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Para los entrados en años la juventud es una provocación. Persigo con la mirada de la fantasía las carreras de los futbolistas en el campo ... y me imagino defensor superado y abatido. Ni siquiera agarrándolos de la camiseta o de la cintura puedo detenerlos, o al menos atenuar la velocidad de sus piernas, ni la velocidad del tiempo que parece volar con ellos. Me dicen que un joven senegalés llamado Assane Diao ha hecho historia en el Betis, porque ha marcado sendos goles en los dos primeros partidos que ha jugado de titular, convirtiéndose en una de las mejores irrupciones jóvenes en
Primera División. Con sólo 18 años y 24 días, es el segundo jugador más joven en la historia en marcar en su dos primeros encuentros en la máxima categoría. ¿Y quién es el primero? Pues un santanderino que en 1933 lo hizo en el Racing con 17 años y 152 días: Pablo Pombo Quintana, que por cierto también jugaría en el rival racinguista de hoy, el Cartagena (1945-46). Nadie va a descubrir ahora los méritos deportivos de la gran familia Pombo, pionera del deporte en Cantabria, cuyas victorias y trofeos salpican diversas modalidades, además de otras empresariales, culturales y sociales. Nacido el 13 de junio de 1916 y fallecido en Ciudad Real en 2001, Pablo Pombo vivió su infancia en la casa familiar del Sardinero, aunque marchó a estudiar al colegio La Salle de Santoña, donde comenzó a jugar al fútbol en el Club Deportivo Paloma y el Santoña C. F., equipo del que pasaría al Racing en 1933.
Nunca sabremos si la marcha de Pombo de Santoña provocaría de forma indirecta que el Racing anotara la goleada más abultada de su historia deportiva en un partido oficial, cuando derrotó a los santoñeses por 19-0 en el campeonato regional. El caso es que poco después, 'El chaval', que así comenzaron a llamarle sus nuevos compañeros, formó parte del equipo que comenzó la Liga en la temporada 1933-34, en Sevilla, precisamente contra el Betis. Aquel día, el entrenador racinguista, Mr. Galloway, alineó a Miera, Ceballos, Gurruchaga, Hernández, Baragaño, García, Santi, Loredo, Telete, Ruiz y Pombo.
El partido contra el Betis se jugó el 5 de noviembre de 1933, cuando Pablo tenía 17 años y 145 días. Los béticos se adelantaron enseguida en el marcador con un gol de Lecue a pase de Unamuno, pero los cántabros no se desanimaron, porque seis minutos después, Pombo robó un balón a la defensa y se convirtió en el racinguista más joven en anotar un gol en Primera División, honor que sigue manteniendo, aunque algo lejos del ranking nacional donde hay varios jugadores que marcaron en Primera sin haber cumplido los 17, como Lamine Yamal (FC Barcelona), Fabrice Olinga (Málaga), Iker Muniain (Athletic Club), Ansu Fati (FC Barcelona) o Xisco Nadal (Villarreal).
Pero el gran mérito de Pombo no fue marcar un gol en Primera con 17 años, ni siquiera haber conseguido la mejor irrupción goleadora en sus dos primeros partidos. Su mérito fue que, con esa temprana edad, marcó nada menos que once tantos. El segundo, en el siguiente partido al del Betis, fue contra el Oviedo, logrando uno de los cuatro goles de la victoria en Santander frente al conjunto asturiano (4-3); el tercero se lo anotó al Athletic Club, contribuyendo a la victoria en los Campos de Sport (3-2); el cuarto, quinto y sexto, al Español, que supuso la victoria cántabra (3-1) alcanzando otro mérito de excepcionalidad al anotar tres tantos en un partido de Primera con 17 años; el séptimo y octavo al Madrid, también en los Campos de Sport, al que se derrotó por 4-2; el noveno y décimo al Barcelona, que cayó en El Sardinero (3-1) y el undécimo al Valencia, al que se derrotó también en Santander (2-1) en un partido donde se lamentó, con un minuto de silencio, la muerte de uno de sus compañeros racinguistas que le acompañaron en su debut: Loredo. Extremo rápido con disparo fácil y eficaz, Pablo Pombo se mantuvo en el Racing hasta que estalló la guerra civil.
Se incorporó al equipo en la reanudación de la Liga (1939-40), pero no terminó la temporada con el club santanderino porque marchó cedido al Sevilla para reforzar al conjunto andaluz en la Copa del Generalísimo que por cierto ganaría en 1939. Luego regresó a Santander donde continuó jugando en el Racing hasta 1945. Ese mismo año tuvo que marchar a Cartagena por cuestiones laborales, donde aprovechó para jugar en el Cartagena F. C. (1945-46). También debido a su profesión tuvo que desplazarse esa misma temporada a Jerez de la Frontera, fichando por el Xerez y luego el Cádiz (1946- 49), para volver a Jerez formando parte del entonces Jerez C. D. (1949-54), club donde pasaría a la historia por marcar cinco goles en un mismo partido al Betis el 8 de octubre de 1950. Con el Racing jugó 164 partidos, marcando 67 goles, de los cuales 17 los anotó sin haber cumplido los 18 años (los 11 de Liga ya comentados, más 2 de Copa y 4 del campeonato regional). Todo un récord de precocidad.
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