El Racing incorpora a Manu Fajardo como secretario técnico

Casualmente, unos días antes a esa salida del Ciutat de Valencia, el presidente verdiblanco, Alfredo Pérez, anunciaba en una entrevista en El Diario Montañés su intención de incorporar a un profesional que le echase una mano al técnico en caso de ascenso a Segunda División. Y ahora que se ha consumado el retorno al fútbol profesional, el camino ha traído a Fajardo hasta los Campos de Sport de El Sardinero.

El andaluz, que cursó Derecho en la UNED y es Máster en Dirección, Metodología y Análisis en el Fútbol por LaLiga Business School, «es la punta de lanza del área deportiva del Racing, a la que se incorporará un equipo de 'scouting' y que también verá reforzado su departamento de 'big data' puesto en marcha el último verano», según explica la entidad verdiblanca en el comunicado del anuncio de la contratación.

Fajardo llegó al Levante, de Primera División, de la mano de David Navarro. Era la mano derecha del futbolista valenciano desde que colgó las botas en el Alcorcón. Precisamente en el club alfarero el nuevo secretario técnico del Racing llevó a cabo unas funciones similares a las que tendrá en Santander durante seis meses.

Navarro se convirtió en 2019 en coordinador de la secretaria técnica de la entidad granota que lideraba Manolo Salvador. En marzo de 2021, el Levante amplió el contrato de sus responsables técnicos, incluido Fajardo, hasta 2023, pero en noviembre, con el primer equipo valenciano hundido en la tabla de Primera División, sin conocer la victoria después de quince jornadas disputadas, el club tomó una decisión drástica y despidió a toda la cúpula.

Anteriormente a su experiencia en los despachos de clubes profesionales, el sevillano ejerció como representante de futbolistas durante casi nueve años. Unas labores que le vendrán bien también a la hora de manejarse por el mercado de fichajes.

Tal y como dijo Alfredo Pérez en El Diario Montañés, el plan del Racing era buscar alguien que «ayude» a Guillermo Fernández Romo. Una forma de operar diferente a la de la última estancia en Segunda División con Chuti Molina. El club no quiere otro director deportivo plenipotenciario que haga la plantilla y se la ponga delante al entrenador. La idea actual es descargar de trabajo al míster, pero manteniendo un canal de comunicación fluido entre el banquillo y el despacho a la hora de confeccionar el equipo.

Porque el Grupo Pitma, experimentados empresarios fuera del fútbol, desde su llegada al palco del Racing están llevando a cabo un aprendizaje de prueba y error. Esta vez no cometerá los mismos errores que en el pasado.

«Si subimos, tiene que haber una persona que sea el responsable de los fichajes. Lógicamente compartirá las decisiones con el entrenador y con esas figuras de confianza que hemos ido incorporando estos años al club y todos aportan –Gonzalo Colsa, César Anievas...–. Tenemos gente alrededor de nosotros que ya ha visto cómo hacemos las cosas y que tiene voz para aportar y sugerir», dijo en su día Pérez. Ese era su plan en noviembre y también ahora, con el ascenso finiquitado.

Con este paso el Racing espera afianzar definitivamente su proyecto, después de varios bandazos en busca de fórmulas exitosas en la gestión de la parcela deportiva. Desde que el racinguismo le dio la patada a los okupas del palco, el club ya ha tenido varios formatos y fórmulas en la parcela deportiva.