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A menos de un mes para que arranque la Liga, el Racing afronta un mes de julio de transición de poderes después de que Alfredo Pérez y Pedro Ortiz vendieran esta semana el club a Manolo Higuera y su socio capitalista, Sebastián Ceria. Pese al ... buen resultado deportivo y la progresiva mejora de la economía, el club arrastra aún un fuerte déficit, siempre con sus accionistas de referencia, y debe además terminar de configurar su nueva plantilla deportiva, con escasez de ejes y delanteros y con un techo salarial muy inferior al del año pasado.
El Racing está al día con Hacienda y la Agencia Tributaria, pero debe afrontar aún los dos últimos pagos de la deuda concursal (el primero de ellos antes del 31 de diciembre) y mantiene un pasivo de más de veinte millones de euros respecto a sus accionistas de referencia. Antes el Grupo Pitma y ahora Higuera y Ceria. Esta última deuda no es societariamente un problema, siempre que los nuevos dueños no la reclamen –y no tienen previsto hacerlo, al menos a corto plazo–, pero demuestra que el Racing, pese a que camina hacia la rentabilidad, aún no lo es.
Lo positivo es que en Segunda División el Racing tiene unos ingresos televisivos y por otros conceptos mucho mayores que en su etapa en Segunda B y Primera RFEF, con lo que puede gestionar mejor su deuda, y tiene un margen suficiente para hacer frente a esos dos últimos pagos concursales, de aproximadamente 1,2 millones de euros cada uno.
El primer equipo cuenta en estos momentos con 20 futbolistas, a los que se puede añadir a algunos jugadores del Rayo Cantabria que gustan a José Alberto. Pero a cambio el técnico asturiano no cuenta con alguno de estos veinte, con lo que el cuerpo técnico tendrá una plantilla corta que además debe completar.
Dadas las circunstancias, es probable que Ekain tenga que asumir la función de delantero, de modo que solo sea necesario contratar a un 'nueve' (Baturina es el favorito y Mikel Martija sigue teniendo a Karrikaburu en su agenda), pero no es la única demarcación coja.Incluso en caso de que se concrete la contratación de Iván Morante, del Ibiza, el nuevo presidente considera, como lo hace la dirección deportiva, que hará falta un refuerzo más en el mediocentro.
El problema es que sin los ingresos extraordinarios que se consignaron el año pasado por el traspaso de Pablo Torre el límite salarial será mucho menor. De hecho, si LaLiga lo estableciera a día de hoy, el Racing lo sobrepasaría. Ahora mismo la plantilla ronda los siete millones y los nuevos responsables calculan que se les concederían unos cinco. Buscan cauces para solucionar este problema.
Higuera es consciente de que debe encontrar el modo de incrementar el límite salarial, y aunque busca otras alternativas puede verse obligado a una ampliación de capital. La fórmula, convertir parte de la deuda que el Racing tiene con su nueva firma matriz, Sebman, en acciones. Una ampliación que daría a los nuevos propietarios una mayor participación a cambio de asumir como perdidos, aunque contablemente sería una compra de acciones, parte de los más de 20 millones que han heredado del Grupo Pitma como deuda contraída por el Racing.No es en absoluto el escenario preferido de Higuera, pero sí el más probable dadas las circunstancias. De hecho, ya antes de la compra contemplaba esta posibilidad, a la que el propio Ceria ha dado el visto bueno en caso de que sea necesaria.
Según se anuncio la venta del club, la Asociación de Peñas lanzó un comunicado en el que reclamaba un cambio en la política social. Los nuevos propietarios ya no tienen tiempo para modificar –y otro asunto es que quisieran hacerlo– la campaña de abonados de esta temporada, pero tras la tensión que se ha vivido en ocasiones entre los anteriores dueños del club y parte de la masa social, Higuera y su equipo tratarán de recuperar el espíritu de 2014, cuando se desalojó a Ángel Lavín.
Las peñas reclaman también que se habilite la figura del consejero que represente a la masa social, como prevé la nueva Ley del Deporte –aunque LaLiga es abiertamente contraria a ella–, pero en todo caso tendrá que esperar, porque Higuera ni siquiera ha tenido tiempo de tomar posesión del cargo, a la espera de que el Consejo Superior de Deportes autorice en los próximos días la operación.
Los Campos de Sport ya han experimentado algunas mejoras, tanto por las actuaciones comprometidas o ya ejecutadas por el Ayuntamiento de Santander como pequeñas iniciativas que ha llevado a cabo el propio Racing dentro de su austeridad presupuestaria.
La sustitución de todos los asientos ya está en marcha, como la futura impermeabilización de techo y fachada y la reconstrucción de todos los baños. Sin embargo, la gran tarea pendiente es la restauración y reforma integral de un edificio de 35 años que apenas tuvo mantenimiento durante décadas, lo que se ha dejado ver en los últimos años.
Cuando el documento definitivo del proyecto estético y funcional que el Racing encargó en su momento a la empresa MolcaWorld llegue a las oficinas de los Campos de Sport, Higuera ya será presidente. Quiere seguir adelante con él, consciente de la necesidad de actualizar el estadio y convertirlo en una fuente de recursos atípicos, pero al mismo tiempo se enfrenta a dos dificultades.
Por una parte, se trata solo de una propuesta de diseño que después se debe remitir a un estudio arquitectónico para que lo plasme en el estadio verdiblanco. Por otro, no hay financiación. Ni el Racing se puede permitir pagar los entre diez y veinte millones de euros que se calcula supondrían todas las actuaciones ni tiene un inversor, público o privado, dispuesto a hacerlo, al menos a día de hoy. Con un nuevo Gobierno de Cantabria recién salido de las urnas, Manolo Higuera y Gema Igual tienen en este sentido tarea por delante.
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