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José Alberto en el 'Work Café Santander' de Banco Santander. Juanjo Santamaría
La lección del míster
Una ilusión nos persigue

La lección del míster

José Alberto comparte con empresarios del 'Real Racing Business Club' su experiencia sobre liderazgo. «Ser líder es ser uno más y liderar desde el ejemplo sabiendo que tienes la responsabilidad de la decisión final»

Álvaro Machín

Santander

Viernes, 8 de noviembre 2024, 07:27

Ya antes de ir, los asistentes conocieron de primera mano algo más de José Alberto. Que madruga, que arranca pronto. La hora de la charla con un grupo de empresarios del 'Real Racing Business Club' se fijó a las ocho de la mañana. Poco habitual para actos así. Lo normal, explicó, es que sobre las ocho y cuarto esté ya por La Albericia. «Lo del entrenador que iba al entrenamiento y se iba, y que se pasaba las tardes jugando al golf ya no existe». De las instalaciones se va «sobre las dos y media» para ir a buscar a su hija y comer en casa –le gusta ese rato juntos en familia– y regresa al trabajo sobre las cuatro y media. «Hasta las ocho y media o nueve, salvo el viernes por la tarde, que intento no ir para despejar un poco la cabeza» antes del fin de semana de partido. Fue una anécdota. El técnico –que es maestro y pedagogo, con conocimientos de psicología– iba a hablar de otra cosa. De liderazgo. O, más bien, de su experiencia en lo de liderar grupos. «Ser líder es ser uno más y liderar desde el ejemplo sabiendo que tienes la responsabilidad de asumir la decisión final y, en mi caso, de los resultados». Le dio vueltas al asunto y, casi siempre, llegó a una misma conclusión. Se trata de liderar a «un grupo de personas». «Y no hay dos iguales. Cada una necesita su propia receta. A uno le viene bien que le des caña y que estés encima, y a otro que le des cariño. Lo importante es sacar la mejor versión de cada uno».

En el 'Work Café Santander' del edificio recién reformado de la entidad financiera –ha quedado espectacular, la verdad– se juntaron unos cuarenta empresarios. La ilusión que nos persigue y el liderato también se notan en esto. Fueron a escuchar al míster, pero también a compartir café y corrillo con representantes del club. Felipe Llamazares, Víctor Diego, Pablo Ruiz, Mikel Martija, Roberto González... Tejer comunidad –que de eso, al fin y al cabo, va esta idea–.

José Alberto empezó con humildad, con la boca pequeña. «No sé si soy la persona más adecuada para hablaros de esto a vosotros, que seguramente tenéis másteres, cursos... Yo me dedico a intentar, con sentido común, abarcar todas las situaciones que se dan en el día a día de un equipo». Pero el catálogo de cuestiones que enumeró a continuación sí que le dan solvencia para hablar de lo que ha vivido. Gestionar un 'staff', un grupo de jugadores, la relación con los medios, los mensajes que se transmiten a los aficionados y a los propios medios... Porque en el trabajo de un entrenador, en cuanto a liderazgo, hay un matiz diferente al de los empresarios que estaban en la sala. «En el fútbol hay un examen semanal y un juicio público a los jugadores, al cuerpo técnico, a las decisiones... Un juicio de los medios y de los aficionados».

El contexto. El marco. A partir de ahí, dejó pinceladas de sus métodos. De su forma de trabajar. Y del momento que vive el equipo.

Vestuario

«Se trata de gestionar un grupo de personas y no hay dos iguales. Cada uno necesita su receta»

La relación con el futbolista se llevó buena parte de las reflexiones. «Cuando llegué aquí había jugadores muy criticados que ahora están de moda. Hay futbolistas que funcionan con un jefe y con otro no». Eso pasa. Es fútbol. ¿Sus formas? «Digo las cosas de frente. Muy directo. Al principio cuesta un poco. En Málaga, por ejemplo, me costó. Hay jugadores que no están acostumbrados a que les digan que hacen algo mal». Y, ojo, cada semana juegan once y entran otros cinco. «Es difícil tener conformes a 25». Los egos. El míster contó que en el Racing hacen «tutorías individuales casi todas las semanas» y que están «más cerca del que no juega que del que juega». «Hay que ponerse en su lugar y entender que le privas de lo más bonito, que es jugar un partido». Con un mensaje insistente: conseguir mejorar. Eso, y sentimiento de pertenencia. «Es algo vital y es uno de los éxitos de este Racing».

Para José Alberto es importante «delegar», «confiar en los que tienes al lado y delimitar las funciones». «La organización –dijo– es básica. Los equipos muchas veces son un reflejo de esa organización en el vestuario». Ahí confesó que estos días le escribe «mucha gente». «Me dicen que jugamos muy bien... ¿Qué ha cambiado? Que gano. Pero yo llevo haciendo esto mucho tiempo». En ese punto insistió otra vez en la idea de mejorar «con la experiencia». «Hace que cada día el equipo funcione mejor». Siendo consciente, aunque sea «optimista por naturaleza» y asegurar que no trabaja «para perder», de que la mala racha puede llegar. ¿Receta? «Que el ruido externo no afecte. Intentar no variar, encajar con normalidad, con naturalidad, los resultados». Y un concepto: «El tiempo». «Permite saber cómo has pasado por las malas rachas. Si va mal siempre se mira a uno. Que no te vean titubear. Las experiencias curten. Me han echado dos veces –bromeó–, no quiero que me echen más».

Su fórmula

«Digo las cosas de frente, muy directo. Lo que hacen mal. Al principio cuesta un poco»

Ese tiempo es uno de los factores que explica, según José Alberto, el momento. Es «la diferencia» que nota el míster. «Estar tiempo en un club es fuerza y la fuerza te da confianza. Los jugadores, con mirarles, saben lo que quiero y que hay una línea de trabajo que no se pueden saltar». Aunque no quería meterse en materia deportiva, deslizó dónde estuvo el cambio. «Villarreal fue un clic. Recuerdo ese día y se me ponen los pelos de punta. Fue un mazazo y un punto de partida, y ver cómo nos levantó la gente fue impresionante».

Hubo, de hecho, más confesiones. Que aunque tratan de aislarse de las opiniones de fuera –y las relativiza– «sí que condiciona lo que la opinión pública diga». Ahí destacó la diferencia de su etapa en el Mirandés –con mucho menos foco– con las de Gijón, Málaga o Santander. O que su hermano, que es vigilante de seguridad y «escucha y lee todo» en esas horas «delante de una puerta», es una de las voces que le traslada lo que se cuenta. «Me pasó el otro día un mensaje diciéndome que, en esta temporada, la plantilla se ha revalorizado 3,8 millones de euros».

Eso, destacó, «los agentes y los jugadores lo saben». «Hace que la gente quiera venir y que el que está no se quiera marchar». José Alberto está «orgulloso» de que su equipo se sienta a gusto. Y una última confesión: en el último mercado de fichajes notaron «un cambio en agentes y jugadores con las propuestas». El Racing gusta. Cuando una ilusión te persigue, se nota.

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