«Soy José Alberto; la persona no el personaje»

«Solo soy un entrenador de fútbol, pero es un gran honor que hayáis pensado en mi para el pregón», decía en un acto al que también estaba invitado el socio número uno del Racing, Mauricio Gómez, que lo es desde 1943 y al que se invitó a pronunciar también unas palabras.

Pero el turno era antes del míster: «Es un placer representar al pueblo asturiano por los diferentes sitios a los que mi trabajo me va llevando. Imagino por tanto que todos los centros asturianos como este que hay en todo el territorio español y también en el extranjero os sentís como yo, orgullosos embajadores de nuestra tierra».

Lo hacía feliz por «compartir un rato entre paisanos» a la vez que ofrecía un guiño a su tierra -y presumía de su habla- y a otra en la que ha encontrado un gran éxito profesional: «Cantabria y Asturias son dos territorios hermanos y amigos, con el olor del mar Cantábrico y los Picos de Europa que compartimos , así como el color verde. Y no puedo olvidarme, porque soy de buen comer, de la semejanza, aunque con matices, de algunos platos típicos, como la fabada y el cocido montañés», decía también en presencia de su mujer y sus dos hijos, que tampoco faltaron al acto.

Y para terminar, el pregón en sí: «Os deseo a todos que disfrutéis de estas fiestas y os invito a que convirtamos estos pequeños momentos en extraordinarios, porque la vida merece vivirse intensamente», dijo antes de cerrar con un «puxa Asturies, viva Cantabria y aúpa Racing».

Acto seguido, y tras recibir la placa conmemorativa, el técnico entregó una camiseta del Racing firmada por toda la plantilla al Centro Asturiano antes de los corrillos y de una celebración más pasada por agua de lo que los organizadores hubieran querido, pero que aún así tuvo una muy buena respuesta y acogida en la previa de los días más señalados, en especial el domingo, de esas fiestas de la Santina en el feliz 'exilio' de Santander.