Harry comparece este martes en el juzgado por intentar suspender la Junta de 2014

Todos ellos -cada uno con su grado de responsabilidad pertinente- se enfrentan a penas de prisión por un delito societario y comparecen como acusados ante el Ministerio Fiscal, que es precisamente el que les ha citado hoy. Las sociedades anónimas pueden celebrar su junta y por lo tanto rendir cuentas a sus accionistas el año en el que vence el curso, aunque hayan transcurrido meses desde su cierre. Así se ha hecho tradicionalmente en el Racing, que convoca a sus accionistas en noviembre o, generalmente, diciembre. De hecho, no sólo la fecha límite es el 31 de diciembre, sino que además la junta ordinaria debe convocarse al menos con un mes de antelación. Y en aquella ocasión se incumplieron ambos preceptos. No resultó raro que Harry imcumpliera un plazo en aquella época en la que Hacienda andaba ya como un perseguidor por haberle negado en incontables ocasiones sus peticiones.

Al no convocarse en tiempo y forma, la Asociación de Peñas presentó una denuncia, ante lo que el Racing, aún controlado por Harry, como presidente apadrinado por Francisco Pernía, recurrió. El juez Martínez de Marigorta atendió aquel requerimiento, pero instando a su vez al Consejo de Administración a celebrar la junta. Sin embargo, Lavín trató de demorar también esa nueva fecha del 31 de enero. El objetivo de la ya entonces acorralada directiva era dilatar aún más el proceso en un esfuerzo por mantenerse en una sociedad cuya propiedad llevaba años en litigio.

La WGA de Alí Syed, sociedad instrumental a través de la que se habían comprado las acciones del Racing, había entrado en proceso concursal en Holanda, donde tenía su sede social. Y el equipo que trabajaba por recuperar la normalidad institucional en el Racing había contactado con su administrador, Onur Arslan.

Fue a través de él como se presentó una denuncia en el Juzgado de Instrucción, que a su vez dictó un auto ordenando la celebración de la Junta como medida cautelar. De hecho, los accionistas se vieron obligados a esperar a que llegara la orden del Juzgado en ausencia de una directiva que ya había suspendido otras convocatorias.

Ahora Harry y sus compañeros de viaje deberán responder en la calle Alta por aquella actuación. Los Juzgados de lo Penal deberán dirimir una causa en la que se pide pena de prisión para el expresidente del Racing. Se trata de uno de los muchos procesos en los que Harry se ha visto envuelto desde que ocupó el sillón presidencial verdiblanco, algunos de ellos ya cerrados y otros, como la querella criminal promovida por los exjugadores, aún por concluir. Precisamente este último proceso es el que el racinguismo espera con expectación. En él, tanto Harry como el propio Pernía volverán a verse en unos tribunales con la tarea de defender sus más que dudosas actuaciones mientras protagonizaron la 'era okupa' en la presidencia del club.