El Juzgado de lo Penal ya puede dictar la orden de ingreso en prisión de Harry

La Audiencia de Cantabria condenó a Lavín a dos años y nueve meses de prisión por administración desleal, ante lo que el expresidente del Racing presentó un recurso ante el supremo. El alto tribunal lo rechazó en lo que era el último recurso para que el suancino eludiera la prisión, aunque fuera con una reducción de condena que la dejara en menos de dos años, lo que en la práctica y siempre que no se tengan antecedentes -aunque existen algunas excepciones- suele suponer que no se ejecute el ingreso.

Harry ha agotado las vías legales al máximo. Tras ser condenado por el Juzgado de lo Penal y no prosperar completamente su recurso ante la Audiencia Provincial de Cantabria -que sí le rebajó su pena a los dos años y nueve meses-, en diciembre el Supremo inadmitió su recurso. No terminó ahí su estrategia. Acto seguido presentó un incidente de nulidad de actuaciones del auto, pero tampoco prosperó.

El Supremo ya ha comunicado a la Audiencia la inadmisión del recurso y esta lo hizo a su vez el pasado viernes al Juzgado de lo Penal. Así, hoy lunes, primer día hábil, se puede ya poner en marcha en cualquier momento el proceso por el que el presidente verdiblanco durante la 'Era Okupa' deberá ingresar en un ingreso penitenciario. Para que todo discurra con mayor celeridad, la acusación particular ha informado a El Diario que solicitará esta misma semana la ejecución de la sentencia, tratando así de ganar fechas al calendario respecto a lo que podría suponer la actuación de oficio. En resumen, la sentencia contra Lavín ya es firme y deberá cumplir condena este mismo año. Además de los dos años y nueve meses de prisión, Harry fue condenado a indemnizar al Racing con 216.400 euros y a pagar las costas procesales.

La acusación particular la han formado la Asociación de Futbolistas del Racing, promotora de una querella a la que después se unieron la Agrupación Unificada de Pequeños Accionistas (Aupa) y el propio club, que se incorporó al proceso una vez se desalojó a unos responsables -Harry como presidente y Pernía como cabeza en la sombra- que manejaba el club sin tener las acciones y ya condenados por administración desleal.

En unas semanas o, en el plazo más largo, escasos meses, se pondrá fin a un proceso judicial que arrancó formalmente el 27 de diciembre de 2012, cuando Víctor Diego y Ángel Blanco 'Gelucho' presentaron en el Juzgado de lo Penal la querella contra Francisco Pernía y Ángel Lavín, después convertidas en piezas separadas por la complejidad del caso.

En aquella época Lavín era el presidente del Racing y ya se evidenciaba el saqueo al que se estaba sometiendo a la entidad, ya una verdad jurídica con sentencia firme que la acredite. Sin embargo, la lentitud de los tribunales y la infinidad de estrategias legales emprendidas por las defensas han provocado que casi diez años después los culpables aún no hayan ingresado el prisión.

La primera condena, en el Juzgado de lo Penal fue de tres años y medio. Más adelante la Audiencia la rebajó tras aplicar la atenuante de dilaciones indebidas en el procedimiento, pero mantuvo una sentencia condenatoria que convertida en dos años y nueve meses debía obliga al suancino a cumplir la pena. Los dos últimos recursos ante el Supremo ya están archivados y el tiempo se agota.

Cuando se notifique a Lavín la orden de ingreso en prisión, deberá comunicar el centro penitenciario en el que haya decidido cumplir su condena (el más cercano es el de El Dueso, en Santoña). A partir de los nueve primeros meses se podrá acoger a permisos penitenciarios, y conforme se acerque el final de la condena tendrá la posibilidad de solicitar el tercer grado, que implica que solo se debe pernoctar en prisión. Pero lo que ya parece ineludible es que entre en la cárcel.

Francisco Pernía está cerca de correr la misma suerte, si bien en su caso todavía no han concluido los trámites para que el Juzgado le comunique la orden de ingreso. Con el final de estos procesos ya solo quedará por ponerse en marcha, si definitivamente así se hace, la acción social de responsabilidad contra la última directiva de Francisco Pernía con la excepción de Carlos Velado, cuya gestión nunca se puso en duda y que fue precisamente quien provocó la dimisión del de Cóbreces tras mostrar su absoluta disconformidad con sus actuaciones. De hecho, fueron la propia oposición a Pernía y los promotores de la querella quienes solicitaron expresamente que no se le incluyera en una acción social de responsabilidad que el Racing, por otra parte, no ha mostrado interés en activar en los últimos tiempos.

Entre la multitud de procesos judiciales derivados de la Era Okupa están el caso Racing, referido a la venta del club, que terminó archivado y con la absolución de los investigados y los pagos pendientes al abogado Juan Antonio Berdejo, que según el Juzgado de Primera Instancia trató de cobrar al club cinco veces más de lo estipulado por sus servicios y que finalmente, y tras el juicio, llegó a un acuerdo con el club.

De acuerdo con la sentencia, ya firme, quedaron «acreditados los mecanismos y operaciones por los cuales el Real Racing Club resultó perjudicado económicamente debido a que el acusado, actuando en su condición de consejero delegado y presidente, se dio de alta en la Seguridad Social, se asignó y cobró un sueldo y celebró dos contratos en perjuicio de la sociedad que administraba, todo en ello en beneficio propio y con abuso de sus funciones, quebrantando el deber de lealtad, lucrándose y generando un perjuicio al club que administraba».

Los hechos por los que fue llevado a juicio fueron los siguientes; asignarse de forma «unilateral» un sueldo de 72.000 euros con la sociedad «al borde de la desaparición», el contrato de Iñaki Urquijo como director deportivo, el de arrendamiento de servicios con la empresa Blu Sistemas y Proyectos, en disolución y sin actividad durante tres años y con un informe contrario de la administración concursal y la renovación del alquiler de tres apartamentos en la urbanización Albatros, por cinco años y una renta anual de 48.000 euros. La sentencia señala que la gestión de Harry causó perjuicio al Racing como Sociedad Anónima Deportiva a título particular y también de modo colectivo.