Iván Ania, a examen

Técnicos y exfutbolistas valoran al míster racinguista. Y lo cierto es que sale bastante bien parado pese a los números cosechados en estas doce primeras jornadas del campeonato liguero. Ven defectos, como es lógico. El que decide es el único que se puede equivocar. Además, los evaluadores son conscientes de lo precario de la plantilla verdiblanca. Por el bajo presupuesto, pero también por errores en su confección.

En lo que respecta a los planteamientos de los encuentros, se palpa una falta de continuidad, pero también el intento casi desesperado del técnico por pulsar la tecla correcta. Acerca del manejo del vestuario, aunque la 'piñuca' del curso pasado ya no parece tan sólida, y asuntos como la salida de Rafa de Vicente o el ostracismo de Óscar Gil pasan factura, los encuestados ven compromiso en la plantilla y respeto hacia el entrenador.

Las mayores críticas llegan en la gestión de los cambios durante los partidos. Se efectúan casi siempre tarde y pocas veces con acierto. Algo en lo que mejorar para un entrenador debutante en el fútbol profesional. En formación. Sobre la preparación física del equipo hay unanimidad en que los futbolistas, con alguna excepción individual, son intentos y aguantan con entereza los partidos. Y, de momento, casi todos los que han participado en esta evaluación entienden que todavía se debe tener paciencia con el míster verdiblanco. Eso sí, a nadie se le escapa que el duelo frente al Deportivo puede ser trascendental aunque esto apenas acabe de comenzar.

Han participado en esta evaluación Lorenzo A. Manchado, Santi Gutiérrez Calle, Ángel de Juana 'Geli', Juan Carlos García ySergio Herrero

Aquí hay divisivión de opiniones. Hay quienes piensan que el concienzudo trabajo de Iván Ania durante la semana se ve reflejado en los partidos, más allá de que algún gol tempranero lo eche abajo todo, y otros estiman que el equipo no tiene una personalidad definida y tantos cambios de dibujo no dan continuidad. Nadie duda de que los futbolistas verdiblancos corren, pelean y no se rinden hasta el pitido final, algo en lo que también tiene mérito el entrenador, lógicamente, pero el estilo no está claro. Del juego de toque de los primeros encuentros al 'estar juntitos' de Huesca, pasando por el fútbol más directo y presionante frente al Mirandés. Del 4-4-2 al 4-2-3-1. Otros aspectos que ven negativos los evaluadores tratan de decisiones puntuales en las alineaciones y los planteamientos. Por ejemplo, la idea de jugar con dos extremos a pierna cambiada como Yoda y Enzo Lombardo –ahora mismo imprescindibles en el equipo– y con uno o dos rematadores dentro del área –ya sean Nuha, Barral o David Rodríguez–. Sin centros, esos delanteros pierden potencial y no está el Racing para dejarse cosas por el camino. O la falta de minutos, especialmente en los últimos tiempos, del único centrocampista un poco diferente de los cinco mediocentros que tiene la plantilla. Los encuestados barren para casa y creen que Sergio Ruiz es uno de los grandes valores del club y debería tener más protagonismo. Otros aspectos destacados son el empeño por no utilizar a futbolistas del filial pese a las bajas, incluso reubicando a futbolistas del primer equipo fuera de su puesto.

Es evidente que lo que pasa en un vestuario, la mayoría de las veces se queda ahí. Así pues, los de fuera deben quedarse con las sensaciones, con lo que palpan. La imagen que da Iván Ania desde fuera es la de un entrenador con carácter. Algo que se traslada a la intensidad con la que habitualmente afronta su equipo los partidos. Sin embargo, es notorio que la unión de los futbolistas verdiblancos no es tan fuerte como el curso anterior. Los resultados no acompañan, los numerosos cambios en la plantilla han modificado un grupo ya consolidado, en una categoría superior los egos son mayores y todo se complica en el aspecto ambiental para el entrenador. Más aún cuando, en este vertiginoso mundo del fútbol, inicia su segunda temporada. Como en el amor, la magia se va apagando y todo se vicia. Además, ha habido situaciones, como la del extraño despido de Rafa de Vicente, por el que el futbolista alega motivos personales y el club ha guardado silencio, que han resultado negativos en este aspecto. Oel tampoco explicado ostracismo de Óscar Gil. Asimismo, alguno de los encuestados ve un problema el hecho de que muchos de los numerosos fichajes realizados pasen más tiempo en el banquillo que sobre el terreno de juego, algo que afecta a la armonía del vestuario. Sin embargo, nadie duda del compromiso de los futbolistas y desde fuera aprecian que hay respeto por parte de los jugadores hacia su entrenador. Eso sí, todos recuerdan que cada vez es más complicado tener información en este aspecto debido a la prohibición del club de asistir a los entrenamientos a aficionados y curiosos.

Aunque finalmente logra un aprobado raspado, en este asunto de la gestión de los cambios y las decisiones durante los partidos es donde Iván Ania recibe las notas más bajas. Lo que le achacan los más críticos es, sobre todo, la tardanza a la hora de hacer los cambios. Unas modificaciones que, además, muchas veces no tienen premio. En Tenerife, por ejemplo, sí que acertó con las decisiones tomadas. Sin embargo, en otros partidos, los cambios o la ausencia de ellos lastraron al Racing. Es el caso, por ejemplo, de los choques ante Málaga, Almería, Las Palmas o Cádiz, en los que el equipo verdiblanco acabó perdiendo parte o la totalidad del botín en los últimos minutos de encuentro. Evidentemente, el entrenador racinguista ni puede despejar un balón colgado al área ni marcar a un futbolista que se ha quedado solo por un despiste defensivo, pero sí puede tomar decisiones para tratar de evitar esos problemas. Salvo en el Heliodoro Rodríguez López, por lo general los cambios suelen llegar superado el minuto 70, cuando el margen de maniobra ya es muy limitado y ese es uno de los aspectos que los encuestados ven con una mayor preocupación. También la falta de cintura para cambiar el estilo en mitad de un encuentro, como por ejemplo el choque frente al Almería, cuando el Racing, con 1-0 en el marcador, aún seguía combinando en zona defensiva con su portero más allá del minuto 80 y finalmente acabó viendo como el conjunto andaluz empataba cuando el reloj ya marcaba el 93. Sin duda, el aspecto en el que Iván Ania más tiene que mejorar en opinión de los expertos consultados.

Hay unanimidad. Pese a que Ania tiene en su cuerpo técnico a una persona encargada de esta parcela, él es el último responsable de todo lo que sucede en su plantilla. De lo malo y de lo bueno. Y en el aspecto físico el Racing genera pocas dudas, más allá del estado individual de alguno de los futbolistas. Pero son casos puntuales. El equipo es intenso y aguanta con bastante solidez los encuentros hasta los últimos minutos. Los problemas en esos tramos finales son más de concentración que de cansancio. Y las carencias de los futbolistas más veteranos parecen más por la falta de explosividad por el paso de los años que porque no estén en buena forma. Así pues, en lo que respecta a la preparación física de su equipo, las notas son altas. Eso sí, las dudas provienen de la trayectoria descendente que llevó el Racing la pasada temporada, ya con Iván Ania en el banquillo. Después de un inicio espectacular, en el que los verdiblancos pasaban por encima de los rivales que se le ponían enfrente, poco a poco fue perdiendo fuelle y al final la campaña se le hizo demasiado larga. Teniendo en cuenta que en Segunda División el campeonato tiene cuatro partidos más que la Liga regular de Segunda B y aún no ha empezado la Copa del Rey, es una incógnita saber si la preparación física del Racing sigue un patrón similar, con un comienzo a tope, que luego puede ir disminuyendo con el paso de las jornadas. Pero eso lo dirá el tiempo y de momento, en lo que a físico respecta, el técnico asturiano aprueba con nota. Los entrenamientos –al menos los que se pueden ver por la prensa– son intensos y eso repercute de forma positiva en la plantilla.

En líneas generales, según las opiniones de los encuestados, es pronto para pensar en la destitución de Iván Ania. En primer lugar, porque estiman que la consecución del ascenso le debe otorgar un plus de confianza por parte del entorno. Lo segundo, porque consideran que no toda la responsabilidad es de un entrenador que tiene los mimbres que tiene, por la precariedad presupuestaria del club y porque unos cuantos fichajes realizados por la dirección deportiva no están dando el rendimiento esperado. Sin embargo, otros de los evaluadores creen que una sola victoria en los 22 últimos partidos oficiales es un registro que evidencia la necesidad de un cambio. En lo que todos están de acuerdo es en que el partido del próximo sábado frente al Deportivo, el colista de la Segunda División, puede ser trascendental para el futuro del técnico. Mucha de la relevancia que tenga esa cita, además de por el resultado final, vendrá dada por el juicio de la grada de los Campos de Sport, que a priori aún mantiene algo de confianza en el míster, pero cuya opinión puede cambiar de un momento a otro por la ansiedad que genera la delicada situación clasificatoria y la más que mejorable imagen del equipo verdiblanco. La afición racinguista ha demostrado mucha paciencia desde que se acabó la 'Era Okupa', pero es ley de vida que todo tiene fecha de caducidad. Así pues, Ania y su Racing tienen una buena oportunidad en su casa de recuperar parte del crédito perdido o, por el contrario, complicarse más la vida.