Las leyendas golean al autismo

Las ovaciones se fueron sucediendo. Una y otra. Y una más. A algunos se les tenía muy recientes por las alegrías que trajeron como a Óscar Serrano o Pablo Pinillos; a otros, aunque más veteranos, nunca se les olvidará como a Quique Estebaranz (el otro pichichi racinguista, este de Segunda) o al propio Salva. Pero vestidos de culés estaban Óscar Arpón o Carreras, dos exracinguistas a los que también se les ovacionó; o Balboa y Toni Moral, que vistieron de blanco ayer y también fueron del Racing.

Lo de ayer fue un triangular encuadrado en el proyecto Visibles de la Fundación Lovaas y reunió a algunos de los veteranos de los tres clubes con un fin totalmente solidario. Pero también fue algo más. «Es el reencuentro con un trozo de nosotros, donde fuimos muy felices», como recordaba Serrano. El extremo zurdo de Blanes que con aquellos peinados excesivamente modernos y sus galopadas por la banda cautivó al aficionado de hace dos décadas. «Aquí fue el despegue de mi carrera. Hacía 34 años que no jugaba en este campo», explicaba con cierta emoción Estebaranz. Del Racing al Tenerife, Barcelona y selección. Aún se recuerdan sus regates.

A los que no se les ve mucho por aquí les acompañaron los Moratón, Geli, Pinillos, Munitis o Amavisca. Estos dos últimos jugaron un partido con cada equipo, primero con el Racing y luego con el RealMadrid. Antes de empezar el Barcelona, de manos de Asensi y Zuviría, dos culés con pedigrí, hicieron entrega al Racing, a la Fundación y a la alcaldesa de Santander, Gema Igual, de varios obsequios para el recuerdo de este encuentro.

Y empezó la fiesta. Y el Racing golpeó primero. Los verdiblancos ganaron 3 a 0 el primer envite con el Barça. Colsa, Salva y Moratón, de tacón, levantaron al público. Munitis hizo alguna filigrana, Amavisca demostró que está para jugar y Pinillos se lanzó de palo a palo como en los noventa. En los culés Dani García Lara se aburrió en la delantera sin que le llegase una pelota.El Racing se hizo fuerte en casa.

El siguiente partido fue el clásico: Barcelona-Real Madrid, con los dos cántabros infiltrados, Amavisca y Munitis. IvánCampo, Raúl Bravo, Contreras, Pavón... Un ramillete de internacionales sobre el campo. Balboa fue el primero el llevarse la ovación y en abrir la cuenta. El público le recordó su pasado racinguista. «Siempre recordaré mi paso por el Racing, fue mi primer equipo profesional». El momento de la tarde fue cuando Munitis sentó a Llavería, el portero del Barça. Se coreó el nombre de el del Barrio Pesquero. Sus pases al espacio para que corriera el de Laredo eran una máquina del tiempo para los recuerdos.

El Barça no reaccionaba y lo de amistoso con esos colores no es sencillo de explicar. Congo se inventó una vaselina que se estrelló en el travesaño y que arrancó los ¡Uy! de la grada. Alguna entrada a destiempo, 'por la edad', y cosas de un Barça-Real Madrid que no pueden faltar. Congo corría, Rivera tocaba e Iván Campo mandaba. «Es un gusto estar en una fiesta así y si se puede ayudar, perfecto».

Y llegó la 'final'. El Racing se adelantó con un gol de pícaro de Juanjo y los blancos empataron con un balón que se le escapó a Pinillos. No se movía un alma. Los 4.000 espectadores disfrutaron con algún guiño de quien tuvo y no se le olvidó. Manolo Higuera se encargó de dirigir el banquillo de los racinguistas y con ello completó el círculo: jugador, presidente y ayer... Entrenador. Cuando se trata de un fin solidario todo vale y todo... Se olvida. Incluso que al empezar no había balones y hubo que ir a buscarlos a La Albericia. Un gol del Real Madrid le dio la victoria. Pero en realidad el que salió goleado fue el autismo.