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Partir de un punto para dar una vuelta durante dos semanas y volver al mismo sitio. Eso es lo que ha hecho el Racing en su búsqueda de un entrenador para la próxima temporada. Será quien ya estaba prácticamente cerrado, a falta de la firma, allá por el día 20 de julio ... , pero cuya operación se decidió paralizar desde el club de forma repentina. Javier Rozada (Oviedo, 3 de julio de 1982) ha llegado para ser entrenador verdiblanco, al menos por una campaña.
Era el elegido y ha acabado siendo el definitivo, tal y como anunció El Diario el pasado día 21 de julio. El argumento de tres de los gestores verdiblancos para echar el movimiento atrás, el día de la presentación del proyecto, a la que sólo faltó Rozada, fue que había que «mirar otros perfiles». Y es cierto que la entidad verdiblanca ha estado testando a otros técnicos, como el exracinguista Pablo Alfaro.
Al aragonés también le han sondeado. Un entrenador que, como Rozada, pertenece a la agencia You First Sports, a través de la cual el Racing ha buscado a su inquilino en el banquillo, pese a que tanto la empresa como los dirigentes del club verdiblanco niegan su vinculación.
En Santander, el técnico ovetense coincidirá con un amigo cercano como es el recientemente nombrado secretario técnico racinguista, Pedro Menéndez. El que fuera presidente del Lealtad apostó por Rozada en el conjunto de Villaviciosa, cuando el entrenador apenas dirigía al cadete del Oviedo. El equipo maliayo logró el ascenso a Segunda División B y, en la campaña siguiente, firmó la mejor temporada de su historia. «Es una candidatura que yo avalo. Tuve la suerte de trabajar con él y conozco la capacidad que tiene para sacar jugadores de la cantera», dijo Menéndez el día de su estreno al frente del cargo.
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Rozada ya se había reunido con el responsable de estrategia deportiva, José Mari Amorrortu, en días previos a aquella presentación, para comenzar a tratar diferentes planteamientos de cara a su incorporación. Y en las últimas horas del 20 de julio, el técnico tenía una cita para la primera hora de la jornada siguiente, sellar su acuerdo con el club verdiblanco. Sin embargo, algo pasó en ese período de tiempo, que hizo cambiar de opinión, de forma pasajera, a los responsables de la comisión deportiva verdiblanca.
El problema de estas dos semanas de 'standby' de la operación, además de un tiempo perdido en el trabajo de preparación de la temporada –pese a que Amorrortu y Menéndez han estado llevando a cabo sus primeras tareas en el cargo–, también ya supone un desgaste para el técnico de cara al entorno. El ahora sí, ahora no, ahora sí ha tenido al racinguismo pendiente de una historia que, seguramente, se podría haber ejecutado de otra forma más ágil.
El nuevo entrenador racinguista, que será presentado este martes, ha apostado fuerte por la oportunidad de entrenar al Racing. Tenía varias propuestas, entre ellas una del Hércules, pero cuando apareció el club verdiblanco pidió apartar de la mesa todo lo demás para centrarse en el banquillo de los Campos de Sport. Una realidad que estuvo a punto de materializarse hace dos semanas; que pareció quebrarse por completo y que ayer, definitivamente, cristalizó.
El preparador asturiano dirigió esta última campaña al Oviedo, con el que precisamente se enfrentó al Racing. De nuevo, tras los éxitos con Paco Fernández e Iván Ania, un entrenador de la órbita carbayona. De corta pero intensa carrera. Tras liderar banquillos en las secciones inferiores de Covadonga y Oviedo, su primera experiencia sénior le llegó en 2013, en el Lealtad de Villaviciosa, que por entonces militaba en Tercera División. Con Rozada al frente, el cuadro maliayo ascendió a Segunda B y, posteriormente, logró la permanencia, en una de las mejores campañas de su existencia.
En Les Caleyes permaneció hasta 2016. En la siguiente temporada regresó al Carlos Tartiere, esta vez para hacerse cargo del filial del Oviedo, en Tercera División. Y repitió ascenso. Con el segundo equipo carbayón, la pasada campaña, se quedó a tan solo dos puntos de meterse en el play off de ascenso que, precisamente, iba a coronar al Racing.
Ahora, Javier Rozada se enfrentará a un reto nuevo. Tras buscar con éxito la permanencia con el Lealtad y rendir a buen nivel con un Oviedo B sin obligaciones, ambos en Segunda División B; y tratar de estabilizar, hasta que fue destituido, al Oviedo en Segunda, ahora se enfrenta a la ambición innegociable de ascender del tercer escalón al segundo. El de regreso al fútbol profesional. Todo ello, en una temporada en la que, más allá de la incentidumbre de si se disputará o no y si podrá haber público en los estadios o no, será más difícil que nunca abandonar el infierno futbolístico, con un centenar de equipos en liza.
En las ventajas de su corta carrera está que la presión ambiental que vivirá en Santander ha sido similar en Oviedo, con el, en ocasiones, agravante, de haber sido un técnico de la casa en el Carlos Tartiere. Que tenga suerte. Su fortuna será la de todos los racinguistas y la felicidad en los Campos de Sport dura menos que un caramelo a la puerta de un colegio.
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