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Ceballos, en primer término, defiende a Marco Camus con Martín Solar a la derecha y Óscar Gil al fondo. Roberto ruiz
La herencia reciente de La Albericia
Fútbol | Racing

La herencia reciente de La Albericia

El paso de Amorrortu por el Racing deja una estructura salida de Lezama que sirve ahora de guión a los nuevos responsables

Marcos Menocal

Santander

Jueves, 10 de junio 2021, 07:15

Contratos tipo. Un modelo destinado a darle continuidad en el club en edad temprana al joven futbolista y otro más indicado para aquel que cumpla el estereotipo de proyecto de jugador. Esta nomenclatura -a grandes rasgos- resume el modus operandi en La Albericia desde el pasado verano. Este modo de proceder, trasladado desde Lezama por José María Amorrortu al Racing, se puso en marcha cuando el veterano técnico tomó el mando la pasada temporada y es de lo poco que ha sobrevivido a su salida y a todo lo que representó el anterior proyecto racinguista. El intento de retener el talento, de aportar confianza y de transmitir buenas sensaciones al jugador y a su entorno en su época de formación fue uno de los argumentos con los que aterrizó en Santander Amorrortu y que trató de inculcar a los anteriores compañeros de trabajo: Pedro Menéndez, Justo Sisniega y Álex Barrena. Ahora, los nuevos encargados, Gonzalo Colsa y César Anievas, heredan parte de esa estructura y será ellos quienes la moldeen a su antojo.

Esos dos escalones están perfectamente diferenciados y de alguna manera supusieron un cambio en la forma de trabajar, algo que años atrás había quedado completamente abandonado, tanto que hasta quince futbolistas en edades tempranas salieron del club rumbo a otros equipos nacionales.

Los nuevos dirigentes de la cantera racinguista cuentan ahora con un escenario asequible para trabajar sin sobresaltos. Jugadores como Dani González, Jorrín, Diego Campo y Mateo Gandarillas, todos ellos considerados con proyección, están atados para los próximos dos años. Lo que no se consumó y será ahora un trabajo para Colsa y Anievas es la firma de aquellos futbolistas en edad juvenil que Amorrortu y sus colaboradores colocaron el cartel de proyecto. La intención era que firmasen un contrato con una cláusula en caso de que salieran. Es algo que quedó en el aire.

Contratos para retener al jugador en edad temprana y para aportar confianza a aquellos 'proyectos' de futbolistas están en vigor

Así como los resultados y muchas de las decisiones que se tomaron en la órbita del primer equipo fueron un desastre, la puesta en marcha de los pilares para el funcionamiento del fútbol base no fueron tan malas.

Aún no se han descrito las líneas maestras del trabajo de los nuevos inquilinos de La Albericia. Es evidente que la consonancia entre los tres responsables, Anievas, Colsa y el propio Ezequiel Loza, entrenador del Rayo Cantabria, es total. Los tres hablan el mismo idioma y su cometido será el de la formación con la vista puesta en el primer equipo. Pero ya tienen un trabajo recorrido que puede servir de mucho. De hoja de ruta.

En otro apartado están jugadores como Marco Carrascal, Antonio Poo, Javier Entrecanales o Izan, que se encontraban en la lista de la anterior cúpula como los próximos en pasar por el despacho. En todos ellos existe una clara vocación de progresión y el deseo era retenerles y aportarles esa confianza que les permita pensar en verdiblanco. Lo mismo ocurre con chavales como Álvaro Gutiérrez, en quien también hay fundadas esperanzas de que pueda ayudar al filial y continúe su crecimiento.

La remodelación que se gestó el año pasado en el fútbol base está ahora en la hoja de ruta, pero sujeta al mando de otros responsables en quienes los propietarios han depositado toda la confianza.

El objetivo es promocionar

Los movimientos que se han sucedido hasta ahora son claros. Se ha buscado personas que conozcan el club por dentro y que a la vez puedan despertar confianza. La llegada de Ezequiel Loza al banquillo del filial, el último en llegar -Anievas ya estaba y Colsa se comprometió poco antes- responde, además de por su rendimiento y argumentos técnicos, a la posibilidad de tener un cuerpo técnico con experiencia para solventar una posible destitución en el primer equipo. Es evidente que después de la excelente temporada que firmaron Mario Tagle y su segundo, Alex Barrena, con el ascenso a Segunda RFEF resultó impactante su salida, pero la limpia del pasado se lo llevó casi todo.

Guille Romo es desde hace un mes el máximo responsable en la parcela deportiva del Racing, sin embargo el mandato de los propietarios para esta nueva andadura no necesita explicación: hay que ascender. Los fichajes del madrileño dan la clave -Fausto Tienza, Sergio Marcos y Carlos Castro, veteranos y con experiencia- de que no hay dudas en el objetivo como al parecer sí las hubo el curso pasado. No obstante, deberá hacer bueno el entramado de la cantera que se hizo en los últimos años. Los Diego Ceballos, Íñigo Sainz-Maza, Marco Camus, Martín Solar o el propio Pablo Torre, la joya de la corona, fueron renovados bajo el mandato de Justo Sisniega en el club y gracias en parte a ello no salieron como tantos rumbo a otros equipos.

Será labor de los actuales mandatarios hilar fino para que no se pierda su proyección, para que no se estanquen ni se pierdan por el camino. La próxima pretemporada será crucial para ellos y para algunos de los que regresan y con quienes el club debe negociar. En ese caso está Juan Gutiérrez, a quien se le debe ampliar el contrato si el Racing quiere que se quede pues su relación -firmada por Chuti Molina, y como todas las que firmó a un precio elevado- finaliza.

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