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«Intentamos fusilamiento pero está prohibido. Pusimos sanción, pero como humanos que somos nos equivocamos». Estas epatantes palabras son del presidente del Racing, Alfredo Pérez. Respondía a un accionista que preguntaba si el involuntario responsable de la salida de un canterano por no tramitar correctamente ... su ficha seguía en el club. Destacan por eso; por la estridencia. Y son lo más llamativo de una Junta General de Accionistas del Racing que transcurrió en plena calma. Como las últimas. Nada que ver con las bronces y feos trucos de la época de Harry. Ni con los largos soliloquios de Roberto Bedoya en sus dos épocas como director general. Ni con las asambleas del primer tercio del siglo, algunas de ellas terminadas con la Guardia de Asalto en la sala. El nuevo Racing vive en calma chicha, al menos «mientras la pelotita entre», como decía uno de los nuevos consejeros, Manuel Gómez Arroyo.
El caso es que el Racing aprobó ayer su presupuesto para la temporada (3,5 millones), las cuentas del año pasado (con unas pérdidas de 1,3) y una serie de medidas en una junta para la que se acreditaron solo 51 accionistas que representaban el 63.35% del capital social. Muy poco, si se tiene en cuenta que solo el Grupo Pitma reúne más del 60%.
Las juntas son un termostato de la temperatura del racinguismo; del clima que le rodea. Y esta reveló calma. Y todo pese a que se dieron datos. Muchos. En su primera junta como presidente y vicepresidente del Racing, Alfredo Pérez y Pedro Ortiz olvidaron el oscurantismo que muchas veces han envuelto sus operaciones en la sociedad verdiblanca para ofrecer información. Toda la que les pidieron. Querían mostrar transparencia.
Así es como se ha sabido que el grupo Pitma ya ha prestado casi 7,3millones de euros al Racing. Y que a ellos hay que sumar los 1,2 que desembolsará el conglomerado para que el club pueda afrontar antes de fin de año el plazo de su deuda concursal. Por no hablar de los 1,2 millones invertidos en la compra de acciones y lo que haya supuesto la compra de Inmoarrabi, que controlaba el 20% del club. En este caso el presidente no quiso indicar cuál había sido el precio, aunque tampoco tenía obligación. La pregunta se le lanzó ya con la junta terminada, en el encuentro con los medios. Durante la reunión no eludió ninguna pregunta de los accionistas.
El Racing cerró así el ejercicio 2017-2018, desastroso en lo deportivo y en lo económcio, con absoluta normalidad y paz social. Una junta que más allá de los reparos planteados por un puñado de socios resultó poco más que un trámite para los patrones del Racing: su presidente, Alfredo Pérez, y su vicepresidente, Pedro Ortiz, que en breve será también consejero delegado para tener, como su socio a partes iguales, firma en la sociedad. Para ello era necesario modificar los estatutos, como de hecho se hizo.
La junta sirvió también para que los dos responsables del Grupo Pitma se estrenaran en las funciones ejecutivas en una reunión de accionistas (el año pasado el Racing seguía formalmente presidido por Manolo Higuera), para presentar distintas novedades en el ámbito social y para reafirmar el compromiso del Grupo Ptima con el club. Pérez y Ortiz seguirán con su inversión «hasta que el Racing sea rentable y podamos recuperarla».
En las cuentas destaca la partida de 1,8 millones destinada a pagar los emolumentos de la primera plantilla; una consignación que ronda los dos millones si se incluye al cuerpo técnico. Se trata así de un plantel sensiblemente más caro que el del año pasado, si bien sus resultados deportivos son mucho mejores. Eso sí: como ocurrió el curso pasado, y siempre según las cuentas auditadas y presentadas por el propio Racing, del mismo modo que el año pasado la primera plantilla deportiva resultó más cara de lo presupuestado, este año parece más que probable que suceda lo mismo. De hecho, el presidente, Alfredo Pérez, confirmó una vez más que se buscan refuerzos, y refuerzos de lujo, en el mercado de invierno.
En resumen, los accionistas del Racing respaldaron la gestión del Consejo en una cita que levantó poca expectación. Se aprobaron casi por unanimidad -los porcentajes de las votaciones oscilaron entre el 99,92 y el 100%, los once puntos del orden del día propuestos por el órgano rector de la entidad, encabezado por Alfredo Pérez (presidente) y Pedro Ortiz (vicepresidente).
Ya al final el club aprovechó para presentar iniciativas como la tarjeta regalo, automáticamente canjeable por un carné en taquilla y que se pondrá en marcha estas mismas navidades. También se recuperarán las visitas al campo para abonados y no abonados (estos últimos previo pago), el carné virtual para acceder al estadio en la app del Racing, una visita interactiva al estadio que se cargará en la web, la puesta en marcha de encuestas entre los aficionados para conocer su opinión (se hará al conectarse a la nueva WiFi del estadio) y otras iniciativas sociales.
Pero si algo concitaba curiosidad era el estado en que se encuentran las negocaciones para la firma del convenio de uso de los Campos de Sport. Alfredo Pérez se mojó: confia en que esté firmado antes del final del ejercicio -«espero celebrar el ascenso en el balcón del Ayuntamiento ya con el convenio firmado»- y anunció que el miércoles tiene una reunión en la Casona a tal efecto. Palabras escuchadas muchas veces. Muchas. «Pero yo no voy a hablar de lo que pasó antes de que llegáramos», acotaba el nuevo presidente. Ahora es él mismo quien se ha puesto un plazo.
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