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Ángel 'Harry' Lavín se presentó hoy voluntariamente en el Centro de Inserción Social José Hierro para cumplir su pena de dos años y nueve meses ... de prisión por un delito continuado de administración desleal de cuando estaba al frente del club, según ha podido saber El Diario Montañés.
El expresidente del Racing se entregó hacia las once de la mañana, antes de que concluyera el plazo para que lo hiciera voluntariamente. Sus abogados ya se habían puesto en contacto con el espacio penitenciario de Candina, destinado para internos que gozan del régimen abierto o de tercer grado, pero finalmente esperó a que pasara el fin de semana para formalizar su entrada.
Después de agotar todas las vías legales (Juzgado de lo Penal número 1 de Santander, Audiencia Provincial de Cantabria y Tribunal Supremo, con sendos recursos de casación y nulidad), Lavín solicitó el indulto al Gobierno de España. Una vez rechazado, el propio Juzgado número 1 emitió el pasado 16 de septiembre un auto en el que ordenaba la ejecución de la sentencia, ya firme, y le daba un plazo de cinco días hábiles desde su notificación –no desde la emisión del auto– para presentarse de forma voluntaria. El plazo se cumplía esta semana, y en caso contrario, el tribunal debía ponerle en busca y captura.
Ahora, con su entrada en el CIS, donde ya ha quedado ingresado, la junta debe decidir su grado y destino, previsiblemente en la reunión que se ha fijado para mañana si bien el calendario es susceptible de cambios. Entretanto, seguirá en la institución de Candina, un centro de mínima seguridad custodiado incluso por seguridad privada y destinado a reclusos en régimen abierto o en tercer grado, una calificación a la que Lavín aspira a corto o medio plazo.
De hecho, según fuentes consultadas por El Diario, no se puede descartar completamente que solicite este tercer grado de forma inmediata e incluso que se le conceda, si bien se trataría de un caso extremadamente excepcional. Insólito, incluso, pero todo el proceso de personación voluntaria de Lavín ha sido muy poco habitual, dado el lugar escogido.
1. ¿Qué es un centro de inserción social? Es un establecimiento penitenciario de cumplimiento de penas de régimen abierto destinado a los reclusos en tercer grado, arrestos de fin de semana y penas de privación de libertad en régimen abierto. Es diferente a los de régimen ordinario comoEl Dueso, por ejemplo.
2. ¿Es habitual entregarse allí? Lo habitual es hacerlo en un centro ordinario, en Cantabria El Dueso,y de ahí las dudas que surgen sobre su futuro y condiciones.
3. ¿Qué ocurrirá ahora? La Junta de tratamiento debe calificar al expresidente del Racing. Lo habitual en estos casos es conceder el segundo grado, lo que obligaría a su traslado a otro centro (elCIS José Hierro es de tercero).
4. ¿Está Harry cumpliendo condena? Desde que se personó en la institución ha comenzado el cumplimiento efectivo, aunque no en la prisión que previsiblemente se le tenga que asignar.
5. ¿Puede salir como otros internos? Hasta que se le califique, sea con segundo o tercer grado, debe tanto pernoctar como permanecer durante el día en el recinto.
6. ¿Irá a El Dueso o seguirá en el CIS José Hierro? La Junta de Tratamiento debe calificarlo. De hacerlo de segundo grado, debe ser trasladado a un establecimiento de régimen ordinario, los únicos para reclusos de primero y segundo grado.ElDueso lo es y el CIS no.
Con este tipo de calificación, el Centro de Inserción Social sí respondería a las características para que cumpliera allí la pena.En caso contrario recibirá el segundo grado (el habitual en la mayor parte de internos), escenario más previsible –es el que se aplica en estos casos–, pero no seguro hasta que se pronuncie la junta.De ser así tendrá que ser trasladado a un penal, en este caso a ElDueso.
En un caso como el de Lavín, que no ha acudido a una prisión en el sentido más clásico, sino a un CIS, existen dos posibilidades según la disponibilidad y lo que decida el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria: que permanezca en el centro de inserción hasta que se le califique o que por el contrario se disponga su ingreso en un centro penitenciario antes incluso de que se decida su grado.
Como cualquier ciudadano, en el momento de su ingreso Harry se ha convertido en interno sin clasificar (primer, segundo o tercer grado). Ahora se abre un periodo de un mes para que la Junta de Tratamiento le clasifique en función de sus características (duración de la condena, tipo de delito cometido y otros factores) y notifique al Ministerio de Justicia, que debe ratificar su decisión.
2012. Se presenta la querella contra Francisco Pernía y Ángel Lavín.
2014. Harry es desalojado de la presidencia del Racing.
2019. El Juzgado número 1 condena a Lavín a tres años y medio de cárcel.
2020. La Audiencia rebaja la pena a dos años y nueve meses.
2021. Fracasan los recursos ante el Tribunal Supremo.
2022. Ángel Lavín ingresa en el CIS José Hierro.
En consecuencia, el futuro de Harry, en cuanto a su calificación y a su ingreso o no en un centro penitenciario al uso (el José Hierro es una institución de reinserción) todavía está pendiente de resolución. El segundo grado que previsiblemente se le debe aplicar es el destinado a internos que no requieren máxima seguridad y a los que se les supone capacidad y condiciones de convivencia normales.
Con su decisión de presentarse en Candina, la defensa de Harry puede estar buscando una estrategia para que el suancino cumpla al menos las primeras partes de su pena en estas instalaciones de baja vigilancia a la espera de que se le conceda un régimen más abierto y evitar así una estancia en prisión al uso.
La sentencia por la que Lavín fue condenado a tres años y medio de cárcel, después reducidos a 33 meses por la Audiencia Provincial de Cantabria, calificaba su comportamiento como presidente de «desleal», ya que a pesar de estar el Racing en concurso de acreedores y «al borde de la desaparición», adoptó decisiones con «argucia» y el «único fin de gestionar el club, por él o también por terceros, de modo opaco».
La titular de Juzgado consideró «particularmente relevante» un contrato que suscribió con una empresa (Blu Sistemas y Proyectos) que no tenía personal, trabajadores, sede social, capital, ni «demás elementos que se requieren para el funcionamiento normal» y que añadía que estaba «desde el año 2009 en adelante en causa de disolución y sin actividad alguna».
También mencionaba la jueza el sueldo de 72.000 euros que se impuso Lavín como responsable del Racing entre 2012-2014, sin dar conocimiento de ello a los administradores concursales que se ocupaban de la gestión en ese momento.
Según queda probado en la sentencia, ya firme, Harry fue el único presidente en la historia de la entidad en percibir un salario, que indicó que iba a donar a la Fundación del club, algo que no hizo porque la entidad no se constituyó. «Yo era director ejecutivo y si no cobrase sería un fraude a la Seguridad Social», se defendió el expresidente durante el juicio.
En 2021 la Audiencia Provincial de Cantabria rebajó la pena en nueve meses por dilaciones indebidas, algo que por otro lado formaba parte de la estrategia de la defensa de Lavín. Reducía así la condena a dos años y nueve meses, de nuevo un periodo superior al que le permitiría evitar el cumplimiento efectivo. Presentó entonces sendos recursos de casación y nulidad ante el Tribunal Supremo, ambos rechazados, y como última medida pidió un indulto que el Gobierno de España, como se preveía, rechazó. Así fue como el día 17 se dictó su orden de ingreso para cumplir una pena que tras presentarse en el CIS ya ha comenzado a cumplir. Ahora falta confirmar cómo y dónde.
Plazos
El recorrido judicial que ahora llega a su fin ha sido largo, muy largo. Una década ha pasado desde que se inició el proceso con la querella de los exfutbolistas del Racing hasta que Harry ha comenzado a cumplir de forma efectiva su condena.
En 2012 la Asociación de Exfutbolistas del Racing presentó una querella contra el entonces presidente del Racing, Ángel 'Harry' Lavín, y su antecesor en el cargo y responsable en la sombra, Francisco Pernía, a los que acusaba entre otros delitos de administración desleal. Posteriormente, una vez los accionistas legítimos recuperaron el control del club, se unió al proceso como acusación particular el propio, como antes lo había hecho la Asociación de Pequeños Accionistas.
Durante los dos años que Lavín continuó en el cargo la investigación fue más complicada dada la nula colaboración del club, y no fue hasta enero de 2014, una vez desalojados Harry y su directiva, cuando se avanzó con más rapidez. Sin embargo, dada la complejidad del caso la sala decidió dividir los procesos a Pernía y Lavín en dos piezas separadas, lo que de nuevo dilató los plazos.
En 2018 el Juzgado de lo Penal condenó a Harry a tres años y medio de prisión por administración desleal. Según la sentencia, el suancino actuó con un «claro prevalecimiento y haciendo uso de un plan preconcebido para desviar activos patrimoniales del Racing, a través de mecanismos de comisión como suscripción de contratos con terceros, ocasionando obligaciones y perjuicios económicos a la entidad». «Preparó el camino –añadía– para cuando llegase el fin del control de la administración concursal se pusiese en funcionamiento el entramado que había maquinado», muy «lejos» de «la política de austeridad y control del gasto» que necesitaba el club, según habían detectado y aplicado los administradores judiciales.
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