«Era importante llegar bien de cabeza»

Ahora, con tres jornadas de asueto por delante, una de las principales incógnitas es ver cómo Iván Ania gestiona estos partidos sin estrés competitivo, pero con el vital play off de ascenso a Segunda a menos de un mes vista. Descansar sí. Perder la noción de lo que viene, nunca. El entrenador verdiblanco lo tiene claro. Quiere que sus futbolistas mantengan «la tensión competitiva. Que sigan compitiendo y sobre todo entrenando fuerte, pensando en el partido del domingo, más allá de hacerlo en el play off». «Luego ya es una labor sobre todo del entrenador que no surja la relajación. Son tres semanas en las que no compites y después competir va a ser complicado», reconoció el míster el pasado viernes en rueda de prensa.

Lo que no era tan parecida era la situación. Aquel Racing vivió probablemente la temporada más convulsa -y eso que el nivel está alto- de los 106 años de historia del club. Impagos; el asalto al palco con Harry aferrado a su silla; la machada en la Copa; futbolistas que abandonan el barco; el plante o la patada en el trasero del presidente fueron sólo algunas de las cosas que sucedieron en apenas unos meses, y aún así el equipo fue capaz de proclamarse campeón y con tiempo para preparar el play off de ascenso.

Con una economía de guerra absoluta, Paco Fernández no tuvo tanta suerte como la que tiene Iván Ania con respecto al número de efectivos. «Quedamos menos jugadores, la plantilla se hizo más corta», reconoce el técnico, que hizo de las penurias fortalezas. «Lo emocional le dio impulso a la plantilla para llegar hasta el final. El equipo iba muy justo», rememora.

El Racing llegaba a la jornada 37 con cinco puntos de ventaja sobre el Guijuelo y después de tres empates consecutivos -¿les suena?- frente a Noja, Tropezón y Unión Deportiva Logroñés. El Ourense visitaba los Campos de Sport. «Íbamos un poco navegando, controlando los resultados. Un empate valía. No hacía falta meter cinco. Era cuestión de controlar las cargas», reconoce Paco Fernández sobre ese tramo final de campaña en el que trató de manejar las rentas para no castigar aún más a unos futbolistas ya muy mermados.

El Racing empató a uno frente al conjunto gallego. El Guijuelo repitió el resultado contra el Avilés. Suficiente. «Somos campeones y ya está», dijo el técnico racinguista en rueda de prensa. Pragmatismo. A partir de ahí, y con dos semanas antes de afrontar la eliminatoria clave del play off ante el Llagostera, tocaba «dosificar todo lo que pudiéramos a los jugadores». Así que, en la última jornada, contra el Coruxo, aparecieron en el once los canteranos Sañudo, Montiel o Leandro -ahora en la Gimnástica-. También tuvo minutos un jovencísimo Fede San Emeterio. Koné, Javi Soria, Iñaki o Miguélez, entre otros, ni siquiera viajaron a Galicia.

A Paco Fernández no le quedaba otra. «A un play off de ascenso a tres rondas habríamos tenido muchos problemas, porque el equipo iba justísimo para dar todo lo que había en esa primera eliminatoria. Lo emocional desgasta mucho también, y aquella temporada había valido por cuatro. Todo lo que habíamos pasado, todo lo que se había vivido...», comenta el asturiano. Por eso, le tocó ejercer de entrenador y también de psicólogo. Para Ania el problema es que sus hombres no se relajen. Para su antecesor, el trabajo radicaba en mantener la fortaleza mental: «Era importante llegar bien de cabeza al final. Preparamos muy bien la liguilla. Tanto el primero como el segundo partido. Fueron claves algunas cosas que llevábamos trabajando mucho tiempo para motivar a la plantilla», concluye.

Y todo salió bien porque, aunque con mucho sufrimiento, con la lengua fuera y los dientes apretados, el Racing logró el ascenso tras sobrevivir a la emboscada de Llagostera y vencer con lo mínimo en los Campos de Sport. La gloria. La misma con la que sueñan los racinguistas esta campaña.

A Iván Ania le queda prácticamente un mes para afrontar el momento decisivo. Como los políticos, anda de precampaña. De momento, le ha dado tres días de descanso a sus futbolistas, que no volverán al trabajo hasta mañana. Y, además de dosificar las cargas de trabajo en los entrenamientos semanales y aprovechar este periodo para hacer una especie de pretemporada con sus futbolistas, toca ver cómo reparte los minutos sobre el terreno de juego en los tres partidos que restan.

El gran beneficiado puede ser el meta Jagoba Zárraga, quien, por fin, después de ver toda la campaña desde el banquillo, pueda disponer de sus primeros minutos como racinguista y en encuentros intrascendentes. Iván Crespo, a envolverlo con papel de burbujas hasta finales de mes, para que llegue en perfectas condiciones. Los Rafa de Vicente, Quique Rivero, Dani Segovia o Redru también podrían tener el protagonismo que no han tenido en los últimos meses.

Los que salen de lesiones, como Enzo Lombardo o Figueras, que se incorporarán al equipo durante los próximos días, tendrán unas semanas para ponerse a punto. Lo mismo que un Ritchie Kitoko que ha tenido una temporada complicada en lo físico.

Será un buen momento también para que David Barral continúe con su puesta a punto. Y el periodo ideal para dar descanso a algunos de los futbolistas más castigados de la plantilla, como Julen Castañeda o Nico Hidalgo. A buen seguro, Tresaco también tendrá una buena oportunidad para mostrar de lo que es capaz. Y también de limpiar tarjetas. De Vicente y Kitoko tienen cuatro cada uno.

Y en lo táctico, Ania podrá hacer probaturas sin las urgencias de la competición. Con calma. Todo ello, con un partido por delante, el que cierre el campeonato frente a la Unión Deportiva Logroñés, contra todo un rival de play off. Para el Racing, una piedra de toque idónea a una semana de iniciar el asalto a la Segunda División. «Tenemos que llegar al play off con todos en su mejor momento y eso es lo que estamos intentando». Que así sea.