado deberá incrementar sustancialmente su propuesta. Y no solo eso, sino presentar un proyecto de futuro que le convenza tanto a él como a su socio, Pedro Ortiz. El mandatario verdiblanco insistió una vez más: «Nos llegan ofertas y nos sentamos a escucharlas por educación, pero si en algún momento hay algo sólido seré yo mismo quien lo haga saber».
De hecho, el presidente se reunió ayer con el director general, Victor Alonso; el nuevo secretario técnico, Manu Fajardo; y el entrenador, Guillermo Fernández Romo, para abordar la planificación de la próxima temporada. Porque la hoja de ruta del Grupo Pitma con respecto al club permanece invariable después del ascenso a Segunda.
La encabezada por el empresario andaluz no era la única oferta que han recibido Pérez y Ortiz recientemente. En los últimos tiempos dos conglomerados se habían interesado por adquirir el Racing. Además del liderado por José Luis Gallego, hasta hace unos meses estaba en la puja otro grupo de inversores encabezado por el empresario estadounidense Jorge Mas, propietario del Inter Miami junto al exfutbolista inglés David Beckham. Sin embargo, finalmente lograron la compra del Zaragoza y desecharon la intención de aterrizar en Santander.
El grupo de Gallego se quedó solo en la carrera y contactó con Quique Setién para ofrecerle la dirección deportiva en un futuro proyecto. Algo que el exfutbolista del Racing no aceptará hasta que la compra sea un hecho y siempre con sus condiciones. De hecho, ha querido mantenerse intencionadamente al margen y permanece a la espera de que se produzca o no la operación, en la que no ha participado.
El Racing no forma parte en un sentido jurídico del Grupo Pitma. Llegó a están integrado en él, pero Alfredo Pérez y Pedro Ortiz decidieron sacarlo del holding dado el problema que generaba su pasivo en las cuentas del grupo.
En consecuencia, el paquete accionarial mayoritario del Racing no es estrictamente propiedad del Grupo Pitma, sino de sus dos propietarios a título personal y a través de dos sociedades instrumentales: Sports Development y de Retlaw Cantabria (antigua Inmoarrabi, que los dos socios compraron para superar el 50% del accionariado y hacerse con el control efectivo del club).
Tras una entrada como accionistas minoritarios en 2016, Pérez y Ortiz han ido incrementando su participación, en la última ocasión capitalizando deuda, hasta llegar a controlar aproximadamente el 70% del capital social a través de estas dos sociedades.
De todos modos, la vinculación con Tower Valley, sociedad matriz sobre la que se construye el Grupo Pitma, es evidente. Tanto por la coincidencia de propietarios como por la línea de crédito que el conglomerado tiene abierta alRacing a un interés del 4%. Esa fue la solución que se habilitó en ese momento para que el Racing pudiera hacer frente a los pagos y deudas vencidas en un momento en que no recibía crédito de ninguna entidad financiera.Así se ha conseguido sustituir la deuda vencida con Hacienda, Seguridad Social, proveedores y otros conceptos por deuda sin vencer y con cargo mayoritariamente a los propietarios del club.
Alfredo Pérez ha dejado siempre claro que cualquier operación de venta pasa necesariamente por asumir también ese montante, al margen del precio pagado en su momento por las acciones, como condición imprescindible para que cualquier compraventa sea, al menos, factible. Y después es necesario que ambos se decidan a vender.
El grupo de Gallego se considera capacitado y dispuesto a cumplir este requisito —la perspectiva de los propietarios no es exactamente la misma–, pero no ha llegado a un acuerdo con los accionistas de referencia y varios elementos dificultan la operación. La decisión final la tienen Alfredo Pérez y Pedro Ortiz, que deben decidir cuánto quieren negociar y si finalmente están dispuestos o no a vender el Racing.
Desde que se hicieron cargo del Racing en una situación crítica, sus actuales propietarios han recibido diferentes propuestas de venta, tanto de su paquete accionarial al completo como de una participación para incorporarse al club como socios.
A principios de 2021 sirvió de intermediario para poner en contacto a otro grupo empresarial también interesado en la compra del club, en aquella ocasión con una participación muy activa de Quique Setién. Los inversores contactaron en primera instancia con el exracinguista para proponerle que encabezara un proyecto deportivo en un momento en el que querían abordar la compra de un equipo de Segunda o Segunda División B. El cántabro puso como condición que ese equipo fuera el Racing, llegó a reunirse con Alfredo Pérez y los empresarios a mostrar directamente su interés. Sin embargo, los actuales propietarios pararon la operación cuando se les reclamó documentación adicional del club y no mostraron excesivo interés en la venta, de modo que quedó descartada.
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