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La figura de Gabriel García Márquez y su obra han traspasado fronteras. Incluso la línea de cal de los campos de fútbol. Es un topicazo eso de la 'Crónica de una muerte anunciada', pero vamos, que este sábado en el Racing se veía venir. Ni ... ante un local pésimo ni con el viento a favor en la primera mitad ni siendo a ratos mejor que su rival ni tras mandar un balón al poste. Porque este equipo no tiene ni suerte. La fortuna y la capacidad hace tiempo que le han dado la espalda a los verdiblancos. Al Alcorcón le bastaron dos esfuerzos para llevarse el triunfo frente al conjunto cántabro, que si algo ha demostrado en lo que va de temporada es que sólo supera a sus enemigos cuando los contrincantes están por debajo de su nivel. Y al final, en esto del fútbol, da igual si el entrenador va con tirachinas, bayonetas o tanques. El técnico es siempre el elemento más débil. Una victoria en catorce partidos. El crédito merecido tras el ascenso ya no parece suficiente para un Iván Ania condenado tras una nueva derrota, y que gastó todas las opciones que tenía, hasta el último instante, sin éxito. Agonía.
Ahora la pelota está en los pies del director deportivo, un Chuti Molina que decidirá si le corta la cabeza a un míster con el que ya no tiene el feeling de tiempo atrás, pero que hasta ahora le ha servido también de parapeto. Cualquiera que venga, si no es capaz de sacar provecho a una ya de por sí limitada plantilla, dejará a puerta gayola la labor del principal responsable en la parcela deportiva –y en casi todo menos en lo económico– del club. «Si sale mal, esta ronda la pago yo», dijo Molina antes del arranque del campeonato. Maldita hemeroteca.
Aunque sabedor de que la de ayer podía ser su última alineación como entrenador racinguista, el asturiano no apeló a ninguna revolución. Mejor morir de pie que vivir de rodillas, debió pensar el míster. Así que si debía irse a la cola del paro lo haría con sus ideas. Insistió en su 4-2-3-1 habitual. Kitoko regresó al centro del campo ante la ausencia de Dani Toribio y la única apuesta diferente fue la entrada de un David Rodríguez al que la cita de ayer debía motivarle especialmente por haber sido un ídolo en Santo Domingo. Aunque sí es cierto que Cejudo actuó algo más retrasado como apoyo de calidad al doble pivote.
El Racing salió al terreno de juego con las mismas ganas que precauciones. Esos miedos tan limitantes. Con el viento a favor, los verdiblancos tuvieron una primera opción en una falta lanzada por Enzo Lombardo desde la frontal que no encontró portería. Sin especialistas, era difícil sacar provecho de una acción así. Por contra, en el primer córner a favor del Alcorcón, la zaga cántabra dejó completamente solo al exracinguista Dorca, quien no acertó a rematar.
El equipo de Iván Ania ganó presencia en ataque, acompañada, como siempre, de esa evidente falta de pólvora en la faceta ofensiva. David Rodríguez, tras un buen control orientado, disparó raso y flojo. Dani Jiménez atrapó cómodo. El Racing proponía algo más y el Alcorcón, con una mayor pegada, esperaba su ocasión. Olaortua se quedó dormido en un pase interior hacia Romera. Por fortuna, la jugada acabó en fuera de juego del delantero, aunque Luca detuvo su intento y también el posterior de Boateng.
Los verdiblancos eran ligeramente superiores. Mario Ortiz chutó desde la frontal un balón que se marchó a la derecha de la portería. Decía Iván Ania el viernes que, en el fútbol, «todos sabemos por dónde rompe primero el eslabón». Y la cadena que más se lleva en el equipo cántabro es la de errores. Figueras que no despeja; Romera habilita otro pase interior; Buñuel y Olaortua no se aclaran con la marca y Stoichkov que somete a un vendido Luca. 1-0. Que no, que no hay manera. Tuto Sañudo, que se enfrentó en su tiempo al Stoichkov de verdad, debía revolverse en su asiento ante una nueva flaqueza defensiva de los racinguistas. La enésima.
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El Racing se vino abajo. Se descompuso. Lo que antes eran bondades ahora eran huecos. Luca salvó el segundo en el mano a mano con Romera. En la siguiente jugada, Arribas mandó un duro disparo fuera. Que llegue el descanso ya. A ver si a Ania se le ocurría alguna genialidad de última hora, porque Chuti Molina debía estar preparando ya la carta de despido.
A Ania y los suyos no les quiere ni la suerte. La dinámica verdiblanca es tal, que lo raro es que no hayan pinchado una rueda del autobús antes de salir de Alcorcón. El equipo cántabro se levantó y entre Enzo Lombardo y Moi inventaron una buena jugada por la izquierda. El andaluz la puso de primeras. Cejudo no llegó en el primer palo y, en el segundo, David Rodríguez marró lo infallable. Con todo a su favor, la mandó al poste. Se hizo hasta daño en la caída el talaverano. Se llegó al descanso. El Racing fue ligeramente mejor. El Alcorcón, simplemente es mejor. Como la mayoría de los rivales de esta Segunda División. Así que los madrileños se fueron por delante al vestuario.
No hubo reacción tras el regreso del intermedio. Más bien, todo lo contrario. El Alcorcón consiguió anestesiar el choque. Sedar a un Racing que se desangraba poco a poco. Imprecisiones, falta de profundidad, escasez de ideas... Y así, era prácticamente imposible lograr el empate. Pensar en una remontada ya era apelar a los Reyes Magos. Un centro de Yoda desde la derecha lo despejó Laure antes de que rematase David Rodríguez. Minuto 60 y ni Ania había encontrado solución en el vestuario ni parecía encontrarla en el banquillo, porque no había cambios.
Por fin, el asturiano se decidió a modificar su equipo. Retiró a Kitoko, Cejudo pasó al doble pivote junto a Mario Ortiz; Yoda, a la mediapunta y Nico Hidalgo entró en la banda derecha. A la desesperada. Una falta lateral botada por Enzo Lombardo le complicó la vida a un Dani Jiménez que tuvo que despejar como pudo.
Con trece minutos por delante –más el tiempo añadido–, el técnico asturiano tiró de la única pieza que no ha podido probar hasta el momento –Óscar Gil ni cuenta–. Jon Ander volvió al terreno de juego después de ocho meses en el dique seco. El vasco era la última bala del míster. Bueno, en realidad no, porque, viéndose ya fuera del banquillo, retiró un central –Figueras– y sacó a Nuha. Con tres delanteros. Pero como si pones once futbolistas en el área rival. Cuando no hay, no hay. Al Alcorcón le habían hecho falta dos acelerones para tumbar al frustrado conjunto verdiblanco. Un tiro al lateral de la red de Nuha fue lo más parecido a una ocasión de gol.
«Me voy con la sensación de que necesitaron poco para ganar el partido». Fue el lamento desesperado del asturiano en la rueda de prensa posterior. Un técnico que no suele salirse del carril diplomático ante los micrófonos, pero que en los últimos días ya había dejado entrever su pesadumbre por su situación. Agravada aún más ayer tras la derrota. Hace falta un cambio, pero ¿cuál? Las próximas horas serán claves, pero tiene pinta de que Ania debe ir preparando la maleta. A día de hoy, es prácticamente la única posible decisión a tomar, aunque eso no signifique que vaya a ser una solución al problema. Las despedidas no suelen ser momentos agradables.
Alcorcón
Dani Jiménez, Laure, Diéguez, Boateng, Dorca (Elgezabal, min. 59), Romera (Sandaza, min. 85), Bellvis, Sosa (Paris, min. 46), David Fernández, Stoichkov y Arribas.
1
-
0
Racing
Luca, Buñuel, Moi, Olaortua, Figueras (Nuha, min. 86), Mario Ortiz, Kitoko, Yoda, Enzo Lombardo, Cejudo (Jon Ander, min. 77) y David Rodríguez.
incidencias Santo Domingo. Con césped en aceptable estado, en una tarde lluviosa y con viento. 2.816 espectadores, con cerca de 500 aficionados cántabros en las gradas.
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