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¿Suspender la Liga? Sólo en la Guerra Civil ocurrió en España. Ahora una crisis sanitaria la ha detenido sin que se sepa qué ocurrirá con esta truncada competición que no se sabe cuándo se podrá recuperar, pero con una gran diferencia. La Liga 36-37 ni siquiera arrancó (no tuvo ni calendario sorteado), como ni siquiera se plantearon las temporadas 37-38 y la 38-39 en el ámbito nacional, más allá de competiciones regionales o locales que también se organizaron en aquella truncada temporada 36-37.
El Racing ya trabajaba en sus altas y sus bajas, había comenzado a fichar, negociaba el traspaso del Larrínaga al Barça e incluso había tramitado ya las fichas de sus jugadores para el curso que se avecinaba, pero el golpe de Estado se produjo mucho antes, el 18 de julio, y pronto se dio por hecho que no habría Liga. Posteriormente la Federación Española dio permiso para, con España dividida, organizar competiciones locales. No ocurrió así en Cantabria, donde el Racing solo jugó amistosos en la etapa republicana y un Campeonato Regional ya en 1939.
Pero el caso actual es diferente. Se suspende la Liga a falta de once jornadas. Y eso nunca había ocurrido. ¿O sí? La respuesta no es tan sencilla como parece, porque la Liga como tal, nacida en 1928 con una fase previa para inaugurar la competición en sí en febrero de 1929, nunca se había suspendido. Pero sí una liga. Precisamente la de la temporada 1927-1928, en la que se articuló por primera vez un campeonato liguero en España, pero ante el desacuerdo de los clubes fueron dos. Ambos detenidos antes de terminar para alumbrar la actual competición, que ya supera los 90 años.
La Liga es un invento estupendo. El jugar todos contra todos a doble vuelta sumando puntos ya se practicaba en España en los diversos campeonatos regionales. La estructura competitiva se basaba en esas ligas, cuyos campeones tenían derecho a jugar el Campeonato de España que enseguida tomó el nombre del trofeo que se entregaba, la Copa, disputada por el sistema de eliminatorias. Pero esa estructura no respondía a las exigencias de un deporte que cada día tenía más interés y demandaba más partidos, porque los campeonatos regionales tenían pocos participantes, y los encuentros de Copa, incluso para los que llegaban a la final, eran pocos para sumar los ingresos que requería el profesionalismo permitido desde 1926.
Así que los equipos se pusieron en marcha para organizar una liga nacional. El problema fue elegir a los de la primera categoría. Una tormenta de reuniones con hervideros de voces que hablaban y no escuchaban. Solo pudo avanzarse en la cantidad e intensidad de las discrepancias y de las discordias. Unos querían que estuviera compuesta por los seis campeones de España, y por defender una liga mínima, fueron llamados minimalistas. El resto, entre ellos el Racing, insistía en abrir la participación a más equipos, y fueron llamados maximalistas. Fue imposible llegar a un acuerdo, así que se organizaron dos campeonatos. En la Liga Mínima participaron los seis campeones de Copa: Real Madrid, Barcelona, Athletic, Arenas, Real Unión y Real Sociedad. En la Liga Máxima jugaron Racing, Celta, Atlético de Madrid, Valencia, Espanyol, Sporting, Iberia de Zaragoza y Sevilla.
El primer partido liguero del Racing se jugó el 27 de septiembre de 1927. El rival fue el Sevilla El entrenador racinguista, Paddy O'Connell, alineó a Raba; Santiuste, Sotero; Hernández, Prieto, Seguí; Santi, Cladera, Óscar, Larrinoa y Amós. El balear Antonio Cladera, que debutaba como racinguista, tuvo una gran inspiración de aciertos aquel día porque en pocos minutos marcó tres goles. Cuando se dirigía como una bala a marcar el cuarto, uno de los defensas le lesionó y tuvo que abandonar el campo, siendo sustituido por Furty, que marcó cuatro goles más. El resultado final de aquel primer encuentro liguero fue de nueve a cero a favor del Racing. Los seguidores locales tenían motivos para ser optimistas y algunos de ellos imaginaron al Racing siendo campeón. Y poco les faltó para acertar. Aquella desconocida Liga de la temporada 27-28 continuó ofreciendo su mejor cara. Los cántabros derrotaron al Sporting (3-1), al Celta (7-4), al Espanyol (2-0), al Valencia (1-2), al Iberia (6-1) y de nuevo al Sevilla en la capital hispalense (0-3). Pero la Liga maximalista, igual que la minimalista, agonizaban por la falta de continuidad. Las jornadas se interrumpían para jugar la Copa y los campeonatos regionales y el desorden de los encuentros programados provocaban falta de seriedad y en consecuencia desinterés del público. Cuando faltaban cuatro partidos para el final, el Racing era líder con doce partidos disputados y podía ser campeón, pero aquella Liga nunca se terminaría porque se suspendió.
Aquella Liga Máxima se dio por terminada con el Racing en la primera posición, pero sin recibir ningún título. Aquel primer puesto, liderando una competición inconclusa, fue una frustración para unos aficionados que soñaban con el primer gran éxito de su equipo. Como si la paralización por causa del virus que nos invade viniera a recordar que el fútbol tiene una deuda pendiente con el Racing.
La suspensión de las ligas fue también producto de un acercamiento entre las posturas y el regreso a las negociaciones para sentar las bases de una liga unificada que se llevaría a cabo en la temporada siguiente. Meses después, aquel equipo de O'Connell conseguiría el éxito de clasificarse como uno de los diez clubes que formaron la Primera División del nuevo y definitivo campeonato liguero. Pero antes tuvo que sufrir la suspensión de la única Liga que empezó y no llegó a acabarse.
A lo largo de la historia liguera, el Racing ha tenido que verse en la obligación de aplazar sus partidos por diversas circunstancias. En la primera ocasión fue cosa de la meteorología. La nieve caída en Madrid en enero de 1940 obligó a suspender el encuentro que tenía que disputarse el día 21 en el Metropolitano del entonces denominado Atlético Aviación. Los atléticos, que se habían colado en la Primera División liguera por las poderosas influencias militares (entraron ante la retirada del Oviedo cuyo campo estaba inutilizado por la guerra) serían los campeones, y el partido se jugaría tres días después con derrota racinguista (2-1).
Mucho más serio sería el segundo aplazamiento. El sábado 15 de febrero de 1941 un incendio avivado por rachas de más de 200 kilómetros por hora de viento sur destruyó 37 calles y 400 edificios de Santander. El domingo por la mañana, 16 de febrero, nadie se acordó de que el Racing iba a recibir al Ferrol en los Campos de Sport. Por eso el partido se aplazo para jugarse el 23 de marzo con la curiosa circunstancia de que además de servir como partido liguero, el resultado serviría también como partido de Copa. El partido terminó con empate (1-1)
En la temporada 71-72 también se aplazaría un partido por culpa de una polémica que se encendió durante el mes de diciembre. El campeonato liguero tenía un calendario muy apretado y la Federación, además de adelantar el comienzo de la competición, quiso aprovechar el mayor número de fechas disponibles para disputar los partidos, entre ellas la del domingo, 26 de diciembre, que obligaba a los jugadores a viajar o a concentrarse con sus respectivos equipos el mismo día de Navidad. Eso desató una protesta entre los jugadores profesionales que incluso llegó a amenazar con una huelga que no llegaría a producirse porque se cambiaron los planes federativos. El partido del Racing contra el Rayo tuvo que aplazarse, y aunque era el correspondiente a la 15ª jornada, fue el último y decisivo que se disputaría el 1 de junio de 1972. El Racing ganó (1-0) y aunque se libró del descenso, tuvo que jugar una fase de permanencia que solventaría contra el Salamanca.
El resto de los partidos aplazados, excepto un Racing-Sporting que no pudo jugarse el 2 de febrero de 1986 por la cantidad de lluvia que cayó en El Sardinero y que se celebraría el día 26 con derrota racinguista (0-1), se aplazaron por culpa de la huelga de futbolistas.
Fue en la temporada 78-79, con la existencia de la Asociación de Futbolistas Españoles, cuando se organizó la primera huelga de futbolistas en España con el propósito de presionar a la Federación Española para conseguir sus reivindicaciones, entre ellas que los clubes pagaran las deudas a los jugadores y que se aboliera el límite de edad y el derecho de retención. La amenaza se cumpliría meses después, y el partido entre el Celta y el Racing que se tenía que disputar en Balaídos el 4 de marzo de 1979, se aplazó y se jugaría días después, el 11, con victoria gallega (2-0)
La celebración del Campeonato del Mundo de 1982 en España también condicionaría la temporada con un campeonato apretado, algo que se agravaría con el hecho de que de nuevo la AFE amenazó con la huelga. Cuando faltaban seis días para el comienzo, los futbolistas decidieron paralizar la competición. Exigían el pago real de las deudas contraídas con los jugadores (312 millones de pesetas) y planteaban la creación de un fondo de garantía salarial, la derogación de la normativa que obligaba a alinear a los jugadores menores de 21 años, rechazando cualquier medida que pudiera limitar la edad de los futbolistas y exigiendo la participación del reparto de los ingresos económicos de la publicidad y de la televisión. Con el habitual tira y afloja en este tipo de negociaciones, se llegó a un acuerdo con dos semanas de retraso sobre el calendario previsto.
No hubo aplazamiento en la huelga de la temporada 84-85 porque los jugadores del Rayo Cantabria sustituyeron a los profesionales en su encuentro contra el Valladolid el 9 de septiembre de 1984 que finalizó con la victoria de los castellanos (1-0). Y aunque hubo sus más y sus menos con las reivindicaciones de la AFE, no hubo de necesidad de aplazar más partidos hasta la huelga de la temporada 2011-12, cuando la Liga y AFE volvieron a mantener una negociación tensa en los meses previos al comienzo de la temporada debido a que los clubes adeudaban cantidades importantes a más de 200 futbolistas, convocándose un paro que se secundó en la primera jornada, y que afectaría al Racing en su partido contra el Getafe en El Sardinero. El partido contra el Getafe, previsto para el 21 de agosto, se jugaría el 21 de enero de 2012 y acabó con la victoria de los madrileños (1-2)
La Liga Máxima o Maximalista quedó incabada cuando el Racing marchaba líder, aunque con más partidos jugados que otros adversarios, y sin que se entregara el título.
La Guerra Civil obligó a detener la Liga durante tres temporadas, pero en aquel caso ningún cursó quedó inacabado, al no arrancar nunca el correspondiente 1936-37.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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