Secciones
Servicios
Destacamos
Diego Ceballos (Santander, 1999) se ha empeñado en demostrar que las grandes esencias se guardan en frasco pequeño. Con un 1,65 el lateral derecho del Racing no destaca por su talla, pero el fútbol no entiende de alturas. Eso ya se encargó de ... demostrarlo un inolvidable como Pedro Munitis. Aunque el defensa, que en este Racing actúa como carrilero, se mira en el espejo de Dani Alves. «Siempre me he fijado mucho y me identifico con él. Jugamos en la misma posición y me gusta la forma que tenía de jugar», explica.
De sus primeras patadas a un balón fue testigo el equipo de al lado de su casa, el Simón Cabarga. Y después se fue al Perines. «Allí estuve cinco años hasta que marché a la escuela de Laureano Ruiz, en cadete B, y fue entonces cuando firmé por el Racing en Juvenil de segundo año», recuerda tirando de memoria. Se plantó en la base de una pirámide que en su parte superior tiene al primer equipo verdiblanco, una cúspide que pocos alcanzan, al menos en los últimos tiempos. Él lo ha logrado, aunque con algún rodeo en el camino. En su primer año en el Rayo incluso le costó jugar. «A partir de ahí salí cedido al Marina, volví al Racing para el último año de Juvenil, estuve dos años de filial y este año al primer equipo», cuenta mientras deja entrever su orgullo.
Ceballos es una de las revelaciones de este Racing y ha dejado destellos de calidad en cada partido gracias a su versatilidad, descaro y rapidez. A su seguridad defensiva se suma su aportación en ataque, incluso ha marcado un gol. De hecho se ha convertido en omnipresente. Primero con Rozada. Y ahora con Solabarrieta la cosa no tiene pinta de que vaya a cambiar. Con permiso de Iván Crespo, Ceballos es el jugador de campo con más minutos en su piernas. En total 584. Lo ha jugado casi todo. Siete partidos, seis de ellos como titular. Y eso que cuando arrancó la pretemporada los nombres de otros canteranos como Marco Camus y Martín Solar sonaban con más fuerza que el suyo a la hora de hacerse con un puesto fijo en el equipo. «No hago mucho caso de esas cosas», comenta tímido. «En lo que me centraba era en trabajar, en intentar hacerme un hueco... Y es que no hay otra forma. Es trabajar. Y por suerte tuve la oportunidad de poder quedarme», explica.
Aunque también reconoce que no era una de las grandes apuestas en las quinielas para derribar la puerta con vehemencia. Simplemente no se lo esperaba. «Al principio, si soy sincero no, pero nunca perdí la esperanza y seguí trabajando porque creo que así es como llegan todas las cosas y voy a seguir en esa línea». Una máxima que también aplica fuera del campo, porque Diego compagina el fútbol con la universidad. Estudia ingeniería electrónica en la UC, «a caballo entre el segundo y tercer curso» por aquello de conciliar deporte y estudios. Y de vez en cuando también aprovecha para ponerse a prueba ante la pantalla. «Aprovecho para jugar a la Play», comenta con media sonrisa. «Le doy un poco a todo. Al 'Call of Duty' y cosas así. También juego al FIFA. Este año no está el Racing, me hago mis equipillos con jugadores de Primera y eso, aunque no soy muy bueno, pero bueno», reconoce con una carcajada.
Si se tiene que quedar con un momento de esta temporada no lo duda: el gol que marcó ante el Alavés B es el pedestal donde se asienta su orgullo. Ese día el Racing ganó 3-0 en los Campos de Sport y fue precisamente él quien abrió la lata en el minuto 9. «No me lo creía la verdad, porque jobar, yo no soy mucho de marcar goles pero por suerte pude meter y la pena es que no haya habido afición porque eso ya hubiese sido el no va más». Algo que puede remediar este domingo si Sanidad no da una contraorden de última hora. De momento ante el Amorebieta la grada volverá a vibrar. A tener vida. El Gobierno de Cantabria autorizó el 20% del aforo del estadio y para Ceballos sentir de nuevo el empuje de los aficionados es fundamental. «Eso será un plus para nosotros porque nuestra afición está siempre ahí, apoyándonos, y esperemos que podamos dedicarles una victoria el domingo», suspira.
Pero no se engaña. Sabe que la cosa está tensa y no quiere regatear las críticas. Las asume. Igual que el resto del equipo, que no puede permitirse vivir obsesionado pensado en su responsabilidad. «La presión que conlleva jugar en el Racing, con esa tenemos que convivir, sabemos que si tenemos dos derrotas va a haber críticas, pero eso entra dentro de lo normal», afirma. Hace gala de un confianza sin remilgos y en formato sábana en que el equipo puede completar una metamorfosis de juego y resultados. «Nosotros tenemos que hacer autocrítica de lo que venimos haciendo y trabajar como estamos haciendo hasta ahora, muy duro, y los resultados van a acabar llegando, seguro».
Toque de atención y necesidad hacer examen de conciencia después de lo de Zubieta, que fue un batacazo más que un tropiezo. «No hicimos un buen partido, ellos sí, eso hay que sumárselo, y tuvimos desajustes en la presión, pero más allá de eso, sí que es verdad que el equipo reaccionó en la segunda parte después del descanso, con un 3-0, que yo creo que es difícil», defiende con la certeza de que el Racing necesita mejorar y de que para hacerlo conviene detectar los puntos en los que se viene fallando, la plantilla se ha puesto manos a la obra. «Hemos hablado esta semana dentro del vestuario lo que tenemos que mejorar y ya estamos trabajando duro para poder sacar los dos partidos que tenemos ahora en casa, que son muy importantes», asegura el santanderino.
Los dos encuentros que el Racing tiene por delante para concluir la primera vuelta, Amorebieta y Real Unión, los dos en El Sardinero, son vitales para que los cántabros no se queden descolgados. Amén de poder pelear de nuevo por sus aspiraciones. «Son fundamentales y encima en casa, que va a haber público. Eso tiene que ser un plus y tenemos que dar todo lo que tengamos dentro de nosotros para sacar los tres puntos», afirma convencido.
Tras su primera experiencia en el banquillo verdiblanco, Solabarrieta intenta inculcarles su planteamiento sin sutilezas, como hace un martillo pilón. «Tenemos varios sistemas para jugar, podemos jugar con 4-3-3, 5-3-2 , pero al final son un poco orientativos, lo que importa son los movimientos de los jugadores dentro del campo y que estemos bien posicionados», explica Ceballos. A nivel psicológico también. «Venimos de dos partidos que no hemos ganado en Liga, pero el equipo está bastante concentrado, sabe la situación que hay, sabemos que podemos revertirla perfectamente y vamos a conseguirlo esta semana», añade convencido. Pero ya se sabe que un viaje de mil millas comienza con un primer paso. «Esto es bastante largo, quedan muchos partidos por disputar, pero tenemos que empezar por este contra el Amorebieta». Habrá que picar, raspar, limar, limpiar, corregir, cambiar... Y sobre todo, ganar.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.