La lucha por la permanencia corre un grave riesgo de adelgazamiento

Mañana hay un partido clave. Para esto de descolgarse y también para el Racing. Zaragoza-Ponferradina (La Romareda, 21.00 horas). A simple vista, la parroquia verdiblanco tendrá claro su deseo: que pierda el equipo berciano. Una victoria visitante metería a los cántabros en puestos de descenso. Pero con un Ponferradina-Racing el domingo, no se puede obviar que un triunfo maño catapultará a los aragoneses a seis puntos de los de José Alberto y a siete de los puestos del descenso. Lo dicho, un trasero menos.

Puede abrir terreno de por medio hoy el Mirandés. El cuadro burgalés está, actualmente, con cuatro puntos sobre el Racing y cinco de ventaja con la Ponferradina. Podría ponerse, en el mejor de los casos, con siete y ocho, respectivamente. Pero tiene un compromiso muy complicado en esta jornada: frente al Alavés, en Anduva.

Además de darle la oportunidad a los de delante de marcharse, el empate racinguista del viernes frente al Tenerife también ha dado pie a que la historia sea susceptible de apretarse en los puestos de abajo. El Málaga, a cinco puntos de la permanencia y con nuevo entrenador -Sergio Pellicer- tras la destitución de Pepe Mel, visita hoy a un Sporting que también es una incógnita tras la salida de Abelardo y la llegada al banquillo de un desconocido Miguel Ángel Ramírez. Ojo a la crisis del conjunto asturiano. Está ahora, con 31 puntos, cinco por delante del Racing y seis en favor de los puestos de descenso -como Oviedo, Huesca, Villarreal B y Tenerife-, pero que no se descuide, que una mala racha, acompañada por un arreón de los de atrás, le puede meter de cabeza en el lío.

Empatado con el equipo malagueño, aunque un puesto por detrás, se encuentra el Lugo. Un rival que se ha mostrado débil, pero que cuenta con un futbolista determinante en la delantera -algo que el Racing no tiene- como Chris Ramos. Hoy, si quiere puntuar, tendrá que hacerlo en un complicado desplazamiento al Carlos Belmonte de Albacete.

El puesto de colista lo ocupa el Ibiza. Y aquí huele a muerto. El equipo del exracinguista Lucas Alcaraz, que hoy recibe al Cartagena, está prácticamente desahuciado. No sólo por la distancia de diez puntos con respecto a la permanencia, sino también por las sensaciones que desprende. Parece que una de las sillas tiene puesto su nombre con rotulador permanente.

El empate verdiblanco ha permitido además escaparse a un Tenerife en riesgo de caer al «centro penitenciario», como decía su técnico, el exracinguista Luis Miguel Ramis. Ahora, con 32 puntos, puede respirar un poco más sin dejar de mirar de reojo. Al término del encuentro, el entrenador racinguista, José Alberto, le quitó hierro a la situación. «Nos hubiese gustado ganar. Estaríamos más contentos todos. Pero no hemos podido. En cuanto a esfuerzo, entrega y dejarse todo, el equipo lo ha intentado», afirmó. Le quiso dar valor al resultado: «Sumar en esta categoría es muy complicado. Estamos tranquilos. El grupo está bien. Mal, porque nos hubiese gustado ganar. Creemos en lo que estamos haciendo, en la línea que tenemos y siempre lo digo. Cuando ganamos, cuando perdemos o empatamos, hay que seguir. 'Punto es punto', decía Boskov». Y además le quiso dar sensación rutinaria al próximo encuentro en El Toralín. «Ahora nos toca preparar bien el partido de Ponferrada, que es el más importante, porque es el más inmediato. Y seguir», concluyó.

Mañana, a eso de las 23.00 horas, todos los equipos habrán disputado 25 jornadas. Restarán 17 por delante. 51 puntos en juego. Un mundo, sí. Pero esto es como cuando uno dice: 'Venga, el lunes empiezo al gimnasio'. Y llega el día y 'es que me surgió otra cosa. Lo dejo para el siguiente'. Así, van pasando las jornadas y la situación se menea más bien poco. Los equipos se van posicionando y, como en las carreras de Fórmula 1, luego cuesta un montón cambiar de estrato clasificatorio.

De ahí que, pase lo que pase mañana en La Romareda con el Zaragoza-Ponferradina, aunque José Alberto le quiera dar normalidad a la cita, el duelo contra el cuadro berciano cobra una importancia máxima. Porque vencer sería darle un sopapo directo al rival más cercano. Al que la clasificación dicta a día de hoy como más peligroso para los intereses verdiblancos. Y además, después del empate de la primera vuelta en los Campos de Sport, dejaría la diferencia de goles en favor de los cántabros. Por si tras la jornada 42 les da por empatar a puntos. Todo cuenta.

Lo que corta un poco el rollo en el racinguismo es que, después de tres primeros encuentros esperanzadores en la era José Alberto, los dos últimos han dejado frío al personal. Como si el equipo hubiese vuelto a sus orígenes, aunque con los matices introducidos por el técnico asturiano. Y con los últimos días de mercado de fichajes por delante, en los que tampoco parece que vayan a llegar futbolistas de renombre a El Sardinero. Habrá que pelear. Y mucho.