Isidro y su debut en Cartagena
Mi saque de esquina ·
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Mi saque de esquina ·
El Racing cayó en Copa, pero alumbró el estreno de un canterano que se convertiría en importanteNo es tan fácil eso de llegar y besar el santo, expresión que indica la brevedad con la que alguien logra su propósito y que, según los estudiosos, parece aludir al peregrino que, tras penoso caminar, consigue su ansiado deseo de besar al santo de ... su devoción sin tener que esperar entre aglomeraciones. Y llegar y besar el santo fue lo que hizo Isidro Ruiz Fernández (Vioño de Piélagos, 1943) en el día de su debut como racinguista en Cartagena. El encuentro terminó con empate (1-1) y el autor del gol fue un joven Isidro que aquel 2 de diciembre de 1962 llegó y dio su primer beso a su ídolo: el gol.
En la temporada 1962-63, el Racing se encontraba en Segunda División. Una pena si tenemos en cuenta que acababa de descender, perdiendo así la oportunidad de celebrar las Bodas de Oro en la máxima categoría. El objetivo de un nuevo ascenso era la ilusión del entorno del club, pero las cosas se complicaron porque, como suele ocurrir en estos casos, se marcharon varios de los mejores futbolistas del equipo, como Paco Santamaría, al Real Zaragoza; Nando Yosu, que se fue al Valencia C; Sampedro, que fichó por el Mallorca, y Escolá y Pellejero, que ingresaron en el Deportivo de La Coruña y Elche, respectivamente. La novedad más importante fue la contratación de un nuevo entrenador, Miguel Gual, que fue delantero centro del Barcelona y llegaba a Santander después de haber realizado un excelente trabajo en la SD España Industrial, filial del Barcelona, y Osasuna, ascendiendo a ambos a Primera División. Las buenas relaciones de Gual con el Barcelona proporcionaron al Racing la incorporación de futbolistas del club catalán, entre ellos Rifé, que años después llegaría a ser internacional absoluto. También, entre otras novedades, destacaron el regreso del delantero centro Abel, que había estado cedido en el Orense, y el salto de tres jóvenes del Rayo Cantabria al primer equipo: José Manuel Goñi, Manuel Noriega e Isidro.
Isidro tuvo ocasión de debutar en la Copa del Generalísimo contra otro equipo de Segunda, el CD Cartagena, que no tiene nada que ver con el rival de hoy. El Racing, como uno de los candidatos al ascenso, había proporcionado unas cábalas favorables al conjunto montañés que partía como favorito, sobre todo en el primer partido que se celebró en los Campos de Sport. Pero ya se sabe cómo es el fútbol. El equipo cántabro, en un desastroso partido, cayó derrotado (2-0) y en el choque de vuelta el entrenador decidió dar la oportunidad a dos de los canteranos: Noriega e Isidro. Así que Miguel Gual alineó en Cartagena a Larzábal, Navarro, Gómez, Pedrito, Crispi, Lerma, Suco, Rifé, Abel, Noriega e Isidro. Con decenas de marineros montañeses que cumplían allí el servicio militar y se hicieron notar con el cántico del ra, ra, ra, el partido tuvo en la primera parte un claro dominio de los cartageneros, aunque con contrataques que inquietaban la meta local, sobre todo con las escapadas de Isidro y los remates de Abel. Pero al descanso se llegó con empate a cero. En la segunda mitad el Racing adelantó sus líneas y agobió la portería adversaria durante los primeros veinte minutos con varios saques de esquina. Pero en el minuto 27, un centro desde la banda derecha del Cartagena habilitó a Jesús, en posición de delantero centro, para anotar el 1-0 que dejaba la eliminatoria demasiado difícil. El Racing continuó intentándolo y en el minuto 33 Abel disparó duro y el portero cartagenero, Barea, desvió a córner. Suco fue el encargado de sacarlo al centro de la portería, donde el guardameta despejó mal de puños, dejando el balón a los pies de Isidro que entre un bosque de jugadores anotó su primer gol.
El Racing sólo pudo empatar, poniendo fin a su breve recorrido en la Copa, pero abrió el camino a un jugador que se había iniciado en equipos de Guarnizo antes de llegar al Rayo. Isidro debutaría en Liga días después. Se mantuvo en el club cántabro hasta 1965, cuando fue traspasado al Atlético de Madrid, donde debutó en Primera División, formando parte de la plantilla que ganó el título de Liga. Luego jugó en el Sabadell (1967-68), también en Primera, compartiendo vestuario con los cántabros Peru Zaballa y Pedro Puente. En 1968 volvió a Santander para colaborar en el ascenso del Racing a Segunda en 1970, algo que suponía el gran reto deportivo de su regreso, no sin antes escribir una de las hazañas goleadoras del racinguismo, como fue anotar cinco goles en el partido liguero del 30 de mayo de 1970 contra la Sociedad Deportiva Hullera (7-0) en los Campos de Sport. Ningún racinguista ha podido igualar la hazaña de este delantero que llegó a Cartagena para besar al santo.
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