Secciones
Servicios
Destacamos
Venga, no vamos a hablar de finales. Que sí, que mañana la vida sigue, la competición estará abierta y aún queda mucho para que haya salvados y descendidos. Pero el partido de hoy del Racing frente al Mirandés tiene más importancia de la que parece. ... Mucha más. Porque una derrota, la que sería la quinta consecutiva, supondría un golpe demasiado duro para un equipo que, en una semana clave frente a rivales directos, de momento lleva cero puntos de seis. Yestá vivo, pero ha vuelto a tener el aspecto de zombi de las cuatro primeras jornadas del campeonato. Lo de los ocho encuentros consecutivos sin perder –tres victorias y cinco empates– parece haber sucedido hace siglo y medio. De ahí la necesidad de ese triunfo convicente que contra el Lugo no fue y frente al Ibiza, tampoco. Llámenlo arbitraje, error defensivo o balón al palo, pero la constante de este penar actual es la más que mejorable imagen del equipo de un Guillermo Fernández Romo que vuelve a transitar, otra vez, por la parte baja de la montaña rusa. Así es la vida del entrenador. En el fútbol champagne también se explotan las burbujas. Por eso hoy está en juego también gran parte de la credibilidad del propio míster e incluso del proyecto. Quizá un hipotético veredicto final de unos Campos de Sport que tampoco andan para muchas fiestas contenga o acelere el rumbo de los acontecimientos.
Caer contra el colista ha escocido especialmente. Por la injustificable actuación del colegiado Caparrós Hernández, pero más aún por la falta de ambición del equipo verdiblanco, que tiró la primera mitad y después, incluso en inferioridad numérica, fue mejor que su rival. ¿Por qué no antes? Bueno, ya da igual. Pero que sirva de lección.
Si el Racing va con la flecha hacia abajo, hoy llega a Santander un Mirandés que, además de ser un auténtico superviviente de la categoría desde su modestia, suma cuatro de los últimos seis puntos. Una cifra que, sin ser para tirar cohetes, le ha servido para sacar la cabeza de los puestos de descenso e incluso para sobrepasar en la clasificación al conjunto cántabro.
Además de tener dos días menos de descanso y un viaje a Ibiza, el Racing llega a la cita con el mismo condicionante principal de siempre: las bajas. No estarán los lesionados Juergen Elitim y Cedric. Nada nuevo. A ellos se les une el expulsado, de forma injusta pero sancionado igualmente, Sekou Gassama. Es verdad que sus números no son para llorar por su ausencia, pero es una referencia ofensiva que el racinguismo espera que en algún momento explote. Su sustituto, por lógica, será Matheus Aiás. A ver si al brasileño le acompaña 'En propia puerta', quien con tres tantos sigue siendo el jugador con más olfato de gol del conjunto verdiblanco.
Por otro lado, Guillermo Fernández Romo espera recuperar a Íñigo Vicente para la banda izquierda. Tocado, no jugó en Ibiza. El experimento de Pombo pegado a la línea de cal no salió bien, por lo que será mejor poner las piezas en su sitio y, si es posible, devolver al vasco a su posición en un partido que, ante su exequipo, será de especial motivación para él. Si no, Marco Camus podría tener una oportunidad.
La otra duda en la alineación es puramente técnico-táctica. El técnico racinguista le ha dado vueltas en las últimas semanas al lateral derecho. De hecho, en los tres últimos encuentros han aparecido como titulares tres especialistas diferentes. En el último, Álvaro Mantilla. Aunque a día de hoy sus dos competidores parecen por delante en la carrera. En principio, Dani Fernández parece el más en forma de todos, aunque Unai Medina estuvo bien el jueves en Ibiza. Eso sí, en la posición de extremo. ¿Ysi al míster le da por repetir la experiencia y relegar al banquillo a un Mboula que no termina de arrancar? Es una posibilidad.
El equipo cántabro durmió anoche aún fuera de los puestos de descenso, aunque a la hora del partido podría estar metido de lleno ya en la zona roja de la clasificación. Puede ser una presión añadida. Más aún con el parón invernal a la vuelta de la esquina.
Enfrente, el Racing se medirá a un equipo que, si bien llega con la sonrisa puesta en la cara, es el peor visitante de la categoría. De hecho, no ha logrado vencer a domicilio en lo que va de temporada. Vamos, la típica frase que lleva a pensar en las papardas que viven en El Sardinero. El equipo aspirina. El hospital del que todos salen con puntos y no de sutura. Hay que lograr que el Mirandés siga siendo un desastre lejos de Anduva.
El equipo de Joseba Etxeberría también llega al duelo con unas cuantas bajas. Algunas de ellas, especialmente importantes. Como la del portero Alfonso Herrero. Curiosamente, será sustituido por un Ramón Juan que fue una de las peticiones de Guillermo Fernández Romo a su llegada a Santander. El portero se decantó por jugar en Segunda con el Mirandés y el Racing apostó por Miquel Parera. Ahora el balear es titular en el equipo cántabro, en Segunda, y el catalán tendrá que aprovechar hoy su oportunidad en el que pudo ser su estadio. Tampoco estará el sancionado Raúl Navas en el centro de la zaga.
El Racing, que puede estrenar hoy los nuevos juegos de luces de los Campos de Sport, lo que debe iluminar es su camino. Maquillar esta semana clave aunque el balance sea pobre y encarar el último obstáculo de la primera vuelta con otro ánimo para tratar de pasar el ecuador fuera de los puestos de descenso. Al fin y al cabo, ese es el objetivo innegociable. Lo de mejorar la imagen y el potencial, habrá que apelar a Mikel Martija y los Reyes Magos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.