Juergen asume como «normal» el enfado de José Alberto

«Transmite la sensación del vestuario -continuaba-; esa mala sensación tras la derrota y por cómo se dio. Hicimos un buen arranque, pero conforme avanzaba el partido, perdimos la intensidad con la que habíamos salido. Nos queda ese sinsabor, ese mal sabor de boca de la nueva derrota, de que a lo mejor en ese arreón final pudimos haber arrancado al menos un punto y de no poder darle la satisfacción a la gente que se desplazó, que hizo un esfuerzo enorme por estar ahí. Esa es la mala sensación que tiene él -el entrenador- y el vestuario entero».

El entrenamiento de ayer no fue uno más. Lo reconocía un futbolista satisfecho por su propio rendimiento, pero que tras su lesión perdió su puesto de titular. «Nunca sienta bien una derrota, pero nos puede servir para intentar despertar un poco y cambiar la dinámica. Se ha visto en el entrenamiento: hemos hecho una sesión más intensa de lo habitual. Es el momento de apretar, dar un paso adelante y estar juntos, y así seguro que llegan los buenos resultados.

El colombiano lo tiene claro: «Hay que ser más profundos y mucho más verticales». Que es necesario, en definitiva, cambiar algo. «Creo que el equipo necesita buscar distintas alternativas», decía sobre una sesión en la que entrenó como mediapunta. «Me siento cómodo en cualquier sitio del centro del campo», decía sin dar especial importancia a que se modificara su demarcación en el ensayo. «No he tenido la oportunidad de hablarlo con el entrenador. Durante la semana, y no solo esta, se suelen hacer ensayos en diversas posiciones. Estará -José Alberto- probando. Yo estoy en predisposición de jugar donde haga falta», insistía.

En cuanto a su situación personal, Juergen Elitim se muestra confiado. Tanto, que ante los micrófonos se reivindicó. Sobre todo, en su juego. «Vengo haciendo buenas actuaciones diría que antes del partido contra el Burgos. De hecho, me atrevería a decir en que ha habido partidos en los que ingresado en el segundo tiempo -como el pasado sábado- y me he sentido mejor, independientemente del gol -su estreno en el fútbol profesional-. Sin ir más lejos, frente a Levante y Huesca creo que estuve bastante bien. Evidentemente el gol, aunque no sirviera de nada, da ese plus de energía y confianza, pero a partir de ahí tengo que aceptar los planes del míster. Estoy aquí para aportar», resumía.

También trata de transmitir calma de cara al sprint por la permanencia. Asume que el ambiente no es el mismo de hace apenas un mes, pero trata de transmitir perspectiva.

«Lo vivimos o intentamos vivirlo con tranquilidad -comenta-. Hace un mes no éramos tan buenos y ahora no somos tan malos. El equipo sigue haciendo muchas cosas bien, pero está claro que hay facetas del juego que debemos cambiar y mejorar. Tratamos de no mirar demasiado a los que están arriba o abajo en la clasificación, sino mirarnos a nosotros mismos. Si sumamos de tres en tres, no hará falta hacer cuentas ni fijarse en los demás».

Se verá el Racing de nuevo las caras con un equipo muy defensivo, como lo era el verdiblanco hace unos meses. También lo sabe el mediocentro, más preocupado por la puesta en escena que por el número de defensas que alineen los manchegos: «Está claro que atacar contra bloques bajos, con diez detrás de la pelota, es bastante complicado, independientemente de que la defensa sea de cuatro o cinco. Nos está costando encontrar la profundidad y llegar con centros laterales». Porque el colombiano, cedido con una opción de compra de medio millón de euros, es muy crítico. Y autocrítico: «Nos falta precisión, a mí el primero, en los últimos pases y en los centros laterales». Una tarea a mejorar el sábado ante el Albacete.