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«Para mí el Racing es una oportunidad y si yo me exijo al máximo, exigiré lo mismo a los jugadores». Iván Ania (Oviedo, 1977) tiene hambre, probablemente lo que más necesita el Racing. Como jugador era un finito extremo de gran calidad y poco ... esfuerzo; como entrenador quiere «carácter, intensidad y demostrar ser el favorito desde el primer día». Sabe de la exigencia que le espera, pero viene convencido. Quiere una plantilla compensada y polivalente y huye de un estilo concreto. Ania quiere que el Racing sea su tren y al Racing le hace falta encontrar su maquinista.
-¿Qué tal sus primeros días por Santander?
-Bien. Ando un poco a caballo entre Santander y La Fresneda. Estuve unos días cuando la presentación. Esta semana también estuve el martes y ahora, yendo y viniendo hasta que ya me sitúe finalmente. Ando buscado piso con Delfín (delegado), pero ahora hasta que no pase el verano va a ser difícil. Necesito una casa grande porque aunque mis tres hijos no van a venir entre semana sí que lo harán en los fines de semana.
-Quedan tres meses para que empiece la Liga. ¿Cuál es ahora el trabajo del entrenador del Racing?
-Me toca ver muchos partidos. Ahora mismo el mercado está muy parado hasta que no finalicen los play off de ascenso. El pasado fin de semana vi el Oviedo-Sevilla B. Este próximo veré el Sporting B-Cornellá y la idea es que podamos ver, tanto yo como Chuti Molina, el máximo de partidos posibles. Preferiblemente en directo, pero también tenemos una plataforma para poder verlos por la televisión. Ahora hay un momento de calma, porque los jugadores están esperando a ver qué pasa con sus equipos, pero cuanta más información tengamos, mejor podremos hacer nuestro trabajo.
-El Racing tiene un secretario técnico, Chuti Molina. En la presentación de usted como entrenador dijo: «No concibo hacer una plantilla sin contar con el entrenador» ¿Cómo trabajan juntos?
-Estamos en contacto permanente. Nos llamamos varias veces, ya nos vimos también en varias ocasiones. Desde que fui presentado me dio tiempo a conocer los Campos de Sport, que ya los conocía como jugador, y las instalaciones de La Albericia, donde pude conversar con algunos de los jugadores que estaban entrenando allí. Me di cuenta de la grandeza y de la responsabilidad que tiene este club. Trabajaremos juntos y esperemos acertar. A pesar de que hay tiempo hay que ir ya haciendo cosas.
-Le ha dado tiempo a echar un vistazo a lo que hay y a los jugadores que tienen contrato. Por partes: Dani Aquino, ¿le interesa a Iván Ania el delantero murciano?
-Me enfrenté a él cuando era entrenador del Caudal. Para mí es un jugador diferencial. Tiene grandes capacidades y facilidad para hacer goles, pero la decisión de seguir en el Racing depende de él. Él es el que tiene que decir si quiere seguir o no. Tiene una cláusula de rescisión y él es el que puede ejercerla o no. Lo que necesitamos es un jugador que quiera estar aquí, que esté muy ilusionado y comprometido. Por muy bueno que sea si no quiere estar aquí es complicado. Hay que esperar a que volvamos a hablar con él y a ver qué dice.
-Otro caso es Borja Granero. Ha cumplido cinco temporadas en el Racing, ha sido el capitán. Finaliza contrato, ¿qué piensa el entrenador de Granero?
-Es un caso distinto porque finaliza contrato. Se hablará con él para que sepa lo que se piensa de él y también sus impresiones. Ha sido un jugador muy importante estos años, pero depende de muchos factores como el mercado y la predisposición. Hay veces en que piensas en traer a un jugador, luego no puedes y te quedas con el que tienes.
-Dos casos concretos: Antonio Tomás y Juanjo. Dos veteranos que regresaron con contratos largos y no han rendido como se esperaba. ¿Cuál es su opinión sobre ellos?
-Con los jugadores hablaremos uno a uno. Queremos saber cuál es su pensamiento. Queremos que el futbolista sepa que el objetivo es el máximo y si no están preparados para él pues no interesarán. Si alguno tiene dudas, es mejor que no esté. Pero si tienen claro el objetivo nos valdrán como el resto.
-Ha llegado un nuevo responsable a dirigir el fútbol base. ¿Cómo utilizará la cantera el entrenador del primer equipo?
-Yo no miro jamás el DNI para saber qué años tiene un jugador o de dónde viene. Si los jugadores de la cantera están dispuestos a derribar la puerta y entrar en el primer equipo aquí no habrá problema alguno. Siempre he tenido la idea de que el Racing ha tenido grandes equipos en juveniles que luchaban por los campeonatos; tiene el filial en Tercera y se contará con los que estén preparados para lo que se les exija.
-¿Qué le faltó al Racing en los últimos tres años para ascender?
-Desde fuera se ve de otra manera; hay veces que la organización, la estructura, el equipo... Todo se hace de la mejor manera posible para intentar subir y eso te pone una presión añadida. Este año no se jugó ni el play off, el año pasado se jugó y se cayó ante uno de los favoritos en el último partido, en el que el mejor jugador, Abdón Prats, fue expulsado. Yo estuve en aquel partido y en los play off hay veces que se depende de detalles. No sé exactamente lo que le faltó, pero sí sé qué es lo que le hace falta. Necesita un equipo con ambición, preparado para ser favorito toda la temporada. Necesita jugadores capacitados para eso porque es difícil ser el rival a batir todo el año. Conseguir lo que de ti se espera añade presión y eso es lo que hay que saber asimilar.
-¿Qué tipo de plantilla quiere usted para el objetivo que ha venido a cumplir?
-Muy competitiva. Si quieres conseguir un objetivo como el ascenso necesitas una plantilla compensada. Hay 16 fichas para jugadores de más de 23 años y otras seis para sub 23. Necesitas que esos seis jugadores puedan ser titulares porque sino se resiente mucho. Hay que buscar jugadores polivalentes, que puedan jugar en varias posiciones y de diferentes maneras. No es igual jugar en casa que fuera. No es lo mismo jugar en el grupo vasco que en el grupo IV. Hay que estar preparado para cambiar en cualquier momento de estilo. Yo soy de la idea de que si juegas bien tienes más posibilidades de ganar. La experiencia claro que ayuda, pero hay veces que un jugador de 18 años la tiene y está maduro y otro de 35 no. La edad no es una garantía. Lo que hay que hacer es una plantilla con carácter y con mucha hambre; eso será una de las claves.
-Usted sabe donde viene. ¿Cree que el Racing tendrá suficientes recursos -económicos, sobre manera- para competir con los mejores?
-Siempre quieres más. Cuando eres entrenador o director deportivo siempre prefieres disponer de muchos recursos para poder tener al alcance a los mejores. Ahora bien, el dinero tampoco es garantía absoluta.
-Ahora que conoce la categoría, ¿sigue pensando que el Racing tiene lo suficiente para ser favorito?
-Yo de números no puedo hablar porque no soy el responsable de ellos. Soy entrenador, pero lo que sí sé es que en el grupo IV, que es donde entrené la pasada campaña, por ejemplo, hay equipos muy fuertes y con presupuestos muy elevados. También se puede dar la circunstancia de que puedas tener un presupuesto alto dentro del grupo en el que juegues y luego cuando llegue el play off estar muy lejos de los rivales. Lo mismo ocurre con los equipos que descienden de Segunda, que tienen esas partidas de ayuda al descendido y que pueden acceder a futbolistas que el resto no. Es algo con lo que tenemos que jugar y aprovechar otros atractivos que tiene el Racing.
-De usted se conoce su etapa de jugador. Como entrenador más bien poco; lo hizo bien con el Caudal y con el Villanovense la pasada campaña. Sin embargo, la exigencia de estos dos equipos no será la misma que la que se encontrará en el Racing ¿Cómo le gusta jugar al nuevo entrenador?
-Me gusta el fútbol combinativo. Me gusta dominar y tener le balón, presionar arriba y defender el menor tiempo posible. Tener al rival alejado de la portería cuanto más mejor. En todos los equipos en los que he estado he logrado imprimir este tipo de características, pero también he sabido adaptarme cuando ha hecho falta. Tampoco me ha sido difícil adaptarme a un equipo inferior. Ahí está la riqueza de un entrenador; hay que saber y poder variar en cada partido en función del rival o de la trascendencia del encuentro. Hay que intentar que el jugador esté cómodo con lo que hace.
-¿Cuándo encontró su vocación de entrenador?
-Nunca pensé en serlo, pero los últimos tres años sí que pensaba ya como entrenador. Me fijaba en lo que estaba bien y en lo que no quería hacer cuando lo fuera. No he vuelto a disfrutar viendo un partido (risas).
-Le entrenaron algunos de los mejores técnicos, ¿quién fue el que más le marcó?
-Me quedé prendado del que me dio la oportunidad de debutar, Radomir Antic. El último año que entrené con él me enseñó mucho. Ahora el que más me ha marcado fue Juanma Lillo. Fue con el que más aprendí tácticamente. En su día me parecía muy aburrido todo lo que decía, pero con el tiempo me di cuenta de que me enseñó casi todo.
-De los estilos actuales, ¿con quién se queda?
-Me encanta el inicio de juego de los equipos de Guardiola; la defensa y el carácter de los de Simeone y las transiciones de Jürgen Klopp. Con los equipos que más me identifico son con los de Simeone. Me gusta esa intensidad. Soy gesticulero y nervioso en el banquillo, se me nota.
-Usted como futbolista era un jugador muy técnico, pero sin mucho esfuerzo. No le gustaba defender, ¿cómo se explica que le dé prioridad al carácter y a la solidaridad como identidad de sus equipos?
-Soy totalmente distinto como entrenador a como era de jugador. Estoy de acuerdo. Cuando me siento a ver algún partido antiguo y aparezco yo la verdad es que me da vergüenza verme. Nunca ayudaba al lateral, me costaba defender y rara vez bajaba del centro del campo. Un jugador como yo no jugaría jamás en un equipo mío. Tenía mucha calidad, pero no era solidario.
-Después de la paulatina decadencia del Racing y de su descenso a Segunda B, ¿se ha encontrado el club que esperaba?
-Sí. La organización y profesionalización que existe es la que me esperaba. Hay una afición con ganas de volver al fútbol profesional y creo que es lo que le distingue de los equipos en los que he estado y de los de la gran mayoría de esta categoría.
-¿Le preocupa el grupo en el que pueda quedar el Racing?
-Puede influir. No conocía el grupo IV y me enamoré de él. Creo que es el más fuerte, pero depende de nosotros nada más.
-Usted es de esos entrenadores que piensan de una manera y mueren con sus ideas...
-Tengo un plan A. Hay que tener una iniciativa de partida, pero no cabe duda de que hay que saber cambiar y modificarlo. Cuando empezaba en los banquillos solía apostar por un 4-2-3-1, pero tenía en el equipo dos delanteros muy buenos y quería que jugasen juntos así que cambié a un 4-4-2 para sacarles partido. No es lo mismo que el rival te presione con un punta o con dos.
-En su presentación dijo que la clave de la próxima temporada empieza en El Sardinero. Explíquelo.
-Jugamos 19 partidos en casa, 57 puntos, y tenemos que ser dominadores y encerrar a los rivales en su campo para que no se nos escapen. Esa vitola de favorito hay que demostrarla en el campo. Tenemos una afición que no la tiene nadie y hay que contar con ella y aprovecharla. Tampoco hay que olvidarse de que los rivales van a venir aquí con una extra motivación y debemos superarnos.
-Estaba en Villanueva de la Serena y de pronto le llega una llamada del Racing. ¿Quién lo hizo?
-Chuti Molina. Me explica que lleva tiempo siguiéndome y que quiere apostar por mí. Cuando se elige a un entrenador no se hace por un sólo partido, sino más bien por una trayectoria. Me dice que le gusta mi estilo, el carácter de mis equipos, cómo manejo el vestuario. Dentro de esa lista que barajaba me tenía a mí. No hubo más que hablar.
-Habla del vestuario ¿Cómo se maneja en uno?
-Me gusta ser muy cercano al jugador, pero soy muy exigente. Para mí venir al Racing es una oportunidad muy grande de crecer y de lograr ascender y dar el salto al fútbol profesional y si yo me exijo lo máximo también se lo voy a exigir a mis jugadores. Se puede contar conmigo para todo. No sólo en materia de fútbol sino también me gusta saber de la vida de los futbolistas; si están solos o con la familia, si tienen hijos, qué les gusta... Pero luego les exigiré al máximo. Esta es la filosofía con la que siempre trabajé cuando era futbolista yo y es la única que conozco. Soy muy perfeccionista, lo fui como profesional y lo soy como entrenador.
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