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Compás de espera para José Alberto. El míster es el primero que se adapta a la situación de expectación que recorre al Racing y, ... como es lógico, al racinguismo. El técnico verdiblanco sabe lo que necesita, conoce lo que se ha buscado en el mercado e intuye lo que le puede llegar, pero por el momento debe sacarle partido a lo que tiene. Y lo que tiene es poco, a pesar de que siempre ha dejado bien claro que no quiere una plantilla muy numerosa para cuando arranque el campeonato de Liga. Ahora bien, ayer en La Albericia se pudo ver al asturiano entrenando con 30 jugadores. Muchos, hasta para ser pretemporada.
Después de semana y media de trabajo José Alberto y su equipo se han planteado aprovechar el tiempo sin contar con lo que queda por venir. Por eso la parte táctica de cada una de las dobles sesiones de trabajo es un banco de pruebas. Quiere adelantar trabajo y por eso prueba a Álvaro Mantilla como lateral derecho; a Iván Morante como centrocampista con llegada; a Lago Junior como posible hombre de banda izquierda si hiciera falta -ya lo hizo en el duelo ante el Oviedo en El Berrón- o las posibilidades que le ofrecen Cedric y Peque como delanteros, junto con Ekain, uno de los recién llegados y que pese a que algunos le colgaban el cartel de mediapunta parece que a José Alberto le convence más como delantero. O eso o que a falta de atacantes, el vasco ha mutado en uno de ellos.
A Jokin Ezkieta y Miquel Parera se les suma cada día Germán, el portero del Rayo Cantabria y a quien le viene bien entrenar con el primer equipo. En los laterales de momento aparecen Dani Fernández, que tiene a Mantilla como compañero de zaga, mientras que en el carril zurdo Saúl seguirá teniendo a Mario García como competidor del puesto. En el centro de la zaga es donde José Alberto deberá, junto con la dirección deportiva, decidir quién se queda y quién no. A Pol Moreno, Germán y Rubén Alves estos días se les han unido Diego Mirapeix y Juan Gutiérrez. El pasado lunes Mikel Martija admitía que le sobran centrales a la plantilla -Mantilla podría jugar en ese puesto si se necesita- por lo que en esa zona ahora mismo tiene overbooking y habrá salidas. En el centro del campo la llegada de Iván Morante le ha dado parte de lo que tenía la zona.
En los ensayos de ayer se pudo ver al leonés ejerciendo como organizador, que es lo que desea José Alberto para poder construir su juego ofensivo. Porque lo que no ha cambiado -al menos en los ensayos de esta semana y media- es que el asturiano seguirá apostando por ese 4-2-3-1 con el que jugó toda la pasada temporada. El cuerpo técnico no está dedicando mucho tiempo al trabajo táctico, entre otras cosas porque la gran mayoría de los futbolistas del grupo pertenece al bloque con el que el equipo logró la permanencia el último curso y los conceptos los tienen bien interiorizados.
El míster ha vuelto a colocar a dos pivotes como los encargados de crear y destruir, de llevar la manija del equipo en el centro del campo. Así las cosas, en las tareas, como las de ayer, se emparejan íñigo Sainz-Maza con Aritz Aldasoro, por un lado, e Iván Morante en ciertos lances. Junto a ellos el ejército de chavales del Rayo Cantabria con el que José Alberto va completando el trabajo en estos primeros días de la pretemporada, donde Diego Campo o Dani González complementan la zona ancha, junto a un Marcos Bustillo cuyo futuro está en el aire.
No cambia, al menos por ahora, la concepción del míster sobre los extremos. Por el momento se mantiene esa idea de que el extremo derecho tenga más profundidad y el izquierdo, que a priori será Íñigo Vicente, pueda aprovechar esa tendencia de meterse para dentro. Vuelve a repetirse esa premisa de si Vicente tira la diagonal para dentro le queda libre el pasillo a Saúl o Mario García para subir la banda desde el lateral. Esa maniobra se vio ayer en varias ocasiones y, aunque menos, en El Berrón y ante el Eibar. Por contra, en el flanco derecho con lago Junior se alternan esas funciones. José Alberto quiere que el costamarfileño pueda tener profundidad como también que pueda sumarse en ataque. El partido ante el Oviedo lo terminó jugando de delantero. Pero también lo probó en el extremo izquierdo, donde por el momento tan solo aparece Íñigo Vicente y un más que dudoso Marco Camus. El canterano regresa de su cesión en el Córdoba, adonde fue buscando minutos y tampoco los encontró. Camus ha ejercido de extremo durante estos primeros días y falta por confirmar si convence o no al técnico. Los puestos de la banda derecha y mediapunta los compartirán Lago Junior y Yeray Cabanzón durante este inicio de trabajo estival a la espera de que el equipo refuerce las posiciones.
Mañana en Guarnizo será otro test para comprobar las maniobras de José Alberto en ataque. La zona ofensiva es la que más urgencia por mejorar tiene, sobre todo porque sobre ella se ciernen las dudas. Cedric, Peque, Aiás y Ekain son los jugadores que ahora figuran como delanteros. El propio Lago Junior también jugó como '9' en el ensayo ante el Oviedo, pero solo como alternativa. Los chavales del filial, Jorge Delgado y Jeremy completan la lista. Ambos pueden aportar, pero los esfuerzos de Martija están centrados en que buena parte de los recursos se destinen en los futbolistas que marquen la diferencia.
Mario es junto a Yeray el rayista con más opciones de tener minutos la próxima temporada con el primer equipo. Para eso trabaja desde que hace semana y media echó a andar el Racing 23-24: «Es mi primera pretemporada con el primer equipo y estoy encantado, como lo estaba el año pasado cada vez que subía. Todo es positivo e intento aprender todo lo que puedo», explicaba ayer el lateral izquierdo.El cántabro es un jugador que gusta a José Alberto, pero aún no sabe si continuará en la primera plantilla o jugará habitualmente con el Rayo Cantabria: «Confianza me está dando. Luego, lo de llegar al primer equipo es un asunto del que no sé aún. Ojalá, porque todos los que jugamos en el Rayo, estamos pendientes de eso». Por el momento el joven defensa está «entrenando como siempre y aprendiendo todos los días con el staff, que para eso vengo», comentaba después de la sesión de trabajo en La Albericia.
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Ana del Castillo
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